España se levanta por Samuel y contra la LGTBIfobia: "Le mataron por ser maricón"

España se levanta por Samuel y contra la LGTBIfobia: "Le mataron por ser maricón"

Miles de personas se han concentrado en Madrid, A Coruña, Valencia, Sevilla, Zaragoza y un sinfín de ciudades "para pedir justicia, no venganza".

España, en pie por Samuel y contra la LGTBIfobia. Madrid y A Coruña han sido los epicentros de las manifestaciones de homenaje a Samuel Luiz, el joven de 24 años brutalmente asesinado en la madrugada del sábado en la ciudad gallega entre patadas y gritos de ”¡maricón!”. Pero los gritos —y las lágrimas— se han sentido en decenas de ciudades, sin importar la lluvia o el calor que han marcado esta jornada.

Desde las 20:00 de este lunes, miles de ciudadanos anónimos se han unido para pedir #JusticiaPorSamuel, un hashtag que se ha convertido en tendencia en las redes sociales. Esta vez, sí, esas redes han sido reflejo de lo que se sentía en las plazas.

El crimen sigue bajo investigación policial, que aún no ha detenido a ninguno de sus agresores ni ha confirmado el carácter “homófobo” del asesinato, a pesar de lo que atestiguan los amigos de la víctima, que sufrió la paliza tras responder un inocente ”¿Maricón de qué?”.

El ataque mortal, ocurrido mientras toda España celebraba el Orgullo LGTBI+, ha conmocionado a la sociedad. De A Coruña a Barcelona, de Gijón a Málaga se han expandido gritos como “¡A Samuel le mataron por ser maricón!”, ”¡Samuel no está muerto, le han asesinado!” o “estamos en 2021 y parece que no hay pudor a ser machista y mostrar homofobia”.

“Un acto salvaje y despiadado”, para Pedro Sánchez

“Confío en que la investigación de la policía dé pronto con los autores del asesinato de Samuel y esclarezca los hechos. Fue un acto salvaje y despiadado. No daremos ni un paso atrás en derechos y libertades. España no lo va a tolerar. Todo mi apoyo a su familia y seres queridos”, ha escrito Pedro Sánchez.

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que lo ha calificado como “acontecimiento dramático”, confía en dar respuestas “a la mayor brevedad”, ya que el caso está bajo secreto judicial. Sin embargo, ha apuntado que “no está excluida ninguna hipótesis, si subyace un ánimo de delito de odio o cualquier otro ánimo o voluntad”.

Madrid es un clamor por los derechos LGTBI+

En la céntrica Puerta del Sol de Madrid, han sido miles las manos y voces que han hecho ruido en recuerdo del joven Samuel Luiz. A las 20.00, el Movimiento Marika Madrid, la asociación que ha convocado la concentración, ha dado el pistoletazo de salida a decenas de cánticos de rabia. Sin embargo, los manifestantes ya estaban presentes un buen rato antes, con cantidad de banderas arcoíris y fuertes aplausos en su memoria, una constante toda la tarde-noche madrileña.

Incluso, los manifestantes han llegado a cortar la Gran Vía, después de abandonar Sol pasadas las 21:00, en una continuación de la protesta que ha pasado por la sede del Ministerio de Justicia, varias calles más arriba de donde comenzó.

“¡A Samuel le mataron por ser maricón! ¡Samuel no está muerto, le han asesinado!”, han sido los primeros coros en Sol. En tan solo cinco minutos, la emoción se ha desbordado en la plaza.

En la fuente, sentados, estaban Javier Gómez y Ummi López, de 22 y 21 años respectivamente, preparando con esmero un cartel: “Cualquiera de nosotros podría ser Samuel”, se leía. Eso es lo que más les duele: “Que un día cualquiera sales y… podríamos ser él”, han confesado a El HuffPost.

Un día cualquiera sales y… podríamos ser él
Javier y Ummi, en la Puerta del Sol

Los dos señalan a la extrema derecha como una de las culpables de las agresiones homófobas que llevan unos años aumentando. “Por una parte es cierto que estamos más sensibilizados. Pero eso tiene cosas buenas y malas. Se le esta dando voz a los discursos de odio. Tenemos la diana en la frente”, zanjan.

En la misma línea apunta Adri, de 28 años y uno de los portavoces de Movimiento Marika Madrid: “No estamos seguros y nos matan por maricones. Nos quieren meter el miedo en el cuerpo. En los últimos años, con el discurso de la ultraderecha, se han envalentonado” Quiénes son esos “valientes” lo han gritado hasta la extenuación: ¡“Se llama patriarcado lo que le ha matado!”

