El viaje al centro de la obsesión de la mano de Manuel Burque
El guionista y actor estrena el podcast 'Dentrísimo'.
La comida picante, las motos, las plantas, el café, los perfumes, las sartenes... Parecen temas aparentemente inconexos, pero todos cuentan con algo en común: son la obsesión de un rostro conocido.
Sobre estos temas y otros muchos se ha centrado Manuel Burque en su podcast Dentrísimo, producido por Spotify y Podium Studios y cuyo primer episodio se puede escuchar gratis, solo en Spotify desde este jueves. Burque asegura que para este proyecto quería hacer “algo diferente a lo que se estaba haciendo” y, por supuesto, que nada tiene que ver con Buenismo Bien, junto a Quique Peinado y Henar Álvarez.
En cada episodio contará con un famoso que hablará de aquello que le obsesiona y como si de una investigación se tratase, tratarán de ahondar en la materia en cuestión.
“Es conversacional pero conversacional como guionista no me acababa de apetecer del todo, porque ya tenemos un conversacional que es Buenísimo Bien, entonces de repente yo quería hacer algo más de investigación”, comenta Burque, quien cuenta que había varios temas sobre la mesa, uno de ellos las obsesiones. “Yo no quiero hablar con un famoso de lo que le ha dado fama, quiero hablar de algo que nadie conozca de él, o poca gente, o nadie haya explorado esa vía”, señala.
Uno de esos primeros temas que se planteaba para el podcast era precisamente el que aborda en el primer episodio, las plantas, una obsesión que para los seguidores en redes de Burque y de su invitado, el humorista y presentador Miguel Maldonado.
“He de confesar una cosa, el primer podcast que yo propuse era greenfluencers [influencers dedicados a las plantas] con Miguel. Lo que pasa es que los dos nos vimos incapacitados para encontrar el tiempo suficiente como para hacer un formato que durase en el tiempo y que fuese solo sobre plantas. Entonces, a partir de ahí es por donde yo canalicé lo de las mochilas, las plantas… Que al final vale para muchas cosas, no sólo las plantas y me inventé Dentrísimo”, detalla.
Es por esto por lo que el primer episodio no podía ser otro que el de las plantas y acompañado por el cómico. “Como símbolo, por respeto profesional y por amistad, el primer invitado no podía ser otro”, señala.
A pesar que ya se ha lanzado el formato y han grabado varios episodios con diversos invitados, Burque recalca que el proceso es parte del propio podcast. “Estamos aún encontrándonos porque a mí me da la sensación de que puede llegar mucho más allá”, explica antes de señalar que han limitado la duración a media hora, aunque algunos se alarguen más, precisamente por la intención que tiene.
“En el tema que estamos ahondando, menos es más, vamos a dejar una sensación como de ‘oye, cómo ha molado esta experiencia de meterte en una especie de noria súper loca’, pero que no dure más de media hora”, sentencia y señala que este podcast no solo ha sido una experiencia a nivel de contenido sino también de producción.
“A mí me ha permitido manejar con ambientes sonoros con los que no había experimentado: jugar mucho más con la técnica, la postproducción… De hecho tenemos a Dani, que es el productor de sonido, loquísimo con todas las referencias y todas las notas que le damos en cada guión, porque siempre le decimos ‘más, más, arriesga, arriesga, no te quedes corto’, porque es muy loca la forma”, detalla.
Para él, “la forma acompaña al contenido” y esa ha sido la otra motivación que ha encontrado en este proyecto. “Para que a nivel de producción que se note también que no sea diferente, que notes que estás como casi en mi mente”, apunta.
Burque deja claro a quien se quiera meter en Dentrísimo que no se trata de un formato conversacional al uso. “Hay mucha reflexión mía encima de la entrevista. De repente en la charla nos la abandonamos y queda como de fondo y salen reflexiones mías al aire. Luego hay muchos testimonios de gente relacionada con la obsesión y que profundizan hasta dónde puede llegar”, señala. “Siempre buscamos un punto más allá, o un punto emocional o un punto de alguien que se ha pasado con la obsesión”, añade.
La ambición de Burque es que su podcast se convierta en referente, en espacio al que acudan los personajes a hablar de aquello que les obsesiona. “Yo me doy con un canto en los dientes. Ese sería el éxito”, recalca.
“Creo que podemos llegar más lejos, con más presupuestos y más trabajo hay podcast increíbles que llegan a sitios muy increíbles, pero es gente dedicada mucho tiempo y con mucho esfuerzo a hacer ese guión y llevarlo a cabo”, explica, aunque admite que en muchos casos la rentabilidad de esos proyectos no es la misma que la de un formato conversacional al uso.
