Los entresijos de 'La isla de las tentaciones'
Cuánto han ganado y cómo van a rentabilizar la fama los participantes del 'reality' de Telecinco y Cuatro.
No requiere título académico: de profesión, tentado (pareja) o tentador (soltero). Tronista o pretendiente. Exgranhermano o exsuperviviente. Los realities (especialmente los de Mediaset) han abierto todo un abanico de posibilidades laborales para los jóvenes.
Las parejas y los solteros de La isla de las tentaciones aseguran que han participado en el reality de Telecinco y Cuatro para ‘vivir la experiencia’, como suele decir cualquier otro concursante de cualquier otro programa similar. Pero en La isla de las tentaciones no mencionan como parte de esa experiencia las vacaciones gratuitas de las que han disfrutado en República Dominicana cuando grabaron todos los programas en junio de 2019. Eso es parte del paquete.
No es lo único. Si participan en un reality en el que no hay premio económico —como sí ocurre en Gran Hermano o Supervivientes— es porque existen otros alicientes para tirarse al barro. Comprobar si es la pareja ideal no da dinero. En La isla de las tentaciones no hay premio en metálico.
Por eso, a cambio, claro, cobran un caché fijo por participar. Según ha podido saber El HuffPost, los tentadores se habrían embolsado 900 euros y las parejas más de 2.000, por permanecer poco más de un mes en las villas de la República Dominicana. Una cantidad que se puede incrementar una vez fuera en función del protagonismo que hayan adquirido en el reality. Los participantes empiezan a tener más presencia en televisión, y eso se traduce en más Money, money, money.
A ninguno le pilla de nuevas el negocio televisivo. Todas las parejas de La isla de las tentaciones, excepto Fani y Christofer, han pasado antes por Mujeres y Hombres y Viceversa, Gran Hermano o First Dates. Todos ellos programas de Mediaset y del mismo corte, es decir, dating show-reality. Son los reyes de la nueva farándula.
A pesar de que Mediaset no facilita las cifras del caché de los participantes de La isla de las tentaciones —por respetar la confidencialidad de contrato—, El HuffPost ha consultado a representantes de algunos de ellos y a empresas que gestionan los contratos de sus bolos para saber cuánto les ha costado poner en juego su relación y cómo lo rentabilizarán a partir de ahora, una vez que acaba el programa.
Los bolos (cobrar por aparecer en una discoteca para hacerse fotos con la gente) han sido un negocio incuestionable desde los inicios de Mujeres y Hombres y Viceversa, en 2008. Sin embargo, el tirón de los pretendientes y tronistas del dating show —que presentó Emma García y que ahora está en manos de Toñi Moreno— ha decaído.
Eso no quiere decir que los tentados no vayan a hacer caja apareciendo en una discoteca, sino que los bolos ya no se pagan tan bien como antes. Según fuentes cercanas a Belén Esteban, la colaboradora de Sálvame podía cobrar en su mejor momento entre 6.000 y 12.000 euros por un bolo, aunque los profesionales indican que esas cifras se han desinflado muchísimo con los años. Empezaron a entrar demasiados actores en juego. “Gran Hermano se cargó el mundo de los bolos”, explica a El HuffPost Kiko Matamoros, que lleva toda la vida en televisión y ejerce de representante.
No sólo han bajado los cachés, sino también el número de bolos que se organizan. Pese a ello, el negocio sigue siendo muy rentable. Actualmente se puede cobrar, como mucho, entre 1.500 y 1.600 euros por aparecer en una discoteca a las 3 de la mañana, permanecer allí unas tres horas y media y hacerse fotos con la gente. A lo que ganen, se suman consumiciones en el local, desplazamiento, cena y alojamiento. Es decir, no tienen gastos, aunque a ese caché se le resta el habitual porcentaje que le corresponde al representante. Son los famosos que más ganan por un bolo.
El negocio no tiene tanta salida en Madrid, porque lo habitual en la capital es salir de noche y encontrarse a ‘los famosos de la tele’.
También hay distinción de sexos: “Los chicos funcionan mucho mejor”, mientras que las mujeres tienen poco tirón porque “hacen poquilla cosa”, coinciden los representantes. En el caso de La isla de las tentaciones, la chica que tiene todas las papeletas para equipararse salarialmente a ellos sería Fani, por el peso que ha obtenido en el programa. Además, ya muchos la comparan con Belén Esteban, y a ella le hace “ilusión”, como reconocía en la exclusiva que ya le ha dado a la revista en Lecturas.
“Si el tirón del personaje es menor, se les ofrece 1.000 euros y, además, si es mujer se le paga 200 euros menos”, detalla a El HuffPost una de las empresas que se encarga de contratarlos. “Como Fani, Rubén y Julián son los que más posibilidades tienen. Quizás también Gonzalo. Serán los más activos, como lo fueron Rafa Mora, Alberto Santana, Oriana y Violeta de MYHYV en su momento”, explica Matamoros, quien subraya que “ahora tiene mucho más tirón el DJ famoso de turno” al que van a ver para hacerse la foto.
Una vez que han salido en pantalla, todos aspiran a quedarse en televisión para no caer en el olvido y seguir sacando dinero. “En la tele se paga muy bien”, dice uno de los representantes. Pagan bien en espacios como Sábado Deluxe o simplemente por ser colaborador en los debates de cualquier reality. “Ahora mismo, Kiko Jiménez [el novio de Sofía Suescun y ex de Gloria Camila, que ha pasado por MYHYV, Supervivientes y GH VIP] podría cobrar un mínimo de 8.000 euros a la semana”.
Parecen cifras escandalosas, pero no lo son si se tiene en cuenta todo lo que generan. Lo que paga Mediaset (o la productora en cuestión) se queda en nada en comparación con lo que ganan las cadenas. No hay mejor prueba de ello que el fenómeno Pantoja, la concursante mejor pagada de la historia de Supervivientes. En la edición de 2019, la tonadillera cerró su caché en 80.000 euros semanales. Telecinco podía pagarlos: gracias al engranaje de audiencia y publicidad, la cadena ingresó 2.664.000 millones de euros por una sola gala. Más de 3,5 millones de espectadores siguieron el programa, con una cuota de pantalla media del 33,7%.
La isla de las tentaciones no ha sido un fenómeno menor: la audiencia ha ido creciendo desde los más de dos millones de espectadores hasta superar los 3,6 millones. Es algo normal en Telecinco, pero pocas veces Cuatro (donde también se han emitido las galas) ha conseguido esos datos. El espacio no sólo lidera su franja, sino que anota resultados de récord entre los más jóvenes: más del 46% de share entre los de 13 y 24 años y más del 43% entre los de 25 a 34 años. Incluso la princesa Leonor es una de sus fieles seguidoras. Es también uno de los programas más comentados en redes sociales: no ha habido día de emisión en el que el nombre de algún concursante o el del reality no haya sido Trending Topic.
Además, a la farándula se le abre un nuevo mercado. Los ‘famosos de realities’ pueden percibir hasta 3.000 euros por publicar un post en su cuenta oficial de Instagram. Un ejemplo de que las redes sociales son un factor más que está desinflando el negocio de los bolos.
Desde luego, es un mercado a priori rentable, pero como dicen los artistas, los de toda la vida, “lo difícil no es llegar, sino mantenerse”.