Macron elude declararse candidato... pero deja pocas dudas sobre su intención
La oposición ha criticado fuertemente una entrevista del presidente galo de dos horas, en 'prime time', porque entienden que es un abuso de su cargo para hacer campaña.
El presidente francés, Emmanuel Macron, eludió la pasada noche formalizar su candidatura para el Elíseo en las elecciones del próximo mes de abril, aunque dejó pocas dudas sobre sus intenciones al atacar a algunos de los otros pretendientes y al dibujar algunos de las reformas que tiene en mente.
En una larga entrevista de dos horas en televisión, muy criticada por la oposición que le había reprochado de antemano un abuso de su posición para hacer campaña sin decirlo, Macron habló de los más de cuatro años y medio que lleva de jefe del Estado sin hacer prácticamente ningún anuncio.
Reiteró que la reforma de las pensiones es “indispensable”, que la habría llevado a cabo si no se hubiera cruzado la pandemia de covid cuando se estaba tramitando, y que si tiene un nuevo mandato no será la misma que había planteado porque ahora el sistema tiene un problema de financiación que no se planteaba hace cinco años.
Por eso advirtió de que con una reforma en el futuro “habrá que trabajar más”, es decir retrasar la edad de jubilación, pero teniendo en cuenta las particularidades de cada oficio (en particular su carácter penoso) y también “simplificar las reglas” para pasar de los 42 regímenes especiales que existen actualmente a “tres o cuatro”.
Por responsabilidad
Aunque los dos periodistas le interrogaron varias veces sobre si se presentará para un nuevo mandato, Macron insistió en que en un momento como el actual en un pico de la quinta ola de coronavirus debe “todavía asumir (su) responsabilidad de presidente de la República”.
Pero para despejar dudas sobre sus intenciones profundas, él mismo rehizo el discurso: “Si la pregunta es si tengo ambición por el país más allá del próximo mes de abril, por supuesto. Pero en un momento en que hay mucha agitación y resentimiento, tengo que tomar decisiones difíciles para pasar la quinta ola”.
También antes había mantenido esa misma ambigüedad al señalar que actuará como jefe del Estado “hasta el último cuarto de hora” pero al mismo tiempo afirmó que “no se transforma un país en cinco años” y la suya es una visión “a diez años”.
Sobre la cuestión de la inmigración, que se ha convertido en el principal tema de debate en esta precampaña, cargó contra la teoría de la “gran sustitución” de la población tradicional francesa por otra de origen magrebí y africano que utiliza el candidato ultraderechista Éric Zemmour para prometer suspender la entrada de más inmigrantes y expulsar a muchos de los que están.
Macron hizo hincapié en que Francia es desde el siglo XIX “una sociedad de inmigración”, y destacó “lo absurdo de una inmigración cero” cuando el país sigue necesitando que lleguen trabajadores de fuera, pero también en que hay que “controlar este fenómeno” entre otras cosas porque en las últimas décadas Francia no ha “integrado bien” y “hemos segregado nuestro país”.
Reforma de Schengen para las fronteras
Para corregir esa situación, su apuesta es proteger mejor las fronteras exteriores europeas y por eso ha hecho de “una reforma de Schengen”, unas de las grandes prioridades del semestre de presidencia francesa que empezará el próximo 1 de enero.
En el repaso de su mandato, reconoció que la crisis de los “chalecos amarillos” fue un periodo “muy duro” y destacó sobre todo el hecho de que entonces “para algunos la violencia se hizo legítima” y a esa idea le dieron pábulo incluso algunos responsables políticos, algo que le parece “un error funesto” porque “en una democracia no hay espacio para el odio”.
Preguntado sobre si percibe que la violencia estará presente de nuevo en la campaña del año próximo, admitió que ese es un fenómeno que vuelve entre otras cosas porque las redes sociales funcionan como un mecanismo de desinhibición.
Macron rechazó de forma repetida que se le califique de presidente de los ricos por haber reducido masivamente los impuestos al capital al comienzo de su mandato y haber suprimido el impuesto sobre las fortunas (ISF): “tengo derecho a no ser la caricatura en que se me ha querido encerrar”.
No obstante, asumió esas reformas fiscales, que a su juicio son las que han permitido que los más adinerados dejen de irse a crear empresas en el extranjero y lo estén haciendo en Francia donde, recordó, la tasa de paro es ahora la más baja de los últimos 15 años.