Quien siga a Burque en sus redes sociales, especialmente en Instagram, sabrá que las obsesiones son una constante en su vida, por lo que la temática no le es ajena. De hecho ha partido de las suyas propias para llegar a las del resto de invitados.
A finales de 2020, Burque hizo pública su obsesión con las sartenes y pidió a sus seguidores que le acompañaran en la búsqueda de esa sartén perfecta. “De repente me obsesioné y no te sé explicar por qué para mí, de un día para otro, una sartén es lo más necesario de mi vida si llevo meses con una sartén con la que puedo cocinar. Pero encontrar esa sartén perfecta de repente condiciona toda mi vida y dedica un tiempo y un porcentaje del día muy amplio a buscarla. Sin permitirme que pueda salir mal, con lo cual sólo puedo encontrar la mejor”, detalla.
Lo mismo le ocurrió con las mochilas, en su búsqueda de una que le sirviese para viajar y para el día a día. “Entonces ya me metí ahí, en esta especie de espiral obsesiva de búsqueda de la mochila en la que conmigo entró muchísima gente, cientos de personas, que necesitaban mochilas sin venir a cuento. En el fondo, todos huyendo de nuestros problemas”, bromea. “Ahí es donde yo me doy cuenta de que esto se podía canalizar a través de un análisis en un podcast. El análisis se concretó con charlas a gente para que te pudieses identificar con su pasión y a partir de ahí explorar”, detalla.
“En algunos me pasa que nace de mí la obsesión y el interés por conocer a alguien que sea tan obsesivo como yo. En otros, no tengo ni idea. Entonces, yo lo que tengo es la curiosidad de entender por qué esa persona se ha obsesionado con eso y quizás meterme yo”, detalla y apunta a una invitada que va a ir a hablar de Funkos, los cuales empezó a coleccionar sin pretensión y ha acabado buscando ediciones limitadas, y otra también hablará del café como obsesión y búsqueda de la perfección.
Sin embargo, se ha encontrado con ciertas reticencias por parte de algunos compañeros de profesión que han visto un significado más oscuro de la obsesión. “Se lo llevan como por un lado oscuro, por su obsesión psicológica, que es un tema peliagudo y complejo. Habría que llamarle pasión obsesiva. Yo lo reduzco la obsesión porque yo soy obsesivo, y llamo así a todo lo que tengo, pero tiene que ser como una afición obsesiva, una pasión obsesiva”, explica.
Para ello, Burque hace una distinción entre lo que puede llegar a ser perturbador y las obsesiones que él analiza: “Creo es que cuando estás huyendo de tus problemas e inviertes mucho o demasiado tiempo en huir a través de una obsesión de estas y dejas de afrontar tu vida, se convierte en un problema. Sin embargo, si la utilizas para desconectar, como tiempo libre o simplemente para no pensar en nada, porque te divierte y te lo pasas bien de forma hedonista no hay ningún problema ni ningún peligro. Lo que pasa es que la barrera es muy complicada”.
Al ser una experiencia empírica en la que el propio Burque se ha adentrado, se encuentra investigando sobre nuevas obsesiones que le han llegado como beber leche o el ketchup. “El ajedrez es una que me han me han hecho ver, que era muy obvia. Hace poco mi coguionista Josep Gatell, con el que trabajo en varios proyectos me dijo 'tienes que tratar el ajedrez porque yo estoy completamente obsesionado con él'. Me contó que jugaba a escondidas en el baño para que la gente no le juzgase, porque estaba todo el rato queriendo jugar y midiendo sus estadísticas y sus aprendizajes”, señala.
También se ha topado con la curiosa obsesión de ver tiburones. “No había caído, pero podemos tratar el buceo, pero dentro del buceo puedes tener obsesión por visitar barcos hundidos o por ver tiburones. No tienen nada que ver”, explica como ejemplo de la diversidad de temas que puede haber.
Dado los pequeños nichos que forma, Burque despierta la ilusión de sus invitados. “Vienen ilusionados a hablar de ese tema porque nunca le preguntan sobre él y es del que le gustaría hablar. Entonces es muy fácil. De hecho, ya nos ha llegado propuestas de gente bastante tocha que quiere venir a hablar de un tema que le gusta mucho”, señala.
Tirando de esos hilos se irá desenmarañando las obsesiones, sin llegar a una conclusión concreta. “Es más encontrar un hilo de reflexión, encontrar caminos que nos lleven a lugares comunes, que podamos que podamos tener todos, compartir, digamos, que unos se van por unas vías y otros por otra”, señala.
“Es verdad que las obsesiones, te pueden llevar a que seas un obsesionado de los puzzles o a que te drogues mucho. Evidentemente, las drogas no entran en este podcast”, explica. “Es como la parte blanca del carácter obsesivo de la gente, pero a través de la parte blanca puedes analizar mucho al ser humano”, detalla.