Los beneficios de practicar sexo en la tercera edad
El beneficio más grande es, sin duda alguna, el seguir evolucionando como ser humano.
El sexo a partir de ciertas edades todavía es percibido por muchas personas como una especie de tabú. Según un estudio, en España solo el 62,3 % de los hombres de 65 años o más y apenas el 37,4 % de las mujeres de la misma franja de edad son sexualmente activos. ¿Qué motivos llevan a que tantas personas dejen de practicar relaciones sexuales?
Los principales son: enfermedades, la viudedad y no tener pareja, y también influyen poseer un bajo nivel educativo y una mala percepción de las propias salud y sexualidad.
Pero, ¿cómo podemos revertir estas cifras? ¿Qué beneficios puede aportar practicar sexo en la tercera edad? ¿Cómo de importante es el afecto y el sexo en esta etapa de la vida? ¿Permitir el sexo en la residencias de ancianos sería una pauta de salud, como asegura Zoraida Granados? ¿Qué hay de mito y de verdad en mantener relaciones sexuales en la tercera edad?
Antes de decir mi opinión sobre la importancia del sexo en la tercera edad me gustaría hablar de la importancia del sexo en general. Mantener relaciones o practicar autoerotismo estimula el sistema nervioso central (el cerebro) y periférico (todos los nervios del cuerpo) a producir serotonina. Esta sustancia, conocida como la hormona del placer, junto con endorfina, dopamina y oxitocina, que son otros compuesto endógenos, regulan el humor y garantizan nuestro bienestar, en el sentido general de la palabra.
Esto quiere decir que cuando hacemos el amor o nos masturbamos nuestro cuerpo como respuesta, o si quisiéramos decirlo poéticamente, como agradecimiento, nos regala estas sustancias que nos hacen sentir bien.
Además de ser un empujón para el estado de ánimo, se cuentan innumerables efectos benéficos para todos los sistemas orgánicos: el sistema cardiovascular, el endocrino, el digestivo y el inmunitario.
Pero no solo se trata de mejoras física o de buen humor. Hay mucho más. Si miramos al sexo como un momento de comunicación con otra persona, como un intercambio de información y emociones, como un lenguaje entonces este se convierte en una herramienta de crecimiento personal. Practicando sexo aprendemos a conocer nuestro cuerpo, el de nuestra pareja y también cuáles son nuestros gustos y el de los demás. Pienso por un segundo en mi forma de tener sexo a mis 16 y la forma de hacer el amor que tengo hoy. ¡Qué gran cambio! Ya no soy el hombre que fui en aquel momento y parte del camino que he recorrido seguro ha sido influenciado por mi sexualidad. Practicando sexo se aprende también el respeto para el placer del otro, es por eso que me pregunto: ¿cuánto hemos cambiado desde nuestras primeras experiencias sexuales?
El lenguaje del sexo es un aprendizaje sin fin y esto nos lleva directo a la pregunta inicial: ¿cuáles son los beneficios de practicar sexo en la tercera edad?
Al lado de todo el aspecto médico que hemos visto, el beneficio más grande es, sin duda alguna, el seguir evolucionando como ser humano.
En mi consulta, he visto muchos hombres y mujeres lamentarse por no lograr tener sexo como antes. Aceptar este cambio y seguir manteniendo relaciones ha hecho que entendieran gradualmente que es natural y fisiológico modificar la sexualidad. Y es la comprensión de dicho cambio lo que genera ese crecimiento interior.
Es cierto que en los países europeos aún hay muchos tabúes y la sexualidad en la tercera edad o en el caso de las mujeres, después de la menopausia, no es un concepto del que se hable mucho. Personalmente creo que es un asunto puramente cultural y que es necesario sensibilizar, informar y educar a la sociedad que el sexo es importante a lo largo de toda la vida igual que lo es alimentarse bien y practicar deporte.
Promoviendo esta idea, tanto hombres como mujeres tendrían una motivación más para cuidarse y hacerse chequeos preventivos. Entender que el sexo es indispensable en la forma en la que el cuerpo lo pide, haría que estos hombres y mujeres se comprometieran a dejar de fumar, acudir a un nutricionista o incluso contar con un entrenador personal.
En definitiva, para aceptar la sexualidad en la tercera edad, se ha de pasar por la comprensión de la sexualidad en general. Una vez todos adquiramos esta conciencia no habrá edad ni lugar (incluidas residencias de ancianos) donde no se pueda sentir placer. ¡Bienvenidos al futuro!