Los sanitarios, sobre el COVID-19: “Estamos en el pico de la epidemia, los nuevos casos son el rebote de la semana pasada"
En España, el número de contagios asciende a más de 1.000 y los fallecimientos superan la treintena.
“Estamos viviendo el pico de la epidemia y estamos desbordados, los casos que están saliendo son el rebote de la semana pasada, pero considero que hasta la fecha, por lo general, se ha ido gestionado bien”, explica Lucía (nombre ficticio), médico de familia de un centro de salud de la capital.
“La mayoría de nosotros -el personal sanitario- no consideramos que sea tan grave como lo que está saliendo en la prensa, pero sí tenemos la sensación de improvisación total y desubicación absoluta, no sabemos bien cómo actuar. Y bueno, es verdad que con las últimas medidas da un poco más de ‘miedo’ pero más de cara a la protección del paciente que a la nuestra”, añade Esther, residente de un hospital público del sur de Madrid.
En España, el número de contagios asciende a más de 1.000 y los fallecimientos ya superan la treintena. Unas cifras que han llevado a Sanidad a subir de escenario y declarar el nivel de “contención reforzada”, lo que implica, como el propio ministro de Sanidad -Salvador Illa- avanzaba este lunes, “medidas adicionales y un plan de choque para paliar la crisis”.
Lo cierto es que no todas las Comunidades Autónomas se han visto igual de afectadas. Por el momento, País Vasco, Madrid y La Rioja son las que poseen “mayor riesgo”, según reconocía el propio director del centro de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, lo que ha obligado a las ciudades de Madrid, Álava y la Rioja a tomar acciones más restrictivas. En todas estas zonas, los centros educativos permanecerán cerrados durante al menos quince días para evitar la propagación del virus y tratar así de frenar el avance del COVID-19.
“Yo la verdad es que confío en las autoridades que están tomando las decisiones, creo que si se hace es por intentar que los contagios sean paulatinos y que no se colapse el sistema más aún. Pero no sé si el tema de cerrar los colegios será beneficioso o no, porque al final los niños se quedan con los abuelos que son los más vulnerables”, reconoce María, también doctora de un hospital del sur de la comunidad.
Todas ellas, como el resto del personal sanitario, son sin duda las caras más expuestas a la epidemia de coronavirus que ya alcanza los 110.000 casos en todo el mundo, y también, reconocen que los protocolos cambian constantemente y no son del todo claros.
“Cada día nos van diciendo una cosa pero no hay acciones claras ni coherentes, no tenemos sensación de seguridad los profesionales: ni los médicos, ni enfermeros, ni administrativos... cada día es algo nuevo. Más que desprotección es una improvisación y desubicación absolutas”, destaca Esther.
“Esperamos que a final de semana llegue todo el material”, comenta Lucía. “Ayer ya nos dijeron que tenemos que vestirnos todos obligatoriamente con el pijama blanco para no contaminar la ropa, ponernos la mascarilla y toda la indumentaria ante un posible caso, pero tenemos que solicitarlo, muchos ya ni tenemos esos equipos porque no los usamos normalmente”, añade.
“Parece que se van habilitando zonas en los centros y hemos pasado de atender ‘a pelo’ a llevar mascarilla y guantes”, destaca Esther. “Pero yo llevo toda la mañana mirando el correo y no tengo ningún email nuevo sobre el protocolo ni para la urgencia ni para nadie, y en atención primaria estamos igual. ¿Tenemos que pasar con mascarillas sí o no?, ¿qué haces con un catarro, pides más pruebas, menos pruebas?”, se pregunta. “Hay muchas cosas que no se están haciendo por riesgo de contagio de los propios equipos médicos y el Sistema de Salud Público esta dando unas directrices a veces contradictorias. Hay médicos que han tenido contacto con positivos y están aislados y otros, en cambio, en las mismas circunstancias están trabajando”.
Hasta la fecha, y a sabiendas que la información cambiará durante las próximas horas, ante un posible caso de infección: “El paciente permanece en una sala aislado, el personal sanitario llama a Salud Pública si es por la mañana, por la tarde no están así que al 112, y si está estable le decimos que se vaya a su casa, alterne con medicación recomendada para bajar la fiebre y al día siguiente el SUMA se presentará allí con un equipo médico para hacer la prueba”, explica Lucía.
“El problema es que la prueba tarda bastante en dar el resultado positivo”, precisa. “Hay un decalaje de tiempo que se pierde y seguramente con el nuevo protocolo nos permitirán hacerla directamente a nosotros y acelerar el proceso”.
Otra de las medidas previsibles, avanza Lucía, será la presencia de una persona en los centros de salud encargada de realizar un triaje a todas aquellas personas que presenten síntomas como los del coronavirus para que pasen desde el principio a una sala y no contaminen al resto.
“Es importante que la gente intente no acudir a los centros médicos si están controlados, especialmente los pacientes crónicos. Que se pongan en contacto con nosotros y les decimos qué hacer”, añade.
El llamamiento parece que ha calado en la población y, a día de hoy, la bajada de las consultas en urgencias es notable. “Para que te hagas una idea, normalmente el 60% de las urgencias que vemos no son ni urgencias, y estos días se ha notado una disminución clara. Sin embargo, hablando con compañeros de otros hospitales, me comentaban que para organizar cirugías urgentes no hay camas disponibles ni en la UCI ni en la UVI, entonces es ambivalente. Se nota una bajada de las visitas pero luego pasa esto”, explica.
Desde el Ministerio de Sanidad el goteo de medidas como “plan de choque” para paliar la crisis continúa dándose a conocer progresivamente mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya ha anunciado un paquete de acciones que trasciende el ámbito económico, siguiendo con las directrices de la OMS y el resto de Estados Miembros de la Unión Europea.
Ante este escenario, el personal sanitario resiste, a pesar de todo, en primera línea.