Sri Lanka colapsa: los manifestantes asaltan la residencia presidencial y queman la del primer ministro
Piden la dimisión del presidente, Rajapaksa, y la del primer ministro, que ya ha dejado su puesto.
El Gobierno de Sri Lanka ha colapsado tras la multitudinaria manifestación que ha tomado la residencia presidencial en Colombo, la capital del país, pese a la represión policial, que ha dejado decenas de heridos.
Los manifestantes, que han salido para exigir la dimisión del presidente Gotabaya Rajapaksa y su ya dimitido primer ministro, Ranil Wickremesinghe, también han incendiado la residencia oficial de este último en Colombo.
Medios ceilandeses han publicado imágenes del inmueble envuelto en llamas y un denso humo negro que sale de la casa, ubicada en la Quinta Avenida de la capital.
Wickremesinghe ha sido uno de los objetos de la ira de los manifestantes, que este sábado han tomado el palacio presidencial. Mientras, Rajapaksa se encuentra en paradero desconocido.
A nivel institucional, Wickremesinghe ha dimitido ya tras una reunión de todos los partidos relacionados con el Gobierno, convocada por el presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena, que ha pedido la dimisión tanto de Wickremesinghe como de Rajapaksa.
Fuentes cercanas al presidente Rajapaksa han informado de que ha sido trasladado a un “lugar seguro”, confirma la agencia DPA, sin dar más detalles. La agencia Bloomberg y el diario local Daily Mirror han corroborado esta información.
Horas antes de la incursión, la Policía se había visto obligada a intervenir con disparos al aire y gases lacrimógenos para impedir que los manifestantes tomaran el acuartelamiento próximo a la residencia, en la calle Chatham.
La ciudad se ha convertido en escenario de una de las protestas mas enérgicas desde el estallido de lo que se considera como la peor crisis económica que está atravesando el país desde su independencia en 1948.
Decenas de miles de personas, entre ellas abogados, artistas y conocidas personalidades de la sociedad civil, han marchado detrás de monjes budistas para exigir de una vez por todas la disolución del Gobierno, con el presidente a la cabeza, a quien responsabilizan de una catástrofe económica que, a pie de calle, ha dejado a la población prácticamente sin combustible ni acceso a bienes de primera necesidad.
La concentración había sido aprobada por las autoridades a pesar del enésimo toque de queda declarado el viernes en la capital.
En lo que se refiere al capítulo provisional de víctimas, fuentes del Hospital Nacional de Colombo han informado de que al menos una treintena de personas, entre ellas dos policías, han recibido ya atención médica en el centro, de acuerdo con el Daily Mirror.