Lucía Etxebarria cierra su Facebook tras sus polémicas declaraciones sobre el padre de Gabriel
Denuncia que tuvo que llamar al colegio de su hija porque un compañero la empujó "diciendo que era una feminazi".
Lucía Etxebarria no quiere más exposición en redes sociales y para ello ha decidido cerrar su perfil de Facebook y proteger el de Twitter. Desde este miércoles sólo informa a través de su cuenta de Instagram.
La escritora, ahora también concursante de Ven a cenar conmigo: Gourmet edition, ha adoptado esta decisión después de un incidente vivido recientemente por su hija Allegra, de 14 años, tras los tuits publicados en relación a la muerte del pequeño Gabriel Ruiz, que fue encontrado sin vida el domingo 11 de marzo en el maletero del coche de la novia de su padre. Y lamenta en su cuenta de Instagram, donde ha anunciado la decisión publicando una foto suya junto a la cantante Eva Amaral, que se hayan puesto en su boca cosas que jamás ha dicho.
La autora de Por Qué el Amor Nos Duele Tanto: Una Novela Sobre el Amor Romántico y Otras Trampas Cotidianas asegura que lo que dijo "se sacó de madre". "Dos tuits se sacaron de contexto, eran parte de un hilo... Se tergiversó por completo. Cosas como que yo había culpado a todos los padres o que había culpado a este hombre. Existe una diferencia entre culpa y responsabilidad que no mucha gente sabe apreciar", escribe.
Los mensajes que pusieron a Etxebarria en el punto de mira —y que ahora no se pueden leer— fueron escritos el 11 de marzo. Sus tuits decían:
"Responsabilidad de todos los padres de todos los niños maltratados y abusados que no escuchan a sus hijos. Lo sé como superviviente de abuso", continúa su publicación de Instagram. "Y es una responsabilidad de todos", dice la escritora, que también denuncia que tuvo que llamar al colegio de su hija para avisarles de que un niño la empujó "diciendo que era una feminazi y su madre también".
Al final del texto, la escritora, que tuvo su cuenta de Facebook cerrada por haber publicado una foto suya desnuda, arremete contra aquellos que criticaron su postura en el caso Gabriel: "Linchar al mensajero sólo prueba cómo la sociedad está instalada en la misma animación en la que se instaló mi madre. Yo perdono, acepto, entiendo y amo a mi madre. A otra gente, no".