Lugares que no puedes perderte en Barcelona si eres un alma creativa
Porque la inspiración puede aparecer en cualquier rincón.
Cuando una persona creativa viaja, los lugares más desconocidos pueden convertirse en auténticas inyecciones de inspiración. En muchas ciudades, fuera de los circuitos comerciales, se esconden recónditos espacios cuyas paredes desprenden creatividad, y que están a la espera de ser descubiertos por aquellos ojos que saben mirar más allá de lo que ven.
Esos lugares sirven de inspiración para aquellos que buscan encontrar la idea perfecta. Barcelona, incansable, llena de luz y multicultural, está repleta de esos rincones. Sus cuadriculadas y abiertas calles son el hogar de cientos y cientos de espacios que invitan a emprender un camino que se aleja de lo convencional y que, en su lugar, nos proponen descubrir todos los secretos motivadores de la ciudad condal.
A las 10 de la mañana un equipo de Pixartprinting acompaña a Philip, un inquieto creativo cuyo propósito es descubrir nuevos lugares en Barcelona. Allá vamos.
Los primeros pasos de Philip nos conducen a plaza del Duc de Medinaceli, histórica localización donde se encuentra la primera parada, Soho House Barcelona. El espacio, enmarcado por una enorme fachada en tonos pastel, alberga un club privado cuyo requisito de acceso no es otro que 'tener alma creativa'. Su oferta de habitaciones y otros servicios de lujo para sus huéspedes y socios son solo una de sus actividades que compaginan, además, con eventos como exposiciones, proyecciones, o talleres.
Dividido en diferentes ambientes, cada uno de los espacios ostenta una cuidada decoración; un patrón que se repite en todas las sedes de Soho House desde Londres, su localización original, hasta Nueva York, Berlín o Toronto. El lobby, el bar o la terraza (con una vista privilegiada del Puerto y la Marina) están impregnados por el buen gusto, que también se refleja en los detalles que nos rodean. Materiales nobles, obras de arte y mobiliario de original diseño transmiten una sensación de confort y exclusividad que invita a quedarse y dejar fluir las ideas en compañía de las mentes más brillantes del mundo.
Subiendo por Via Laietana y, más concretamente, girando por la reconocida calle del Comtal, se encuentra la primera papelería de Barcelona dedicada al diseño: Raima. Más de treinta años nos alejan del primer día en que abrió sus puertas en un clásico edificio del siglo XVII que, en pleno Barrio Gótico, reivindica su presencia gracias a su imponente fachada de ladrillos.
La apuesta por la creatividad, que definió los primeros años de vida de esta amable tienda, todavía se palpa en el ambiente. Philip se pierde entre los artículos de papelería que ofrece el acogedor espacio, y presta atención al eje fundamental de su actividad y punto central de su filosofía: el papel. Más de 2.500 referencias, desde los clásicos para bellas artes y edición hasta papeles especiales con infinidad de acabados y tratamientos, se recogen con cuidadoso respeto en su almacén. El orden cromático, que estructura y jerarquiza sus productos, también se perfila en líneas y formas que estimulan toda nuestra imaginación.
Bajo un volumen arquitectónico totalmente fuera de lo común descansan algunos de los mayores referentes históricos materiales del mundo del diseño. El Museu del Disseny, localizado al lado de la plaza de les Glòries Catalanes, es el contemporáneo edificio que acoge estas ambiciosas muestras de diseño gráfico, de moda y producto bajo una singular aproximación a estas disciplinas gracias a sus colecciones permanentes e itinerantes.
Sus espaciosas estancias invitan a perderse por el museo y descubrir cada uno de los objetos y espacios que alberga en su interior. Es así como Philip llega al Centro de Documentación, otro de los lugares imprescindibles del museo. Dedicado a catalogar y archivar piezas originales, también pone a disposición de sus visitantes una amplia colección de volúmenes relacionados con el arte y la creatividad que, sin duda, hacen las delicias de cualquier mente culturalmente inquieta.
La librería de viajes más grande de Europa no defrauda a nuestro protagonista. Su anterior visita le ha hecho meditar sobre el espacio y el tiempo y la imperiosa necesidad de empaparse del mundo que le rodea le conduce directamente a Altaïr, espacio ubicado en plena Gran Vía de Les Corts Catalanes. Un majestuoso balcón corona su entrada, donde conviven libros, mapas, guías y una literatura que promete transportarnos allá donde deseemos, y que ha convertido a este espacio en un lugar esencial para las almas nómadas.
Nada más entrar, Philip se topa con un atrayente tablón de anuncios. Lee atentamente: aficionados a los viajes que visitan la tienda buscan nuevos compañeros para emprender emocionantes aventuras. Bajo el mismo techo, decenas de mapas cubren la parte superior de las estanterías, mientras que otros exóticos objetos (disponibles, y a la venta) pueblan las vitrinas del lugar. Philip cierra los ojos y saborea el espíritu del espacio. Dejarse llevar a otro lugar nunca había sido tan fácil.
