Los cinco mejores profesores de España ponen tareas al Gobierno: "Deben sentarse y dejarse de colores y tonterías"

Pedro Sánchez fue investido el 7 de enero como presidente del primer Gobierno de coalición desde la II República. El socialista sacó los apoyos suficientes en una votación de infarto gracias al acuerdo al que llegó su partido con el de Pablo Iglesias.

Durante los próximos cuatro años, el Gobierno tiene muchos retos que afrontar. Y uno de los principales es el de la Educación. Sánchez ha asegurado que impulsarán una ley educativa que derogue la actual Ley LOMCE, aprobada por el Partido Popular en su periodo de mayoría absoluta. Para ello, el nuevo presidente del Gobierno ha puesto al frente de la cartera de Educación a Isabel Celaá y del ministerio de Universidades a Manuel Castells, de Podemos.

¿Y qué deben hacer los nuevos responsables? Los recientemente nombrados mejores profesores de España en las categorías de Infantil, Primaria, Eso y Bachillerato, Formación Profesional y Universidad ya han puesto los primeros deberes a los representantes políticos.

Patricia del Valle, Lourdes Jiménez, Lluis Bonet, Sergio Banderas y Alejandra Cortés son los que han conseguido ganar los premios que otorga la plataforma educativa Educa y la Obra Social Abanca. En pocas palabras: han ganado los Goya de la educación.

Para los cinco docentes premiados el principal problema va más allá de un partido político y añoran un pacto de Estado por la educación, algo que no cambie cada vez que hay un nuevo ocupante en la Moncloa.

“Los partidos deberían sentarse y dejarse de colores y tonterías para realizar una ley firme con maestros de cada área y que no sea moneda de cambio cada cuatro años”, sentencia Jiménez, docente de Educación Física en un colegio del municipio jienense de Villanueva del Segura.

Bonet afirma que hay que plantear una opción “común, duradera y de garantías”. Este profesor de Matemáticas de un instituto de Alicante añade que hay que decidir qué se busca para los jóvenes españoles. “Si la cambian que vengan a los centros a ver el panorama real”, señala la madrileña Del Valle, quien pide alto y claro que “la educación no sea un asunto político”.

El malagueño Banderas también añora ese pacto de Estado, aunque es pesimista y cree que de momento “es utópico”. Tan solo Cortés, docente de la Universidad de Zaragoza, cree que acabará llegando en algún momento porque, según afirma, iría de la mano de una mayor credibilidad y la política se beneficiaría.

La financiación también preocupa a estos cinco profesores. Coinciden en que una mayor inversión permitiría tener más recursos materiales con los que poder profundizar en el uso de las nuevas tecnologías y unos docentes mejor formados. “Hay pocos recursos económicos reales”, se resigna Cortés. Aseguran que la mayor preparación de los profesionales acabaría con la excusa de que no usan en clase esas herramientas por falta de conocimientos.

Un ratio de alumnos excesivo

Otro de los puntos en los que convergen es el hecho de que hay un exceso de alumnos en las clases. Aunque afecta a todos, son los profesores de Infantil, Primaria y Eso y Bachillerato los que más se quejan.

“Si queremos que salgan con destrezas y herramientas para afrontar la vida hay que trabajar con menos niños porque cuesta mucho”, indica Jiménez, que situaría el ratio ideal de alumnos por clase en 15 ó 16. Y reduciría la burocracia.

Del Valle también es de la opinión que los 16 es una buena cantidad y para ello tira de una experiencia personal: “Una vez trabajé con 12 niños y me permitió hacer muchas cosas con ellos. Puedes adaptarte al ritmo de aprendizaje de cada uno y añadir actividades de refuerzo o ampliación”. En las edades con las que trabaja Bonet, la cifra de niños por clase está por encima de la treintena, hecho que, según él, impide que se puedan obtener mejores resultados en el informe PISA.

Además, la jienense, que destaca que hay cosas “positivas y muy buenas” en la actual educación, pondría el foco en dar más importancia a las artes plásticas, a la música y a la educación física.

“Debemos dejar de ver como una pérdida de tiempo todo lo que no es teórico. La música aporta inspiración, el arte y la plástica es imprescindible para el correcto desarrollo motor, cerebral, cognitivo y la educación física es deporte y mejora el rendimiento académico. Jugar no es perder el tiempo y no es jugar por jugar”.

Por su parte, la aragonesa no se olvida de los parámetros de selección del personal. Cree que no son los adecuados porque, al margen del currículum como tal, también hay que saber dar clase. 

“Contento con que quiera apostar por una FP fuerte”

“La FP tiene que ser una joya a cuidar y ahí espero tener un fuerte respaldo entre comunidades autónomas, Ministerio, fuerzas políticas y agentes sociales”, aseguró Celaá en su toma de posesión, destacando que tiene que dejar de ser “la hermana pobre”.

Esas palabras ilusionaron a Banderas, que cree que se debería apostar mucho más por la Formación Profesional “haciendo una campaña publicitaria fuerte porque parece que es la opción B”.

“Pido más plazas para la FP pública. Se quedan fuera muchos alumnos y se está beneficiando la privada. Eso significaría un mayor presupuesto para que haya más aulas, centros, profesores, etc. También más especialidades porque en materias tecnológicas se desactualizan muy rápido y volverlas a actualizar es un proceso muy lento”, describe sobre la actual Formación Profesional este docente malagueño de 43 años.

Banderas pide asemejarse en algunos aspectos a Alemania: “Hay que hacer un mix. Ahí el alumno echa el currículum en una empresa y en función de varios factores esta te contrata cobrando el salario mínimo y durante tres años combinas el trabajo con la formación conjunta. Después muchos se quedan trabajando ahí. No tienes que pagar y te pagan y eso da mucho valor a la FP”.

En contra del veto parental  

Veto parental. Estas dos palabras han sido las protagonistas de la última semana y media. Han copado titulares, declaraciones y rifirrafes en las redes sociales. Todo el mundo habla de la medida impulsada por Vox en Murcia para intentar evitar, según afirma la formación de Abascal, “el adoctrinamiento en ideología de género que sufren los menores en los centros educativos en contra de la voluntad y los principios morales de los padres”.

Se trata de una autorización para que los padres decidan a las actividades externas a las que van sus hijos evitando las contrarias a sus ideas. Los ganadores de los premios en las diferentes categorías no ocultan su posición contraria a esta medida.

El más duro y el que menos reparo tiene en criticarlo es Banderas: “Creo que es postureo, es absurda esa propuesta. Nos están engañando para que cada partido siga consolidándose con sus votantes. Sería retroceder varias décadas, porque siempre se han dado charlas de educación sexual en el colegio y se cuentan realidades que evitan muchos conflictos. Como persona, padre y ciudadano me parece surrealista”.

Bonet lo tacha de una “incursión de un partido político” sobre el trabajo del profesor y destaca que hoy en día el Congreso de los Diputados es el “más plural y diverso que ha podido haber hasta la fecha”.

Opiniones similares a las de Cortés o Jiménez. “No es una demanda del mundo educativo más real, quizás de algún sector muy puntual”, remarca la primera, mientras que la segunda identifica el veto parental como “una especie de mordaza” que es contrario a la idea de que “la escuela debe generar individuos que sean libres”.