Estos son los 5 récords Guinness más raros de la historia
De las uñas más largas a la colección más extraña.
Este miércoles es el día Internacional de los Récord Guinness. La organización —originalmente el Libro de los Récords Guinness—, ha pasado a la historia como el registro más amplio de los logros más extraordinarios en todo el mundo.
La idea comenzó en los años 50, cuando Sir Hugh Beaver, director general de la cervecería que le da nombre a la organización, asistió a una fiesta de caza y se encontró ante una acalorada discusión sobre cuál era el ave de caza más rápida de Europa, sin que pudieran encontrar la respuesta en ningún libro.
Ahora, esta discusión ha derivado en la organización que posee el registro más amplio de destrezas, colecciones y hazañas, incluidas las más raras. Estas son solo una muestra de cinco de ellas:
1. La mujer con las uñas más largas del mundo
Este es uno de los récords más emblemáticos de los Guinness. Como la propia organización pone en su página web, cuando preguntan qué récords recuerdan, “una y otra vez” obtienen la misma respuesta: las uñas más largas.
La recordista más icónica de este título es la estadounidense Lee Redmond, quien cuidó de sus uñas durante 30 años. En 2008, las uñas de Lee alcanzaron una longitud de 8,65 metros, casi tanto como un autobús escolar.
El récord le fue reconocido de forma oficial cuando llevaba 19 años sin limarse las uñas, con una longitud de 7 metro y 51,3 centímetros.
2. El mayor número de piercings y modificaciones corporales
El alemán de 62 años Rolf Buchholz tiene dos récords mundiales: el mayor número de piercings —verificado en 2010— y modificaciones corporales —verificado en 2012— en un hombre.
Buchholz, conocido como el Diablo Alemán, logró el récord con un total de 516 modificaciones corporales, entre las cuales hay varios implantes y 481 piercings (278 solo en sus genitales), aunque el número ha aumentado a lo largo de los años. Además, se insertó dos cuernos en la frente y está completamente tatuado.
Tiene un total de 35 implantes, todos hechos de silicona de grado médico. Entre ellos, cuenta varias esferas subdérmiras en sus brazos, 6 abalorios genitales, implantes magnéticos en cada punta de su mano derecha y un rombo flexible en la parte posterior de su mano.
″¿Te duele? Esa es la pregunta que la gente me hace en todos los idiomas”, ha revelado. Buchholz es informático y trabaja para una compañía telefónica en Alemania. Comenzó a hacerse tatuajes y piercings en 1999, cuando tenía 40 años.
3. La dieta más extraña del mundo
El francés Michel Lotito, conocido como como Monsieur Mangetout (Sr. Comelotodo en español), tiene el récord de la dieta más extraña del mundo. El objeto más extraño que llegó a ingerir fue una avioneta Cessna 150, para lo que se tomó su tiempo. Comenzó a masticar el avión en 1978 y acabó en 1980, o eso decía él.
Desde 1966 su dieta incluyó, además, 18 bicicletas, 15 carritos de supermercado, siete televisores, seis candelabros, dos camas, un par de esquís y un ordenador. Lotito falleció en junio de 2007, a los 57 años, de, según la página del Récord Guinness, “causas naturales”.
4. La mayor colección de gnomos y duendecillos
No todos son habilidades o características físicas. En la lista de los Guinness también hay espacio para las colecciones más extravagantes. La británica Ann Atkin pasó a la historia por tener la colección más grande de gnomos y duendecillos.
Desde 1979 llegó a acumular hasta 2.042 de esas figuras en su “Reserva de Gnomos” de cuatro acres en West Putford, Inglaterra. En 2011, sin embargo, tuvo que venderlas porque, según dijo, no podía seguir manteniéndolas.
5. El hombre con la piel más flexible
El británico Garry Turner se sumó en 1999 al Guinness al poder estirar su piel hasta 15,8 centímetros sin sentir dolor. Esto es posible por una anomalía genética denominada el síndrome de Ehlers-Danlos, un trastorno que afecta al colágeno de la piel.
Esto provoca que el tejido conectivo sea defectuoso, lo que produce un aflojamiento de la piel y la hipermovilidad de las articulaciones. En casos más graves, puede causar el colapso fatal o la ruptura de los vasos sanguíneos.
A Turner, cuyo caso es leve, esto le ha valido el ingreso en los récord Guinness. “Siempre supe que mi piel era diferente”, dijo, según recoge la página web de la organización.