Los lugares donde Éric Zemmour ha hecho campaña dicen mucho de su estrategia
Desde su irrupción en el panorama electoral, el ultraderechista sabe que no es bienvenido en cualquier parte.
Ha quedado claro que la región de Marsella no es un buen lugar para Éric Zemmour. El fin de semana, el candidato del partido de extrema derecha Reconquista fue expulsado por el hermano de Zinedine Zidane de un campus de fútbol en Aix-en-Provence. Un final de campaña complicado que recuerda a su caótico viaje de noviembre, no muy lejos de allí, en Marsella, que terminó con un gesto obsceno dedicado a una opositora.
A decir verdad, la campaña de este polémico experiodista ha experimentado varios momentos difíciles. Le ha sucedido en la antigua ciudad de los Justos de Moissac, donde le aplastaron un huevo en la cabeza, o en París, cuando un ciudadano le empujó ante las cámaras. Desde su irrupción en el panorama electoral, Éric Zemmour sabe que no es bienvenido en cualquier parte.
Cuando le preguntaron en enero sobre sus próximos viajes de campaña, el propio Éric Zemmour admitió que sería “complicado” para él ir a grandes ciudades. Prefirió apostar por una “Francia sin Antifa” y priorizar las zonas donde el ex primer ministro Fillon tenía mejor acogida. Esto se evidenció a finales de enero con su viaje a Cannes, donde el candidato de extrema derecha (entonces muy arriba en las encuestas) parecía en su salsa en esta ciudad que había colocado a François Fillon (34,8%) y Marine Le Pen (25,1%) en la cima de la primera ronda de las elecciones presidenciales de 2017. Es su estrategia para asegurar una mejor acogida.
A principios de año, el candidato realizó una serie de visitas a pequeñas ciudades de la Alsacia, como se puede ver en el mapa siguiente.
En verde, las visitas que tuvieron buena acogida. En rojo, las visitas en las que se encontró con oposición de los locales.
Pero más allá de la tranquilidad que busca el experiodista, sus desplazamientos también revelan una intención electoral. “Lo que llama la atención es que ha viajado a zonas donde el voto a Le Pen está bien asentado”, observa Hervé Le Bras, director de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. Este historiador y demógrafo cita como ejemplo el departamento de Tarn y Garona, así como sus viajes por la Alta Francia y el Gran Este. “Es como si su principal rival fuera Marine Le Pen en vez de Emmanuel Macron y su estrategia consistiera principalmente en captar al electorado de Agrupación Nacional”, observa el especialista.
En febrero, François Kraus, director de Política y Actualidad de Ifop, explicó que los mítines de Gilbert Collard, Stéphane Ravier y Marion Maréchal ilustraban la reactivación por parte del candidato nacionalista de “la división entre el Frente Nacional del Norte, más obrero y de izquierdas, y el Frente Nacional del Sur, tradicionalmente más de derechas”. Esto, por supuesto, se ha notado en los destinos elegidos por Zemmour, que, con la excepción de Marsella, se encuentra muy cómodo en la región mediterránea y en zonas dominadas por la derecha clásica.
Al menos en las ciudades medianas. “Esta división también se observa entre las grandes ciudades y las zonas rurales. Cuando Éric Zemmour viaja a los lugares más remotos de la Alsacia o de Eure y Loir, apela a la Francia de los olvidados, sin correr el riesgo de encontrarse con una fuerte oposición local. En cambio, tiene grandes dificultades en las grandes ciudades, donde no consigue captar el voto popular”, comenta François Kraus, quien añade que las tendencias observadas por Ifop confirman esta división regional entre un electorado obrero conquistado por Marine Le Pen y otro, más sureño, periurbano y rural, seducido por este polémico candidato. Según el instituto demoscópico, Éric Zemmour registró su mejor intención de voto en el antiguo Languedoc Roussillon (19%) y en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul (17%), donde rivaliza con la candidata de Agrupación Nacional.
“La inmigración y la inseguridad ciudadana vuelven a ser asuntos más preponderantes en la región mediterránea que en la Alta Francia o en el Gran Este, donde la población es también menos sensible al recuerdo de la guerra de Argelia que en Paca y Languedoc-Rosellón”, analiza en Ifop el politólogo Jérôme Fourquet. Pero, ¿cómo hacer una gran campaña sin las grandes ciudades? Esta es la dificultad para Éric Zemmour, que no puede, en realidad, escapar de ella.
“La gran baza de Éric Zemmour en esta campaña son los grandes mítines llenos de militantes. Esto es más complicado de conseguir en una zona rural. Para obtener estas instantáneas, se tiene que arriesgar a ir a las grandes ciudades”, señala François Kraus. Esto les da a sus rivales, que están muy presentes en estas zonas, la oportunidad de aguarle la fiesta, por no hablar del riesgo para el candidato de encontrarse con una gran resistencia local. Ya sea con los migrantes en Calais o en un campo de fútbol en Aix-en-Provence.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.