Los diputados de Vox desoyen el Código Ético del Congreso y rechazan detallar contratos y regalos
Tampoco detallan las organizaciones con las que colaboran.
Los 52 diputados de Vox en el Congreso han evitado detallar las actividades realizadas durante los cinco años anteriores a su cargo y los regalos recibidos y han optado por rellenar sus declaraciones de intereses todos con la misma fórmula declarando que su actividad está siempre al servicio del “interés superior de España” y en ningún caso se puede ver condicionada por otros factores.
El Congreso ha publicado este martes las declaraciones de intereses económicos que, por primera vez, han tenido que registrar todos los miembros de la Cámara en aplicación del Código de Conducta aprobado por las Cortes el pasado mes de octubre.
El objetivo es que cada diputado consigne en ellas detalles como las actividades que desarrolló en los cinco años anteriores a la obtención del escaño y “que puedan condicionar su actividad política o le hayan proporcionado ingresos económicos”; así como los obsequios recibidos o las fundaciones y otras asociaciones a las que hayan contribuido.
Sin embargo, ninguno de los 52 diputados Vox, liderados por Santiago Abascal, da ningún tipo de detalle en su declaración y todos han optado por rellenar el documento de manera idéntica.
Al servicio de España
“Ninguna de las actividades desarrolladas por mi durante los cinco años anteriores a la obtención del mandato parlamentario podrá condicionar mi actividad política en tanto en cuanto esta se desarrollará siempre al servicio del interés superior de España y de los españoles con lealtad a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico vigente tal y como juré en la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados”, reza la respuesta ‘tipo’ de los parlamentarios de Vox.
En cuanto a las actividades que les hayan proporcionado ingresos, se remiten a las declaraciones de bienes que todos los diputados deben rellenar al acreditarse en la Cámara y que son también públicas.
Respecto a los regalos, todos los miembros del grupo parlamentario aseguran no haber recibido ningún obsequio “de especial consideración y valor”. “Exclusivamente los obsequios propios de la relación familiar, amistosa o social sin alcance material o económico relevante”, aseguran no sin volver a insistir en que, en cualquier caso, ningún regalo es susceptible de condicionar su práctica parlamentaria.
Los diputados de Vox tampoco detallan las organizaciones con las que colaboran y se limitan a apuntar, todos de idéntica manera, que durante los últimos cinco años han realizado “pequeñas aportaciones y tareas de voluntariado a entidades benéficas, de ayuda social y promoción cultural y educativa”.
También los diputados del PSOE han recurrido a fórmulas iguales para todo el grupo, aunque en su caso los socialistas sí relacionan sus anteriores trabajos y entidades a las que hacen donaciones, y luego se limitan a añadir que también han recibido “regalos y obsequios normales dentro de los usos familiares y sociales” que no han condicionado su actividad política sociales que no han condicionado su actividad política, ni constituyen conflicto de interés.
Conflicto de intereses
“Adicionalmente, no he recibido otras donaciones, obsequios, beneficios relevantes que hayan podido condicionar el desarrollo de mi actividad política o parlamentaria que se encuentren dentro del ámbito de aplicación del Código de Conducta de las Cortes Generales”, subrayan los miembros del Grupo Socialista.
Según el código ético, existirá conflicto de interés cuando un miembro de las Cortes Generales tenga un interés personal, “tanto directo y propio, como indirecto o a través de otra persona singularizada, que pueda influir de manera inadecuada en el cumplimiento de sus deberes; de tal forma que se pueda poner en duda su objetividad o independencia, o que implique que como parlamentario no persiga la consecución del interés general”