Los aplausos de Podemos a Pedro Sánchez, mientras Casado y Abascal entrenan en la misma fila de escaños
Los ruidos, las protestas —no muchas en este primer tramo—, han partido de las filas populares.
Este sería el primer retrato de la mañana, de un día que va a ser muy largo en el Congreso de los Diputados, la primera jornada del intento de investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En pie, juntos, los diputados de Unidas Podemos y del PSOE aplauden la subida a la tribuna del candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez Castejón. “No se va a romper España ni la Constitución, se va a romper el bloqueo”, la primera frase —el título— de Sánchez, ha marcado el inicio de la jornada.
En el ala derecha del Congreso de los Diputados, en la segunda fila tras los bancos azules del Gobierno, Pablo Casado en un extremo, con Cayetana Alvarez de Toledo a su derecha, y en el otro extremo, Santiago Abascal con Carlos Espinosa de los Monteros. Detrás, Ortega Smith, secretario general de Vox, sentado a su lado Ignacio Garriga, el diputado negro de Vox, escuchaban al presidente en funciones y componían una imagen de los nuevos tiempos. Casado y Abascal van a protagnizar la segunda parte de la mañana, echando carreras entre sí, para ver quién será más duro con el apocalipsis que amenaza España, si el martes se confirma el primer Gobierno de coalición de la democracia española desde la II República.
Los ruidos, las protestas —no muchas en este primer tramo—, han partido de las filas populares, con Alberto Casero Avila, diputado por Cáceres, dirigiendo la algarabía en los primeros momentos. Los de Vox, más discretos en estos minutos, solo hablan entre sí. Las primeras risas y voces de ¡qué vergüenza!” interrumpen por segundos y Meritxell Batet tiene que intervenir, pero poco más, aparte del intento de Cayetana Alvarez de Toledo —PP— de que fuera leído el acuerdo entre PSOE-ERC.
Los comentarios de los grupos se han dedicado en pasillos, sobre todo a la decisión de la Junta Electoral Central de destituir al presidente de la Generalitat. A las ocho de la mañana ya llegaban sus señorías, algunos a tomar café. Con “más ganas de votar que nunca después de lo de ayer”, aseguraba una señoría socialista, comentando la irritación que ha provocado el último “golpe” de anoche de la JEC. Llegaba mucho más tranquila, porque “acabo de escuchar a Rufián en la SER y ERC no va a cambiar su voto”. La sensación en las filas del partido del Gobierno y en las de Podemos es que al final, y pese al ruido, si el Supremo no pone las cosas en su sitio con la destitución de Joaquim Torra, lo terminarán haciendo en los tribunales europeos.
Para el líder del sindicato de Comisiones Obreras, Unai Sordo, lo que empezaba hoy era esperanzador y “no creo que vaya a haber un cambio de la posición de Esquerra, no estoy preocupado”. El líder sindical, como el de UGT, han apoyado el programa firmado entre PSOE y Podemos, y al igual que otros diputados, como el de Nueva Canarias, Pedro Quevedo o Joan Balldoví, de Compromís, están esperanzados con lo que hoy empieza y puede culminar el día 7, pese a los obstáculos que se han puesto ya en las últimas horas.