Ricardo Rastrollo, de 32 años, ha quedado con cinco amigos para gritar y pedir justicia para Samuel. “Vamos atrás en derechos. No hay nada ganado. Estamos en 2021 y parece que no hay pudor a ser machista y mostrar homofobia. Hay gente que se ha quitado la máscara y eso está relaconado con un discurso de odio de ciertos partidos”, zanja.

Él viene especialmente sensibilizado. “Hace dos meses denuncié una agresión en el Metro de Madrid. Me dieron en la cabeza”. Ni él, ni sus cinco amigos, ni las miles de personas que se han acercado quieren tener que verse en una manifestación igual.

La concentración en Madrid ha finalizado con algunas cargas policiales contra los manifestantes que recorrían el centro después de haber estado en la Puerta del Sol.

María Pita, a rebosar en A Coruña pese a la lluvia

  Concentración en A CoruñaANTÓN PARADA

Bajo una intensa llovizna entre la que se mezclaba el dolor, la rabia y la solidaridad. Este es el escenario que albergaba la concentración en repulsa de la muerte de Samuel Luiz en la plaza coruñesa de María Pita. Miles de personas para mostrar su apoyo en la ciudad en la que perdió la vida con un contundente mensaje: “Queremos justicia, no venganza”.

El acto arrancó con un sonoro aplauso que hizo enmudecer para dar paso a las intervenciones de sus amigas y amigos. Sus palabras estaban cargadas de tristeza, pero también de agradecimiento. Primero a las múltiples muestras de solidaridad de los distintos actos convocados en todo el país y luego a los sanitarios del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) en el que asistieron a Samuel Luiz. “Queremos justicia porque han asesinado a nuestro amigo y no tienen que volver a pasar estas cosas nunca más”, ha afirmado uno de los compañeros del joven de Culleredo.

También estaba allí la amiga con la que Samuel mantenía la videollamada que habría sido el desencadenante de la agresión. Con rabia, reconoció que nunca se habría imaginado que la última vez que le vería sería a través de una pantalla. “Era una persona increíble que no se merecía nada de esto”, ha explicado afligida.

Entre coros de “Samuel, hermano, no estás sólo” los presentes han reclamado el fin de la homofobia, criticando el discurso del odio de formaciones de extrema derecha, que, han apuntado, está haciendo proliferar los ataques homófobos. Desde el colectivo antifascista han condenado también los casos sucedidos en Cataluña y en el resto del país, recordando que “no es un hecho aislado” y que “vienen en manadas”.

Uno de los momentos más bellos lo ha protagonizado una saxofonista al entonar una bella melodía en la memoria de Samuel, que hizo que toda María Pita se uniese al unísono en palmas. Sin embargo, lo cierto es que ya se habían unido mucho antes.

Durante toda la tarde, la avenida de Buenos Aires, donde tuvo lugar la brutal paliza, se había convertido en un punto de obligado paso para aquellos que querían mostrar sus respetos a Samuel Luiz. Allí se depositaban flores y se colocaban fotografías del joven auxiliar de enfermería. Fue el caso de Adrián, quien tras dejar un clavel rojo explicó que él no conocía a Samuel, pero sentía que debía hacerlo porque forma parte del colectivo (LGTBiq+).

La sociedad después de la pandemia está mal, hay que reflexionar, el problema es la violencia
Rosa, vecina

“Casi lloro al enterarme, solo de imaginar que me podía haber pasado a mi… que por intentar ayudar a una amiga te den una paliza y te llamen maricón…”, ha relatado el chico. Él cree que las cosas están yendo a peor desde hace un tiempo, pero que pase lo que pase hay que respetar el “diálogo” y no actuar con “palizas”.

Observando desde la puerta de su comercio se encontraba una vecina, Rosa, que la noche del incidente había escuchado un fuerte estruendo. “La sociedad después de la pandemia está mal, hay que reflexionar, el problema es la violencia”, ha declarado, disgustada. Ella fue de las primeras en acercarse a dejar unas hortensias sobre la acera, para después ver cómo no dejaban de llegar personas al lugar.

El manifiesto de la concentración en Madrid por Samuel

A Samuel lo mataron por maricón. Repetimos: ¡a Samuel lo mataron por maricón! El pasado viernes, Samuel, con solo 24 años, recibió una brutal paliza en la puerta de una discoteca de A Coruña. Al grito de maricón. A Samuel lo mataron por maricón. Lo repetiremos tantas veces como haga falta. Porque el asesinato de Samuel no ha sido un hecho casual. Porque Samuel tenía una identidad, una expresión, un cuerpo, una pluma. De maricón. A Samuel lo mataron por maricón.

