Macron da un golpe de efecto con una progresista como primera ministra
La solvente y discreta Élisabeth Borne, extitular de Trabajo y la segunda mujer nombrada para el cargo en Francia, supone un guiño de cara a las legislativas de junio.
Atenta a las cuestiones sociales ambientales y productivas. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha visto cumplidos esos requisitos en la solvente y discreta Élisabeth Borne, extitular de Trabajo y la segunda mujer nombrada primera ministra en Francia y cuya permanencia en el puesto dependerá de las legislativas de junio.
Sustituta del conservador Jean Castex, en el puesto desde julio de 2020, Borne, de 61 años, fue nombrada hoy por Macron como la segunda jefa de Gobierno, después de la efímera experiencia de Edith Cresson (once meses entre 1991-92).
El recién reelegido presidente francés ha optado por su antigua ministra de Trabajo, salida de la órbita socialista, como una manera de aplacar el malestar social en Francia, agravado en los últimos años y reflejado en las presidenciales de abril, cuando la ultraderecha y la izquierda radical sumaron el 45 % de los sufragios.
Con Borne al mando de un Gobierno que deberá cambiar a varios de sus ministros en los próximos días, Macron pretende asegurarse el ala más progresista de la coalición presidencial “Ensemble” (“Juntos”) en las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio.
La meta es evitar que la nueva coalición de izquierdas, bautizada como Nupes, pueda obtener una mayoría en el Parlamento -improbable, según las encuestas- que impondría a Macron una cohabitación con un primer ministro diferente a Borne, seguramente Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa (LFI).
Nuevo método con diálogo
En un afectuoso traspaso de poderes con Castex, Borne pronunció un breve discurso en el que aludió a la puesta en práctica del “nuevo método de Gobierno” con más diálogo que ha pedido Macron y en el que citó como prioridades el poder adquisitivo, la situación internacional o el cambio climático y la transición energética.
Aprovechó también para rendir homenaje a la hasta hoy única primera ministra de la historia de Francia, la socialista Cresson, quien desempeñó el cargo durante el segundo mandato del socialista François Mitterrand (1981-1995).
“Dedico esta designación a todas las niñas para decirles que persigan siempre hacer realidad sus sueños y que nada debe frenar la lucha por el lugar de las mujeres en nuestra sociedad”, dijo Borne, en medio de los aplausos, en un repleto Palacio de Matignon, sede de la presidencia del Consejo de Ministros.
Con un perfil más técnico que político, experimentada por sus pasos en los ministerios de Transporte (2017-2019), Ecología (2019-2020) y Trabajo (desde 2020) -carteras desde las que dirigió las polémicas reformas del sector ferroviario y del subsidio de desempleo-, la nueva jefa del Gobierno tiene un notable bagaje en varios sectores.
Esta ingeniera de Caminos y Puentes ha sido también presidenta de RATP -la Red de Transportes Públicos de París-, responsable de urbanismo en el Ayuntamiento de la capital y prefecta (delegada del Gobierno) de los departamentos de Vienne y de Poitou-Charentes.
De sus varias funciones desempeñadas en la órbita socialista, también destaca la jefatura de gabinete de la entonces ministra de Ecología, la candidata presidencial de 2007 Ségolène Royal, durante el quinquenio del socialista François Hollande (2012-2017).
Borne, quien se considera “una mujer de izquierdas”, se impuso a otras candidatas como Catherine Vautrin, finalmente descartada por sus posiciones vistas como demasiado conservadoras. Sin embargo, su nominación no ha aplacado las críticas, tanto del campo progresista como de la ultraderecha.
“Reducción de las ayudas al desempleo a un millón de parados, eliminación de las tarifas reglamentadas del gas, postergar en 10 años el fin de la energía nuclear, apertura a la competencia de la SNCF (ferrocarril) y la RATP (transporte parisino). La jubilación a los 65 años. Bienvenidos a la nueva temporada del maltrato social”, criticó Mélenchon.
A las diatribas del dirigente izquierdista, quien se postula como primer ministro en caso de que la coalición Nupes gane las legislativas, se unieron las de la ultraderechista Marine Le Pen, quien perdió ante Macron en la segunda vuelta de las presidenciales, el pasado 24 de abril, por un margen menor que en 2017.
“Al nombrar a Élisabeth Borne primera ministra, Emmanuel Macron demuestra su incapacidad de unir y su voluntad de proseguir con su política del desprecio, de la deconstrucción del Estado, de la eliminación de lo social, de la violencia fiscal y del laxismo”, censuró Le Pen.