"Los negacionistas de la vacuna de la democracia", por Marta Flich
No puede haber equidistancia entre fascismo y democracia, igual que no hay entre terraplanistas y científicos.
Hay quien se queja de la nueva Ley de Memoria Democrática y pretende reemplazarla por otra en la que se establezca una equidistancia entre antidemocracia, es decir, fascismo, y democracia. ¿Cómo puede ser?
No puede haber equidistancia, salvo que el objetivo sea no incomodar a la “necesaria” ultraderecha. Es como pretender que haya una equidistancia entre terraplanistas y científicos, o entre curanderos y médicos.
¿La solución? Educación, educación, y educación. Pública, por aquello de la igualdad de oportunidades. ¿El problema? Hay quien lo primero que hacer cuando llega al poder es reducir la inversión en lo público, ya sea sanidad o educación. ¿Puede que el objetivo sea no tener un pueblo más inteligente y preparado?