Vacunarse contra el coronavirus es sinónimo de alegría y de estar un pasito más cerca de decir adiós a una pandemia que ha paralizado el mundo desde hace más de un año.
Muchos famosos han hecho importantes discursos para concienciar a la población de la importancia de acudir a la cita y vacunarse: Ana Rosa Quintana, El Drogas, José Coronado, etc.
La última ha sido Loles León, que ha celebrado en varias stories de su cuenta de Instagram que ha sido vacunada. La actriz, además, ha bromeado cambiándole el nombre al fármaco de Pfizer que le han pinchado.
“Buenos días, me voy a vacunar. Estoy muy contenta, la primera dosis. Ya me han llamado y me toca la Michelle Pfeiffer. Me encanta Michelle Pfeiffer, es muy buena actriz y a ver si me sienta bien”, ha bromeado la actriz antes de que le administraran el fármaco.
León, una vez ha sido vacunada, también ha compartido otra imagen de su brazo izquierdo, donde le han pinchado.
Este pasado fin de semana, el ministro socialista Javier Solana también llamó Pfeiffer a la vacuna de Pfizer y ocupó los primeros puestos de mayores tendencias en Twitter.
Recientemente, León ya mostró su defensa por las vacunas cuando la también actriz Victoria Abril cargó contra las vacunas del coronavirus y abrazó el discurso negacionista.
“Ni el paso de los años le quitan la tontería que siempre ha tenido. ¡Qué ignorante! Mucho amor para todos los que han perdido a familiares, me incluyo”, escribió en una publicación de Piti Alonso, fundador de la agencia de comunicación DYP.
El coronavirus mata: esta es la prueba gráfica
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
El cuerpo de una persona muerta por Covid, cubierta en su cama de un asilo de Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Dos empleados de una funeraria retiran el cuerpo de una víctima de COVID-19 de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Una empleada de funeraria, tratando un cuerpo, el 17 de noviembre de 2020 en Barcelona.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.
Un empleado del crematorio recoge las cenizas de un fallecido por covid en el tatatorio de Mémora, Girona.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
112
El cuerpo de un anciano víctima del coronavirus, descansa tapado con una sábana sobre una cama en un centro de mayores en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.