Los cuatro momentos en los que el Gobierno de Ayuso fue como el de Torra
Los últimos movimientos de la presidenta madrileña han calcado algunas afrentas del independentismo a la Justicia.
Entre Isabel Díaz Ayuso y Quim Torra hay un abismo ideológico. Pero la política es tozuda y ha unido a la popular, presidenta de la Comunidad de Madrid y al expresident catalán bajo el paraguas de una misma estrategia: la rebeldía.
En una alución televisada, Torra exhibió un ejemplar del Manual de la desobediencia civil, escrito por los hermanos Paul y Mark Engler. El libro es un compendio de técnicas y tácticas de lucha contra el sistema a través de la desobediencia y la confrontación
Lo que decía el ahora inhabilitado president al sostener el libro en las manos es que ahí estaba una fuente de la estrategia de gobierno que ha imperado en la Generalitat durante los últimos 30 meses. Lo que no cabía imaginar es que el gobierno de Ayuso, en Madrid, fuese a seguir también las pautas recogidas en el libro.
El analista político Xavier Vidal-Folch desgrana a El HuffPost el abecé de la rebeldía en cuatro grandes pasos: amagar con desobedecer, después matizar que se terminará acatando, no precisar cuándo se cumplirá con la orden con la que no se está de acuerdo y, finalmente, llevar la situación a los tribunales. “Esa ha sido la técnica de Quim Torra los últimos 30 meses y ha funcionado de una forma estrepitosamente igual a la que ha funcionado en el Gobierno de la Comunidad de Madrid”, zanja.
Paso 1: Amagar con desobedecer
El 30 de septiembre, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, amagó con desobedecer al Gobierno central, porque consideró que el documento que restringe la movilidad y otras actividades en la región “no es jurídicamente válido”.
Apenas un mes antes, el expresidente Torra amagó con desobedecer de nuevo al Tribunal Supremo antes de que este le notificara su inhabilitación por el caso de los lazos amarillos que se negó a quitar los edificios públicos de la Generalitat.
Paso 2: Acatar, pero a regañadientes
La presión a Díaz Ayuso subió en horas. Al día siguiente, el 1 de octubre, la presidenta madrileña reconoció en la Asamblea regional que acataría la orden de Sanidad. “Por supuesto que voy a acatar la ley y las normas, ¿quién se cree que es este Gobierno, como sus socios independentistas?”, espetó la presidenta regional al portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo.
No sería independentista, pero el movimiento calcaba los pasos de Torra, quien también terminó acatando la orden de retirar los lazos amarillos.
Paso 3: No aclarar fechas y esperar al último minuto
Ambos, además, han coincidido en otro paso: no aclarar cuándo cumplirían con su deber en el momento en el que anunciaron que acatarían. En el caso de Díaz Ayuso, la presidenta regional tardó casi 48 horas en concretar cuándo entraría en vigor la orden de Sanidad [este viernes a las 22.00], dilatando en el tiempo la respuesta de la administración que encarna.
Torra terminó retirando los lazos amarillos, pero tampoco aclaró cuándo lo haría, y si lo haría dentro del plazo que dio la Junta Electoral Central. Finalmente los quitó el día en que expiraba el plazo, tal y como hizo Díaz Ayuso, concretar las medidas en las horas previas a que las medidas de Sanidad fueran de aplicación.
Paso 4: Ir a los tribunales
El manual de estrategia de la rebeldía tiene otro punto por el que tanto Torra como Díaz Ayuso han pasado: judicializar la discrepancia. La Comunidad de Madrid ha presentado este viernes el recurso ante la Audiencia Nacional con el que intenta que la Justicia paralice la aplicación de las nuevas restricciones de Sanidad. Hasta dentro de 15 días no abordará el recurso.
El movimiento está calcado de algunos de los que ha protagonizado Torra en los 30 meses que ha dirigido la Generalitat, como el día en que su Gobierno retiró la simbología independentista de los edificios públicos. Fue entonces cuando presentó un recurso de reposición ante la Junta Electoral Central (JEC), en la que también pidió la suspensión de la orden.