Los errores que cometes cuando te lavas la cara por la mañana
¿Cada cuánto cambias la toalla?
Lavarse la cara cada mañana es casi un acto reflejo y una buena forma de espabilar nada más levantarse, pero es también un paso fundamental para mantener la salud de nuestra piel. La forma y los productos que utilizamos para limpiarla no deberían ser triviales si queremos prevenir el envejecimiento o la deshidratación de la piel, así que limitarse a los clásicos agua y jabón es hacerse un flaco favor a uno mismo.
“Limpiar la piel por la mañana es fundamental ya que, mientras dormimos, se acumulan en nuestra piel bacterias, suciedad y partículas de sudor que taponan los poros, haciendo que el rostro pierda su aspecto saludable, además de facilitar la aparición del acné, que surjan las primeras arrugas o, incluso, algunas infecciones”, explica Marta Barrero, farmacéutica, experta en dermocosmética y codirectora del salón madrileño The Secret Lab.
Para saber cómo y con qué productos hay que realizar la limpieza hemos consultado con Barrero y con la doctora Paloma Cornejo, dermatóloga miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Ellas nos han contado qué errores cometemos y qué podemos hacer para cambiarlo.
Utilizar solo agua y jabón
Si no te queda otro remedio puedes utilizarlos, pero no es lo mejor para tu piel. “Lo ideal es hacer una doble limpieza”, explica la doctora Cornejo, que recomienda “empezar por un producto de base oleosa como la leche limpiadora o el agua micelar, y luego retirar los restos de producto con un limpiador al agua que haga un poco de espuma”.
Para Barrero, “lo más adecuado es utilizar un producto específico para eliminar los restos de suciedad”. La farmacéutica sugiere varios limpiadores, en función del formato que más se adapte a nuestros gustos y piel: “Gel (sin jabón), espuma, leche limpiadora y tónico o agua micelar”. Y da un truco para los más perezosos: “Aprovechar el momento de la ducha para esta rutina”.
Por su parte, la dermatóloga apunta que para que la limpieza sea “perfecta” habría que añadir “un tónico para equilibrar el pH”.
No fijarse en la toalla
No sirve de nada limpiarse religiosamente la cara si luego la secamos con una toalla plagada de gérmenes. Por eso ambas expertas coinciden en que es imprescindible cambiarla cada dos días y utilizar una pequeña exclusivamente para el rostro. Nunca se debe usar la misma que para otras partes del cuerpo.
La farmacéutica Barrero apunta además que las personas con pieles con acné deberían “evitar el uso de toallas para prevenir posibles infecciones”. En ese caso, recomienda “tissues de un solo uso que absorben el agua de forma suave, sin necesidad de restregar ni, por tanto, arañar la piel”.
Pasarse con la temperatura del agua
El agua fría no sirve solo para espabilar por la mañana, también ayuda a cerrar los poros. Lo explica la dermatóloga Cornejo, que recomienda limpiarse con agua fría. Barrera coincide con ella e insiste en que esté “tirando a fresquita”. La farmacéutica y experta en dermocosmética resalta la importancia de evitar lavarse la cara con agua caliente. ¿Los motivos? “Deshidrata y elimina los aceites naturales que protegen nuestra piel, lo que causa sequedad y una mayor producción de sebo. Además de favorecer la aparición de rojeces, irritaciones y eccemas”, explica.
La fría, por el contrario, contribuye a conseguir una piel saludable. Barrera enumera por qué:
- Ayuda a estimular la circulación.
- Ayuda a eliminar mejor las toxinas a través de los capilares, contribuyendo a prevenir el acné y otros problemas.
- Ayuda a tonificar la piel.
- Reduce la hinchazón del contorno de ojos y, en general, la inflamación.
Olvidar la hidrataci´
Justo después de limpiarla, la piel está en las mejores condiciones para hidratarla, así que no esperes para ponerte tu crema. “Una vez que la cara está limpia y se ha aplicado el tónico, la piel va a estar preparada para absorber mucho mejor los principios activos de los sérums y de las cremas hidratantes”, cuenta la doctora Cornejo. La farmacéutica Barrero añade otra recomendación imprescindible durante todo el año: “Hidratante con protección solar”.