 

Ni el espacio público ni el ámbito de lo privado es un lugar seguro para nosotras. Todavía tenemos que soportar que se rían en nuestra cara por nuestro físico, nuestra forma de hablar, el movimiento de nuestro cuerpo o nuestra mera presencia. Sigue existiendo un hábito repugnante de fijar la vista en nosotras, de darse la vuelta para mirarnos con burla o con desprecio, de señalarnos con el dedo y comentar, da igual si es en voz baja o a pleno pulmón. Si ya es problemático el hecho de salir a la calle con una determinada identidad, tanto o más horrible es que nos pongan en evidencia constantemente y con total impunidad.

 

Y desde ahí aumenta la violencia con las persecuciones, los insultos, los golpes, las violaciones y sí, como le ha pasado a Samuel, los asesinatos. A Samuel lo mataron por maricón.

 

A día de hoy, las transmaribibolleras seguimos siendo un trozo de carne sobre el que se puede ejercer cualquier tipo de violencia, porque la respuesta que va a haber frente a esos actos es mínima, si es que llega a haberla.

 

Lo hace el Estado, lo hace la policía, lo hacen los grupos fascistas que buscan cazarnos en manada, lo hace la Conferencia Episcopal, lo hacen les compañeres de trabajo y de escuela, lo hacen papá, mamá, los hermanos, los abuelos y los tíos, la familia entera, lo hacen los vecinos y cualquier desconocido con el que nos crucemos. Lo hacen porque el patriarcado y la homofobia lo permite.

 

¿Cómo no vamos a tener miedo? Es imposible no tenerlo si al salir de una discoteca te van a pegar una paliza por ser maricón hasta matarte, si te van a mirar mal porque sois dos bolleras paseando de la mano, si como trans tu cuerpo les hace cortocircuitar y te llaman engendro, si eso de ser bi es tan sólo una fase. Claro que tenemos miedo porque, solo por el hecho de existir, nos vemos cuestionades, silenciades y agredides.

 

Pero tenemos algo aún más fuerte que todo eso: la rabia. Tenemos muchísima rabia por dentro. Porque nuestras abuelas transmaribibolleras se pasaron la vida calladas y las pocas que se atrevieron a plantarle cara al odio tuvieron que jugarse la vida en cada instante. Y nos da rabia que muches se quedaran por el camino sin poder tener la libertad que se merecían. Igual que sentimos la rabia por les que tienen que venir, porque no podemos permitir que se encuentren con un mundo que, como a nosotres, nos ha repudiado y nos está matando.

 

Les de ahora sentimos la rabia porque se nos está tratando de devolver al encierro a base de ostias y se camufla todo bajo la falsa idea de que ya hemos conseguido mucho y nos podemos amar como queramos. ¡Que esto no va de amar! ¡Que esto tampoco va de follar! ¡Que esto va de ser quien se quiera ser! Basta ya de la falacia del «Ames a quien ames». Ese discurso oficial de instituciones como la FELGTB y COGAM no es nuestra realidad. Nos están matando y estas lacras partidistas no mueven un solo dedo. No queremos más desfiles, queremos barricadas. Repetimos: esto no va de amar y follar. Samuel era maricón y lo mataron por maricón. A sus asesinos les daba igual con quién follara. A sus asesinos les molestó que estuviera vivo un maricón y lo mataron. A Samuel lo mataron por maricón.

 

¡Amigas, hermanes, primas y compañeres! Con esta concentración queremos llamar a la insurrección. ¡Basta ya de agresiones y muertes! ¡Ni una más! Queremos instar a todes a movilizarnos, a unirnos en comunidad y a no dejar pasar ni un solo ejercicio de poder y violencia. Estamos juntes y estamos organizades. Podemos y debemos hacerlo. Y lo vamos a hacer a nuestra manera: con la pluma, con la purpurina, con la fiesta, con el grito y los aullidos, con las garras, con los puños, con todo nuestro cuerpo, okupando bien el espacio, haciéndolo nuestro. Y la que vea que no puede, que pida ayuda, que sobran manos para tirar les unes de les otres. Sólo así podremos salvarnos, cuidándonos. Y recordemos siempre que nuestra lucha no debe rechazar a nadie, que no podemos convertirnos en opresoras. ¡Que aquí contamos todes por igual y que hay que ir a buscar a les que falten antes de que sea tarde! Nadie se merece que le arranquen la vida. Lloremos hoy a Samuel, pero no nos quedemos en el lamento. La siguiente puede ser cualquiera y no lo podemos permitir. Despertemos ya del sueño de poder ser libres. Conquistemos nosotres esa libertad. Contra el miedo, la rabia, y… ¡CONTRA LOS NAZIS, MARIKONAZOS! 

Y en Valencia, Sevilla, Zaragoza, Salamanca, Badajoz...

El eco de las protestas y de los aplausos en su memoria se oyen no solo en las principales plazas de Madrid y su tierra. Decenas de ciudades españolas han celebrado concentraciones ciudadanas, entre banderas arcoíris y consignas en favor de los derechos de la comunidad LGTBI+.