Madrid pide al Gobierno entrar en la fase 1 de desescalada a partir del lunes
Después de la doble reunión del Gobierno de Díaz Ayuso este miércoles.
La Comunidad de Madrid va a pedir al Gobierno entrar en la fase 1 de desescalada a partir del lunes, después de la reunión del ejecutivo regional este miércoles y pese a las dudas de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que había sugerido que Madrid no estaba lista aún.
El debate sobre si la región debía o no pasar o no a la siguiente fase comenzó este miércoles por la mañana, en la reunión que mantienen semanalmente los miembros del Consejo de Gobierno, y continuó por la tarde en un nuevo encuentro telemático, que ha concluido sobre las 18.45 horas, después de que Ayuso dejase la sesión para acudir a una visita programada con anterioridad.
Fuentes del Gobierno regional han informado de que la intención de la Comunidad de Madrid es pasar a la fase 1 el 11 de mayo “con mucha prudencia” y “con medidas protección individual a través de mascarillas”.
Este paso supondría la reapertura de las terrazas a un 50% de su aforo, así como de establecimientos hoteleros y la autorización a celebrar reuniones de hasta 10 personas en domicilios, entre otras medidas.
El vicepresidente de la Comunidad, Ignacio Aguado, llevaba dos días afirmando que la región “está preparada” para pasar de fase y, de hecho, había asegurado que vería “incomprensible” que el Gobierno de Pedro Sánchez no les dejase. “No podemos esperar más tiempo para abrir y para que recuperemos la normalidad”, reiteró esta mañana en una videoconferencia con periodistas.
Por su parte, la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, había deslizado, en una entrevista en radio, que para poder pasar de fase tendrían que reducir las camas UCI, algo que creía que podían lograr “en estos días”.
Pese a estas palabras, la dirigente había mostrado su predisposición a acabar “con tanta fase y regulación e ir directamente a ver qué personas son las que están realmente en peligro”, para que sean esas las que estén “cuidadas al extremo”.
Qué han pedido otras comunidades
Cataluña, que plantea quedarse en la fase 0 en su territorio –incluyendo el área metropolitana de Barcelona– excepto en tres regiones (Tarragona, Arán y Ebre).
Castilla y León, que pide que sólo 53.000 habitantes de 26 “zonas básicas de salud” pasen a la fase 1, con lo que ninguna capital de provincia evolucionaría a una nueva etapa. En la Consejería creen que el Ministerio de Sanidad aceptará sus criterios para que las zonas básicas de salud que sumen al menos siete días sin nuevos casos COVID puedan pasar de fase.
Andalucía propone que todas las provincias andaluzas pasen a la fase 1 de desescalada el próximo día 11 pero que los distritos sanitarios de Granada, su área metropolitana y Málaga lo hagan con “salvedades de transición”, como que no se puedan permitir funerales y velatorios más allá de la estricta intimidad; no se puedan celebrar reuniones, seminarios ni congresos científicos y no se permitan espectáculos al aire libre, mercadillos ni actividades similares.
Castilla La Mancha es la cuarta comunidad en cuanto a contagios y la tercera en defunciones por coronavirus, pero cumple los requisitos para cambiar de fase y presenta unos de los mejores resultados en cuanto a menor tasa de crecimiento del virus (-15,5 %) y menor nivel de contagio (0,55), y por eso pedirá pasar de fase el lunes 11.
Asturias pide que la comunidad pase a la siguiente fase el lunes y adelantar la 2 en trece concejos agrupados en la zona del Valle del Navia-Oscos-Eo, en el extremo occidental, y en los Valles del Oso, en la zona central, ante la baja incidencia de la pandemia del coronavirus en estos territorios. Lo ha solicitado al Ministerio ante la evolución positiva de la pandemia y la baja presión hospitalaria.
Extremadura ha registrado esta tarde la solicitud para que sus dos provincias transiten a la fase 1 el lunes el lunes, es decir, que toda la comunidad evolucione al mismo tiempo en la desescalada.
Navarra solicita el pase de fase toda la comunidad, según ha anunciado el vicepresidente, Javier Remírez.
La Rioja confía en tener luz verde para entrar en la siguiente fase de desescalada, con la tasa de letalidad (muertes entre contagiados) en el 8,47, una de las más bajas del país. En mitad de la pandemia inició la construcción de otras 15 camas de UCI fijas, que estarán operativas en los próximos días y que se sumarán a las 17 iniciales, con la previsión de alcanzar el número requerido por el ministerio, cerca de medio centenar.