Los cuatro sitios con más gérmenes en aeropuertos y aviones
No hay por qué preocuparse, pero conviene llevar toallitas encima.
Teniendo en cuenta los millones de personas que hay en los aeropuertos y en los aviones todos los días, quizá debas tener un pelín de cuidado con los gérmenes.
La mayoría de los gérmenes con los que nos cruzamos cada día no son peligrosos, a menos que tengas una deficiencia inmunitaria o una herida abierta. Las bacterias y los virus nos rodean y muchos de ellos son inofensivos. Pero cuando viajas, hay ciertos lugares a los que debes prestar atención —simplemente para estar seguro—, ya que mucha gente entra en contacto con ellos.
La edición estadounidense del HuffPost ha recopilado varios estudios y experimentos para ver los cuatro sitios con más gérmenes en aeropuertos y aviones a los que les convendría un buen lavado.
La bandeja desplegable
En 2015, la web de valoración de viajes Travel Math envió a un microbiólogo para recoger 26 muestras de diferentes superficies en cinco aeropuertos y cuatro aviones. La bandeja desplegable de la parte trasera de los asientos era la que más bacterias tenía, con 2.155 UFC (unidades formadoras de colonias) por metro cuadrado.
Como referencia, la cisterna del baño tiene 265 UFC por metro cuadrado. ¿Otro sitio que supere la cisterna? Los ventiladores de la parte superior, con 285 UFC por metro cuadrado.
El estudio del microbiólogo de Travel Math descubrió que las 26 muestras dieron negativo en coliformes fecales como la bacteria E. coli. Sin embargo, en una entrevista de 2017 con Time, el doctor Charles Gerba, profesor de Microbiología en la Universidad de Arizona, aseguró que algunas bandejas desplegables en aviones portaban el virus de resfriado, el norovirus y la bacteria SARM.
Botones de fuentes de agua
Travel Math descubrió que, en los aeropuertos, los botones de las fuentes de agua se llevaban el premio al sitio con más gérmenes, con 1.240 UFC por metro cuadrado, mientras que los cerrojos de los baños dieron un sorprendente 70 UFC por metro cuadrado. El equipo de Travel Math señala que esto puede deberse a que los servicios de limpieza lavan los baños con frecuencia (por una buena razón), pero no otras zonas, como las fuentes de agua.
En 2012, Gerba demostró cómo pueden ser las fuentes de agua con gérmenes en un estudio en el que se asoció con Kimberly-Clark Professional y The Healthy Workplace Project para analizar muestras de edificios de oficinas. Descubrieron que el 23% de los botones de fuentes de agua testados tenían altos niveles de trifosfato de adenosina, o ATP, una molécula útil para analizar la contaminación.
El asiento de un avión
En 2014, investigadores de la Universidad de Auburn (EE UU) demostraron en un estudio de dos años que las bacterias pueden propagarse en los vuelos durante varios días. Una importante aerolínea envió material a los investigadores: objetos comunes como cortinas de ventanas, bandejas desplegables de plástico y bolsillos de asientos, que esterilizaron antes de añadir bacterias como SARM y E. coli. Los investigadores simularon los niveles de temperatura y humedad comunes en un vuelo comercial para ver cuánto tiempo sobrevivían las bacterias.
Donde más tiempo permaneció la bacteria fue en el material de los asientos de la cabina. La bacteria SARM sobrevivió durante 168 horas (o siete días) en el material del bolsillo del respaldo del asiento, y la E. coli, durante 96 horas (o cuatro días) en el material del reposabrazos. El equipo señala que la investigación no era para alarmar a nadie, sino un recurso útil para las aerolíneas.
Bandejas para pasar los controles del aeropuerto
En 2014, el periodista Jeff Rossen y su equipo de investigación tomaron muestras de superficies en aeropuertos y aviones cuando hacían escala en tres vuelos por Estados Unidos con diferentes aerolíneas. Las muestras analizadas por microbiólogos probaron que las bandejas de los controles de embarque tienen muchos gérmenes. Uno de ellos dio positivo en "materia fecal a niveles lo suficientemente altos como para hacer enfermar a alguien". No resulta tan sorprendente, teniendo en cuenta que los viajeros colocan sus zapatos en dichas bandejas.
En septiembre de 2017, el aeropuerto de Akron-Canton Airport, en Ohio (EE UU), empezó a combatir la propagación de bacterias en estas bandejas colaborando con un hospital local para usar bandejas forradas con esteras y asas autolimpiantes de color naranja.
Cabe recordar que en los estudios y experimentos hay cierto margen de error, y que, según informa USA Today, muchos aeropuertos ya están renovando sus listas de limpieza para incluir máquinas de fregado automático y un lavado habitual de los puestos.
La razón por la que las bacterias permanecen tanto tiempo en los aviones es porque algunos servicios de limpieza no tienen tiempo suficiente para desinfectar la cabina. En febrero, el New York Times entrevistó a un miembro del servicio de limpieza que explicó que los trabajadores tenían un tiempo límite para limpiar el avión antes de que los pasajeros hicieran escala.
"Necesitamos entre diez y quince minutos para limpiar, pero nos dan seis o siete", se queja Sameer Yousef, quien entonces era limpiador de la cabina principal para un equipo de limpieza de aviones. "Es mucha presión, ya que no ponen a nadie más para que nos ayude".
Para hacer el viaje más fácil (y más limpio), lávate las manos con frecuencia. Si no puedes por alguna razón, usa toallitas húmedas o algún desinfectante: deberían estar permitidos siempre que vayan en envases de tamaño de viaje, es decir, de 100 mililitros o menos.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Lucía Manchón Mora