¡Los cuerpos de las mujeres no son campos de batalla!
Dos meses después de la invasión de Rusia, las mujeres claramente están pagando un precio muy alto.
Cientos de mujeres ucranianas han sido violadas por soldados rusos. La violación y la violencia sexual se están utilizando como “arma de guerra” en Ucrania y debemos, primero, poner todas las herramientas a nuestro alcance para evitarlo y también asegurarnos de que las víctimas reciban toda la ayuda necesaria, incluida la anticoncepción de emergencia. Ni una sola persona que busque refugio en la UE debe correr el riesgo de caer en manos de traficantes sexuales o verse obligada a continuar con un embarazo que resultó de violaciones brutales. Estos son algunos de los aspectos que hoy debatimos y aprobamos en una resolución del Parlamento Europeo sobre el impacto de la guerra contra Ucrania en las mujeres.
Dos meses después de la invasión de Rusia, las mujeres claramente están pagando un precio muy alto. En Irpin, una niña de 17 años fue testigo de cómo unos soldados rusos violaban y mataban a golpes a su madre y a su hermana de 15 años. A ella la dejaron viva para que contara lo que había visto. Este es solo uno de los muchos horribles casos de violencia sexual perpetrados por las tropas rusas, como parte de una estrategia de terror.
El presidente Putin y todos los criminales sexuales deben ser llevados ante la justicia por estos crímenes de guerra, en Bucha en Irpin y en tantos otros lugares. La UE debe redoblar sus esfuerzos —mediante fondos y logística— para recoger y documentar los testimonios de las víctimas y registrar escrupulosamente todos los casos de violencia sexual.
Pero las mujeres ucranianas no están seguras, ni siquiera, una vez fuera de Ucrania. De los aproximadamente cinco millones de refugiados y refugiadas que han huido de Ucrania hacia la UE, el 90% son mujeres, niños y niñas. La trata de personas es uno de los mayores riesgos a los que tienen que hacer frente; incluso antes de la guerra, las ucranianas estaban entre las principales víctimas de la trata en la UE.
La Unión Europea ya ha dado un paso sin precedentes para proteger a los y las refugiadas ucranianas al activar la Directiva europea de protección temporal. Esta otorga protección y derechos en toda la Unión a todas las personas que huyen del conflicto, permitiéndoles trabajar y brindándoles acceso a la seguridad social y a la educación. Esto significa que, en gran medida, se reduce el mercado del tráfico de migrantes para las bandas criminales, pero el riesgo de tráfico sigue siendo alto. La Comisión debe proponer más medidas contra la trata; por ejemplo, la puesta en marcha de una línea telefónica de ayuda gratuita disponible en toda la UE, que brinde ayuda en lengua ucraniana a las víctimas de la trata de personas o de violencia sexual.
Los traficantes intentan sacar beneficio del drama y el dolor de otras personas, abusan de la vulnerabilidad de los refugiados haciéndose pasar por falsos voluntarios, con promesas de alojamiento o transporte. Ante estos hechos deplorables, los Estados miembros deben proporcionar un transporte seguro y coordinado que permita la movilidad entre países.
En este punto, una prioridad ineludible consiste en mejorar el registro de las personas refugiadas y voluntarias para garantizar su seguridad. Las ONGs, las organizaciones civiles y el voluntariado que están trabajando arduamente para ayudar a los 2,8 millones de refugiados en Polonia admiten que no pueden hacer un seguimiento de dónde terminaron todos los demandantes de asilo. Es necesario que los Estados, entre ellos el polaco, intensifiquen sus esfuerzos para garantizar una mejor coordinación sobre el terreno y una mejor distribución de tareas. ¡La prioridad debe ser siempre la protección y la seguridad de las y los refugiados, evitando la explotación sexual y brindando acceso a la atención médica y la educación a los niños y niñas!
Un gran problema al que se enfrentan las mujeres ucranianas en Polonia, pero también en Hungría y Eslovaquia, es a la preservación de la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Las ONGs reciben cientos de llamadas de mujeres embarazadas que huyen de Ucrania y que no pueden interrumpir sus embarazos debido a la prohibición de facto del aborto en Polonia. ¡Esto es inaceptable! Todos los Estados miembros, incluyendo Polonia, están legalmente obligados a garantizar el acceso al aborto seguro para las mujeres víctimas de violación. En el texto aprobado en la Eurocámara pedimos programas específicos de la UE para mujeres y niñas víctimas de la violencia, y más fondos directos para apoyar a organizaciones locales que brindan servicios y refugio a las refugiadas que sufren violencia de género. Contemplamos la transferencia inmediata a otros Estados miembros de la UE para superar las restricciones nacionales con respecto al aborto.
Tampoco debemos olvidarnos de las necesidades de las mujeres ucranianas que permanecen en el país, que como resultado de la guerra, también carecen de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. Actualmente, hay unas 80.000 mujeres esperando para dar a luz en Ucrania y necesitan apoyo médico para hacerlo de manera segura. Otras pueden necesitar acceso a la anticoncepción de urgencia, aborto seguro y legal o a tratamientos clínicos después de la violencia sexual. Pedimos fondos urgentes para proporcionar servicios de salud sexual esenciales y vitales, en particular para enviar los llamados “kits de dignidad”, incluidos anticonceptivos y productos sanitarios y de higiene en paquetes y convoyes humanitarios destinados a Ucrania a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE.
Lamentablemente, la violencia sexual es una realidad en tiempos de paz. Los conflictos armados la exacerban, convirtiéndola en un arma de guerra, porque en situaciones tan extremas los mecanismos de protección tienden a romperse. Pero nuestra obligación es poner todos los medios a nuestro alcance para que los cuerpos de las mujeres no se conviertan en el campo de batalla.