Lorenzo Perotti: un fotógrafo incansable
"La diversidad siempre enriquece; no hay belleza en la estandarización".
Lorenzo Perotti, fotógrafo y trotamundos en sus ratos libres, es nativo de Roma, su ciudad, que él mismo define así: “Mi relación con Roma es visceral. Nunca sería capaz de vivir en otro lugar, es mi ciudad y me gusta todo de ella… su decadente encanto, las luces en los tejados de las casas al atardecer, ¡es mi modelo favorita!”. Sin embargo, en cuanto puede, coge su cámara y su mochila y se embarca en un viaje a algún país exótico. Allí, Perotti utiliza su cámara para captar toda esa diversidad humana que en Occidente nos estamos perdiendo y que le ha valido una publicación en la prestigiosa National Geographic.
¿Cómo empezaste con la fotografía?
Me acerqué a la fotografía gracias a los viajes, que son mi verdadera pasión. De hecho, a día de hoy no sabría decirte si me considero un fotógrafo, pero desde luego me considero un viajero.
Al principio sentía la necesidad de guardar los recuerdos de mis viajes; con el tiempo, sin embargo, me di cuenta de que era la gente que conocía la que me provocaba esos sentimientos, así que empecé a enfocar mis fotos a ellos, a sus tradiciones, a todo lo que hacía a cada individuo diferente a mí, y por lo tanto, interesante.
Viaje tras viaje, todo esto se ha ido manifestando más precisamente y mis fotos han empezado a ser reconocidas por otros también, hasta el punto de tener una publicación en el National Geographic.
¿Cómo definirías tu estilo?
No sé si mi estilo es reconocible, pero es definitivamente definido y dirigido hacia el sujeto humano desde distintas partes del mundo, retratado durante acciones muy conectadas con sus tradiciones.
¿A quiénes consideras tus maestros?
Crecí viendo el mundo a través de las fotos de Steve McCurry, un verdadero precursor de la fotografía de viajes.
¿Cómo sueles viajar?
Me encanta viajar y siempre lo hago con una mochila a la espalda. Me informo enormemente sobre el país que voy a visitar antes de partir pero al mismo tiempo intento reservar lo mínimo posible para tener una mayor flexibilidad. Me suele pasar que quiero quedarme más tiempo del esperado en algunos lugares y literalmente querer escaparme de otros…
La mayoría de tus fotografías muestran a gente de culturas exóticas, ¿por qué te atraen tanto?
Como he dicho, me fascina todo lo que sea diferente a mi cultura, no solo en el estilo de vida o los hábitos, sino también en la manera en que distintas personas se acercan a mí: quiero entender cómo funciona el proceso de interacción cuando el sujeto cambia.
Más aún, viniendo de una ciudad tan caótica como Roma, hay algo en las antiguas costumbres de estas gentes y en su forma de hacer frente al lento paso del tiempo que me produce paz y serenidad.
Los niños y los ancianos son sujetos frecuentes en tus fotografías.
Es cierto, en especial los ancianos cuyas caras son capaces de aportar mayor intensidad a las imágenes.
Una vez que quieres sacar una fotografía a alguien, ¿cómo procedes?
Depende de la situación. Si veo una situación interesante que involucra a personas haciendo algo, me posiciono en un punto donde no moleste y quizás tenga una luz buena. Entonces hago un gesto con la cabeza a los sujetos y si recibo una respuesta afirmativa, disparo.
Otras veces, te acercas o se te acerca alguien para hablar o quizás te invite a tomar té en su casa. En estas situaciones tienes más tiempo, así que, si aceptan, me permito pedirles que se coloquen en un lugar u otro para fotografiarles.
Estas son las situaciones más bonitas porque en estos casos la foto es una manera de recordar ese encuentro.
¿Tienes alguna foto favorita de todas las que has hecho?
Hay una fotografía que tomé justo antes del amanecer y que muestra a un hombre, que camina sobre un camino sucio en un remoto pueblo birmano envuelto en la niebla.
Cada vez que la veo, me devuelve a ese momento, al sonido de la madera que cruje con cada paso, al cansado compás de su respiración, a la rápida mirada que nos dirige. Es definitivamente mi favorita porque está conectada a un recuerdo maravilloso.
¿Qué aspiras a expresar con tus fotografías?
La belleza de la diversidad humana.
¿Hay algún rincón del mundo que todavía no hayas visitado y que quieras fotografiar?
Seguramente, el camino en Nepal que va desde la ciudad de Lukla a la base del campamento del Everest, siempre ha sido mi sueño fotografiarlo y será uno de mis primeros viajes en cuanto se pueda viajar otra vez.
¿Podrías compartir la lección más importante que hayas aprendido en los años que llevas dedicándote a la fotografía?
La diversidad siempre enriquece. No hay belleza en la estandarización.