De Madrid al suelo
Foco de la prensa internacional, discurso antipático ante el resto de España, una marca dañada por la pelea política ante la pandemia... La imagen de Madrid, muy maltrecha.
Madrid está apagado. Unos datos dramáticos de coronavirus, una crisis económica en ciernes y una delicada situación social. Pero el espectáculo de los políticos vivido en los últimos días ante el confinamiento de varios municipios ha desembocado en una crisis reputacional sin precedentes. Los grandes medios internacionales tienen su foco en la capital y en la autonomía no sólo por la segunda ola, sino también por los errores y la mala gestión.
Fuera... y dentro. El resto del país no daba crédito a lo que sucedía, con el choque de trenes entre la Puerta del Sol y La Moncloa. Con una Comunidad en rebeldía y desafiando al estilo de Carles Puigdemont y Quim Torra. Ni los propios madrileños sabían si estaban confinados ya o a qué hora empezaba a aplicarse la orden ministerial. Para más inri: recursos ante los tribunales, peleas dentro del Gobierno regional y hasta dimisiones.
Todo ello personificado en Isabel Díaz Ayuso, con un discurso duro y de confrontación. Salpicado de argumentos cuasi independentistas acusando al Gobierno de perjudicar a Madrid y de falta de reconocimiento de la legalidad. Ideas que han irritado también a autonomías que llevan años denunciando que la Comunidad es una centrifugadora de recursos y que se ha convertido en un paraíso fiscal con el que no pueden competir, especialmente utilizando esa estructura centralista en la que todo pasa por la capital. Ahondando en otro sentimiento: si no hubiera sido Madrid, ¿no se habría aplicado el 155 ya?
“Como pasó con la crisis financiera de 2008 que derivó en otras crisis como las de confianza en las instituciones o del sistema de partidos, emergiendo con fuerza Podemos o Cs, pues en este contexto pasa lo mismo. Lo que pasa en Madrid es una crisis sanitaria de entrada por una pandemia brutal y mundial que está derivando también en una crisis reputacional de las instituciones que deben gestionar esto y de confianza en los representantes públicos como Díaz Ayuso, o se puede hacer extensible a Pedro Sánchez”, reflexiona el politólogo y experto en comunicación Toni Aira
A lo que añade Aira: “Pero ella lo personifica bien por esa otra crisis que también viene adjunta de referencias políticas y liderazgos”. “Si una cosa ha puesto encima de la mesa la pandemia en el ámbito político, es que seguramente no todos los representantes aguantan la etiqueta de líderes. Un liderazgo que no sea solo en clave de disputa electoral, sino sobre todo de lo que se espera de un máximo representante institucional, un liderazgo de gestión”, añade el profesor de Comunicación Política e Institucional en la UPF Barcelona School of Management.
Por lo que subraya: “Ayuso representa esa crisis reputacional y de confianza en los liderazgos políticos”. “Está acentuado más en su perfil que en el de Sánchez, esa política entendida como un ring de boxeo o de pressing catch, que personajes como Donald Trump llevan muy bien porque se les ve cómodos. En el caso de Ayuso, se ve postizo e, incluso, agotador para una población que está viviendo en Madrid y en toda España una situación de mucha tensión, con momentos de confinamiento que genera mucha incertidumbre y angustia”, remarca.
Según Aira, “el hecho de ver personajes como Ayuso que sólo hacen sumar incertidumbre y desasosiego erosiona a ella misma, a la política y a la imagen de las instituciones”. “En este caso, una Comunidad de Madrid que se había ido escribiendo como un referente de éxito en la España de las Autonomías y a nivel económico. Eso ahora está reducido a un lodazal que genera como mínimo mucho escepticismo y dudas”, concluye.
A lo largo de estos días se han sucedido noticias y portadas de Madrid criticando la gestión política. Del New York Times al Financial Times, nada sospechoso de ser de izquierdas, pasando por The Economist. Con reportajes en los que también se ha puesto de manifiesto esa división social cuando se confinaron barrios obreros del sur.
“En el New York Times, en el Financial Times… Madrid, Madrid, Madrid”, resume Verónica Fumanal, experta en comunicación política. “Madrid fue el foco mediático de la pandemia desde el primer momento porque había una condición virológica mucho mayor que en otros territorios al ser la capital política, económica, institucional y mediática, es el gran aspirador de España. Lo que pasa en Madrid siempre tiene una trascendencia mayor. Pero no se puede negar que durante estos meses el PP ha utilizado a la Comunidad para hacer oposición al Gobierno”, explica.
Acto seguido, señala: “¿Cómo? Dejando entrever que el Gobierno no tomaba las medidas necesarias. Luego diciendo que en la Comunidad quería poner ciertas cosas que Moncloa no dejaba o le vetaban, como el tema de aviones. Más tarde diciendo que tenía que salir la primera de la desescalada y ahora pidiendo otra vez al Gobierno que tome cartas en el asunto. Madrid se ha puesto en el foco porque hay una voluntad política de estar. Al Gobierno de España le viene bien también que una comunidad con los peores datos de toda España esté siendo el ejemplo a seguir puesto por el principal partido de la oposición”.
Fumanal observa: “El PP podría haber tomado Galicia, donde se confinó A Mariña con datos infinitamente mejores que los de ahora. O Andalucía. Pero el PP no ha puesto esas comunidades gestionadas por ellos como ejemplo”. “Ahora cierran León y Palencia, es un anuncio de una comunidad del PP. Por lo tanto, viene a contradecir la estrategia que se sigue desde el partido”, observa.
“Lo que hemos visto es que ha habido una estrategia muy errática, cuyo único fin era ponerse en las antípodas del Gobierno central”, añade. Lo que buscaba Ayuso, añade Fumanal, es hacer crecer su liderazgo siendo “la enfant terrible”. “Es lo que hizo Esperanza Aguirre, pero ella no tenía que gestionar una pandemia de estas dimensiones y a Ayuso le falta mucha experiencia política”, apostilla.
Esto tiene sus consecuencias, advierte. “El principal nódulo y la ciudad más importante en términos de poder en España está condicionada no por los datos que tiene y no por las medidas que habría que tomar, sino por cómo es instrumentalizada para hacer oposición al Gobierno de España”.
Madrid tiene un “discurso desestabilizador”, añade Fumanal. Y reitera: “En estos momentos Madrid es un desestabilizador de España porque las decisiones que se toman no son en función de las necesidades de la enfermedad, sino de un Gobierno regional para crecer al albur de esa crítica a otro Gobierno”. “También digo, considero que si Madrid no fuera Madrid y que toda esta negligencia vinculada a una insumisión hubiera sido protagonizada por parte de otra autonomía, quizá se hubieran tomado medidas mucho más contundentes”, agrega. Se pregunta al hilo: “¿Qué hubiera pasado si lo hubiera protagonizado otro partido de corte nacionalista?”
Fumanal avisa también de que en Madrid no son conscientes del daño reputacional a nivel internacional porque “la repercusión de la prensa internacional aquí es mínima”. “Las secciones de internacional no abren los informativos en España”, dice a modo de ejemplo, “no como en otros países”. “Aquí tenemos una agenda muy doméstica, pero efectivamente Madrid está en el foco internacional porque es una de las principales ciudades del mundo y porque esa estrategia de llevar la contra al Gobierno central tiene muy poca lógica política, económica, democrática, médica y científica”, remacha.
Madrid hoy no es Madrid.