Manual de vida como emigrante, exiliado… o huido
Aparentemente el número de exiliados españoles ha subido al menos en una persona.
Esta es una semana en la que la palabra exiliado y el concepto de emigrante lo hemos tenido hasta en la sopa.
Aparentemente el número de exiliados ha subido al menos en una persona.
Con este manual del emigrado, o en su caso exiliado, le puedo, por mi experiencia, ayudar a comprender su nueva situación y cómo desde su país hay una serie de derechos que no van a ser respetados, ni mucho menos promovidos por parte de ningún gobierno, como en los últimos 45 años… no voy a entrar en periodos predemocráticos, ya que hasta entonces los emigrados o exiliados directamente carecían de ningún derecho y llevaban consigo un castigo mayor del que ya es vivir fuera de tu país, expulsado.
El nuevo exiliado ya fue exiliado antes, pero no mucho… solo hasta los 9 años, y desde entonces ha vivido a cuerpo de rey (literalmente).
Como exiliado, parece que con los ahorrillos seguirá viviendo a cuerpo de rey, aun cuando la rodilla o cadera estén un poco machacadas y necesite cachaba para subir a yates o pasear por playas privadas.
El nuevo exiliado va a tener que aprender que hay ciertas penurias a la hora de emigrar.
La tarjeta sanitaria y el derecho a ser tratado por la seguridad social en España se pierde tras pasar un periodo corto fuera del país (90 días), y por desgracia para nuestro nuevo exiliado al salir de la Unión Europea no podrá usar la tarjeta sanitaria europea. Pero quizás con sus ahorros no tendrá problemas con los gastos hospitalarios en el exterior.
Nada más llegar a su nuevo destino tendrá que ir a hacer cola en el consulado general para registrarse… nada de mandar un email ni carta, no, tendrá que ir allí presencialmente a registrarse bien como residente temporal o residente permanente, con todo el sol de la República Dominicana o Portugal, en la calle y haciendo cola. Tendrá que llevarse una botellita de agua y sombrero para no sufrir un golpe de calor.
Registrarse no es por gusto, lo dice la ley, así que seguro que ya lo tenia apuntado en su libreta, y sin duda seguirá la ley hasta las últimas consecuencias.
Esperemos que no tengamos elecciones pronto, porque esto sí que añade muchos más problemas, ya que sin duda alguna querrá hacer uso del poder que se nos otorga para votar a todos los españoles en el exterior.
Como sé que le gustan los deportes, estoy seguro de que la gymkana del voto rogado va a ser súper divertida para él.
Por pasos, ya que no es fácil. Lo primero es mandar una carta o un fax (seguro que hay algún museo de tecnologías pasadas que tenga algún fax en funcionamiento cerca) y enviar un formulario a la delegación provincial para pedir los papeles para votar. Este sobre le va a llegar tardísimo y probablemente, cuando envíe su voto, no llegue a ser uno de los agraciados que pueda hacer contar su voz en las elecciones… solo el 1.24% de los residentes en República Dominicana pudieron votar en las elecciones de junio.
Oigan, quizás el exiliado nos ayude a levantar la voz para retirar el voto rogado de una vez por todas, y a él seguramente le escuchen más que a nosotros.
Ahora bien, estos no son los únicos problemas como exiliado.
¿Quiere pasaporte nuevo? Pues a pedir cita y hacer cola. ¿Que le da por tener hijos? (¡no deis por descontado nada!) Pues a ir al consulado general los dos progenitores y el bebe juntos a hacer cola y hacer el papeleo. ¿Registrar una boda? Pues camino del consulado de nuevo…
Quizás tenga suerte de ir a un país con nuestra lengua, ya que los que estamos en países de habla no castellana, a pesar de que nos cuentan que nuestros hijos tienen derecho a aprender español, solo si vives en grandes ciudades (solo en Londres en todo Reino Unido) tus hijos podrán tener aulas ALCE (lengua y cultura española) a su disposición… por si tiene hijos digo.
Podrá ayudar a través del Consejo de Residentes de la Republica Dominicana, presidido por mi amigo Eduardo Pahíno, llevando propuestas para mejorar la vida de los emigrantes españoles, y quizás si mueve algunos hilos, el nuevo exiliado logre que tengamos Pleno del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior que llevamos esperando todo 2019 y 2020… o, siendo ambiciosos, con la ayuda de alguien que “ha hecho tanto por España”, puedan darnos audiencia en el Congreso para explicar anualmente nuestras necesidades, propuestas y nuestra labor como órgano consultivo del Gobierno. Quizás así pueda seguir “sirviendo” a España.
Para la salud mental será importante también que haga amigos en su nuevo destino, para que la soledad que afecta a muchos de nuestros emigrantes, especialmente los que han salido tras la crisis de 2008, no le afecte demasiado a él, aunque todos los rumores siempre le sitúan viviendo en casoplones de amigos. Allí no tendrá problemas para pagar fianzas abusivas, ni corre el riesgo de que la casa elegida esté en condiciones deplorables, o le cueste el 70% de su salario… pero con sus ahorros y edad no tendrá problemas, ni tendrá que buscarse trabajo como el que muchos de los mayores en el exterior han de seguir llevando a cabo para complementar sus escasas pensiones. A él no le preocupará el Plan Retorno.
Pero quizás yo este confundido y ese exilio no sea parecido al exilio por el que pasaron Ayala, Rosa Chacel, Alberti, o León Felipe… que bien explicó el zamorano León Felipe aquello de: “Hay dos Españas, la del soldado y la del poeta”.
De hecho, este “exilio” quizás dé la razón a algunos versos del exiliado forzoso, Valtonyc, y uno que sale deje la puerta abierta para que otro vuelva.
Todo este manual es importante a seguir como exiliado o emigrante… ahora, si en realidad ha huido, cambia la cosa… pero para él, no crean que mucho.