Lo que te ha enseñado 'La que se avecina' sobre ciencia (1)
Lo confieso: me gusta La que se avecina. Sé que no es una serie precisamente "de culto", pero sus bromas me entretienen y sus ocurrencias me ayudan a olvidar un poco la realidad. Creo que eso es suficiente para que me guste.
Hoy quiero darle un análisis diferente a este programa de televisión, porque creo que La que se avecina nos ha enseñado algo más que a cantar el Mandanga style, a preguntarle a la pareja si quiere un pinchito o a dejar el coche diciendo "aparcao".
En la serie es relativamente fácil detectar conceptos científicos, algo que debería ilusionar a quienes nos dedicamos a divulgar ciencia. ¿O quizá no?
Gracias a la serie, la ciencia entra en un espacio masivo, en prime time, con mucho humor y dirigida al público objetivo de Telecinco. O sea, cuelan la ciencia con mucha vaselina. Pero, ¿ha enseñado ciencia La que se avecina o ha confundido más a la gente? Esto es lo que me he propuesto analizar.
Por eso, a continuación, he recopilado algunos aspectos de ciencia y tecnología tratados en LQSA y he contactado con expertos para que me aclaren si son errores o aciertos de los guionistas.
Y en unos días, publicaré otro post analizando cinco temas más aparecidos en la serie.
1. Ser electrocutado por Antonio Recio y salir ileso
El famoso mayorista del pescado tiene un arma de aturdimiento o pistola taser con la que deja en el suelo a cualquiera que se le ponga por delante y no le caiga demasiado bien.
He consultado con Alicia Taboada, médico general y experta de Doctoralia.es, y me ha confirmado que esto que hace Antonio Recio sería verosímil. Me ha explicado que estos dispositivos están diseñados para incapacitar temporalmente a una persona sin causar ningún daño a la larga. Las pistolas de aturdimiento producen una parálisis parcial de los músculos temporalmente: "Si se utiliza durante medio segundo, le producirá una sacudida dolorosa a la víctima. Si es atacada durante 1 o 2 segundos, le producirá espasmos musculares y lo dejará aturdido. Y si se ataca durante tres segundos o más, le provocará desorientación, pérdida de control sobre sus músculos y del equilibrio".
Taboada concluye que este tipo de armas "no dejan una herida obvia y, una vez se deja de disparar, se supone que la persona recupera su estado normal". Ahora bien, Recio también ha dicho en alguna ocasión (capítulo 104, por ejemplo) aquello de "700.000 voltios recorrerán su cuerpo", mientras que Taboada asegura que "10.000 voltios pueden resultar letales, por tanto, 700.000 parece una locura".
2. Amador no puede sacar leche por los pezones con viagra y acetato de ciproterona
En el capítulo 66, Amador Rivas es presionado por parte de su exmujer para que cumpla en la cama en un intercambio de parejas, para lo cual le da viagra. Y paralelamente, su madre le administra con las comidas, sin que él lo sepa, grandes cantidades de acetato de ciproterona porque cree que es adicto al sexo. Esta mezcla le provoca al personaje sudores, calores, náuseas, gallos en la voz, disminución de las ganas de practicar sexo e, incluso, le sale leche de las mamas.
Le he pedido al urólogo del Hospital Universitario HM Madrid, Ignacio Galmés, que me explique si esto es posible y me confirma que el acetato de ciproterona disminuye la libido y provoca, entre otros síntomas, disfunción eréctil, un ligero aumento de las mamas, sofocos y sudores. Pero también me asegura que no provoca gallos en la voz ni podría desarrollarse el tejido glandular mamario y producir leche.
En realidad, la mezcla de estos fármacos no debería ser un problema, siempre y cuando se respeten las dosis y las pautas. Además, hay que pensar que la viagra no se toma como un tratamiento regular, sino que se toma de forma puntual, a demanda, únicamente cuando se quiere tener una erección.
3. No hay por qué alarmarse por un cementerio nuclear
El Ayuntamiento permite que se instale en el descampado que hay delante del edificio de esta loca comunidad un cementerio de residuos nucleares. La alarma que genera esta noticia entre los vecinos se convierte en el conflicto principal de la trama. Según me cuenta Jorge Morales, ingeniero industrial, experto en el sector eléctrico y autor del libro "Adiós petróleo", la ley establece que tiene que haber 2.000 metros entre las viviendas y el Almacén Temporal Centralizado (ATC) -como se llaman oficialmente estas instalaciones.
Morales asegura que si están bien construidos y mantenidos "no hay riesgo para la población", a menos que haya un accidente grave como, por ejemplo, una inundación, que podría hacer que algunas partículas radioactivas pasasen al agua. Por lo tanto, no hay que tener miedo por vivir cerca de uno, ya que "jamás se ha demostrado que, en condiciones normales, el nivel de radiación en la zona donde se instala sea superior al nivel natural de otras zonas."
4. Reconstruir el himen para volver a ser virgen
La psicóloga Judith Becker decidió, en el capítulo 114, reconstruirse el himen para volver a ser virgen con el fin de contentar a su nueva pareja, un chico muy religioso que, en realidad, solo la quería como tapadera de su homosexualidad. ¿Es cierto que se pueda reconstruir el himen? Pues sí. La reconstrucción del himen es una técnica quirúrgica que los ginecólogos hacen cuando una mujer lo solicita. "Las razones son personales, a veces de índole religiosa, y en la mayoría de los casos lo solicitan para poder reiniciar su vida sexual partiendo de 0", me comenta Vicente Font, ginecólogo en Institució Font Sastre y experto de Doctoralia.es. "La intervención -añade- no es compleja y los riesgos son los propios de cualquier procedimiento quirúrgico."
5. El virus Dimbelenge no existe
En el capítulo 103, Fermín Trujillo es contagiado por su nieta del virus de la varicela y sufre los síntomas con intensidad: picores, sarpullidos, fiebre, delirios... Tanto es así que, debido a su reciente viaje a la selva amazónica en busca de su hija Lola, los servicios de emergencia creen que podría haberse contagiado de un virus tropical llamado Dimbelenge. Por eso, se pone el edificio en cuarentena durante unas horas.
He consultado esto con Justo M. Menéndez, director de la Unidad de Enfermedades Tropicales y Medicina del Viajero del Hospital Universitario HM Sanchinarro, y me asegura que "a pesar de dedicarme a esta parcela de la Medicina, nunca había oído hablar de este virus".
Pero este médico especialista ha querido asegurarse, por si se trataba de algo muy emergente y nuevo. Por eso, buscó en los principales repertorios bibliográficos (PubMed y UptoDate), en las páginas de la Organización Mundial de la Salud y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) e, incluso, en revistas como Lancet, New England o Journal of Infectiuos Diseases, "sin encontrar ni una sola referencia acerca de un virus o enfermedad con ese nombre", concluye.
Después de intentar averiguar algo en las fuentes de referencia de la comunidad científica, Justo M. Menéndez, fue a Google y a la Wikipedia y los únicos resultados que obtuvo "tienen que ver con un supuesto caso de una enfermedad rara y grave que aparece en un episodio de una serie de televisión, a la cual le pusieron dicho nombre", me dice. Además, añade que "Dimbelenge es el nombre de una pequeña población de la República del Congo, pero no existe ninguna enfermedad ni virus con esa denominación".
La próxima semana analizaré cinco temas de ciencia y tecnología más aparecidos en la serie. De momento, vemos que la mayoría tienen cierta verosimilitud. Y cuando no la tienen, quizá sea por falta de documentación o quizá son errores intencionados con el fin de exagerar en busca del humor.