Su sencilla apariencia podría hacer pasar este espacio por cualquier otro lugar dedicado al mundo del cómic. Continuarà Comics, sin embargo, es mucho más que eso. Emplazada en Vía Laietana, Philip llega a esta peculiar tienda repleta de estímulos visuales añorando reliquias de otros tiempos que pueda acariciar con sus propias manos. Sus dos plantas albergan codiciados artículos de coleccionismo, como cómics vintage y primeras ediciones, coloridas piezas de merchandising y cómics americanos y europeos. El viaje al pasado está servido.
Su firme vocación de apostar por productos diferentes, según descubre Philip, le ha valido el título de tienda más antigua especializada en cómic en España. Proyectos alejados de los circuitos más convencionales del mundo editorial, como libros de asociaciones o fundaciones, también encuentran su casa en este deslumbrante espacio que homenajea la historia, trayectoria y papel de los tebeos.
Toca hacer una parada para comer algo. Philip pone rumbo hacia el Mercado de Santa Caterina, un emblemático lugar enclavado en la avenida de Francesc Cambó, que sabe conjugar pasado y presente gracias a una decidida apuesta por la arquitectura contemporánea. Su ondulado y colorista tejado inspirado en el característico trencadís de Gaudí da la bienvenida a un espacio lleno de productos con los que estimular la vista, el olfato y, por supuesto, el gusto.
El interior del mercado, que todavía conserva algunos resquicios de su antigüedad, se suma con esta estética modernista a los tiempos que corren. La esencia de los productos de proximidad y la calidad de las frutas y verduras más frescas invaden a Philip, que degusta alguna de ellas mientras pasea bajo su augusta estructura. Un regreso a lo más íntimo de nosotros mismos que nos recuerda la importancia de la influencia de la naturaleza y resulta toda una delicia para los sentidos.
7. Zumzeig Cinema
Las tardes son para los cines. En concreto, para aquellos que ofrecen algo diferente. Es el caso del Zumzeig Cinema, una cooperativa que apuesta por proyecciones totalmente alejadas de lo comercial con una oferta que pasa por documentales, ensayos audiovisuales y películas de autor. Philip pone rumbo hacia la calle Béjar, a solo unos minutos de la parada de metro de Hostafrancs, para descubrir cómo es este espacio que intuye que le cautivará profundamente
Una programación quincenal que tiene como objetivo enriquecer el panorama cultural y educar la mirada es la respuesta a sus premisas. El espacio, que también se posiciona como un cálido punto de encuentro para creadores y espectadores, dispone de salas de proyección que no tienen nada que envidiar a las de cualquier otro reconocido cine. Un cómodo refugio donde escapar del bullicio de la ciudad y conocer otras realidades.
Poblenou es un barrio que, en los últimos años, se ha convertido en el hogar de numerosos espacios que proponen algo diferente. Espai Joliu, en la calle Badajoz, es uno de ellos. Con el carácter propio de uno de esos lugares híbridos y únicos que son difíciles de encontrar fuera de la ciudad condal, esta nave industrial reconvertida es el sitio perfecto para degustar una delicada oferta gastronómica tan saludable como nutritiva.
Philip echa un vistazo a las paredes deslucidas del local mientras consume su café. Su mobiliario y cálida iluminación convierten el espacio en un remanso de paz donde dejar atrás el caos de la ciudad y tomar una bocanada de tranquilidad. Rodeado de plantas, revistas, y artesanía, deja escapar un suspiro. ¿Qué más se puede pedir?
En la calle Sant Pere Més, a unos minutos del turístico Arco del Triunfo, se esconde un auténtico tesoro para los fans de la decoración y los elementos vintage. Así lo percibe Philip cuando se mete en la estrecha calle que aloja al espacio y que le evoca a la Barcelona más aristocrática. Inventory, concept store integrado en el característico barrio de Ciutat Vella, lo recibe como un lugar lleno de detalles y matices.
Originales objetos de decoración de todos los estilos es lo que podemos encontrar en esta tienda donde cada rincón parece estar confeccionado como una amalgama de formas que apenas deja lugar al vacío. Cada pequeño objeto, y su peculiar historia, es un motivo por el que dejarse caer por esta tienda que hará las delicias de muchos creativos, y donde encontraremos los objetos más curiosos y las rarezas más extraordinarias.
La llegada inminente del atardecer obliga a Philip a apresurarse para llegar a su último destino: los búnkers del Carmel. El improvisado mirador, uno de los más elevados de la ciudad, promete unas vistas únicas de Barcelona desde este barrio más alejado de la aglomeración urbana. Ubicado en los restos de una batería antiaérea de la Guerra Civil, la distancia que ofrece respecto a la ciudad ayuda a observarla en su compleja totalidad.
Philip se sienta sobre una de las cornisas ruinosas de los búnkers y disfruta de la sobrecogedora perspectiva. No duda en echar un vistazo a sus pies, y recorrer con la mirada una ciudad tan monumental como inmensa, llena de rincones que explorar.
Diez espacios, diez propuestas, diez maneras de encontrar la inspiración. ¿Quedarán más por descubrir?