Lo que sí y lo que no de la tele del verano
Vengo de Vitoria, del festival de televisión, el único que aborda todos los géneros audiovisuales. Trece años ya. Cada año voy y compruebo que hay talento y esfuerzo detrás de los formatos, que la televisión, lo audiovisual, genera industria, trabajo, empatía, seña de identidad. Que la tele es cultura. A veces es cultura pop, a veces es alta cultura. A veces es mala televisión, soez, vulgar, agresiva, perversa… Y a veces es una nana bien cantada. O un puritito divertimento. En ella tengo a tantos colegas, amigos, compañeros… Cada año los veo en Vitoria salir a defender lo que quizá llevan cocinando un año, o 15 (a veces los proyectos de ficción nacieron hace mucho, se estancaron, se cancelaron sin llegar), lo que han creado con tesón, con ilusión, con poco respaldo, con más o menos dinero, esperando ansiosos a los espectadores y deseando hacerlos felices, emocionarlos…
Hay gente que sigue diciendo “es que yo no veo la tele”, con cierta chulería, y la verdad, no lo entiendo. Lo dijo hasta el Papa Francisco, por cierto, en el 2015. “Hace 25 años que no veo televisión, simplemente porque en un momento sentí que Dios me pedía eso”, aseguró. A mi me parece una gran tontería que dios le pidiera eso, pero es que yo soy atea, y claro… Va, que me desvío. Yo creo que la gente que dice eso no saben lo que dicen, creo que se piensan que la tele es solo la tele lineal, la de antes. Pero televisión es todo. YouTube, los vídeos de Instagram, las historias cortas que vemos en las redes, las plataformas, las cadenas generalistas, las grandes series, la tele pública, las teles locales…
Y todo eso conforma el mundo y nos da un imaginario colectivo. Así que dejad de decir esa frase manida. Ni que fuerais el Papa. Y ahora vamos con lo que sí y lo que no de estos tres largos meses de verano.
The White Lotus.
En HBO
La serie que le habría gustado a Truman Capote, por ejemplo. La tenéis en HBO, enterita. Es una de esas comedias que yo echo de menos en nuestro panorama audiovisual, corrosiva, ácida… Una sátira sobre todos los grupos privilegiados: blancos, heteros, occidentales, adinerados... Encuentro momentos así en la ficción propia, pero pocos: en la serie de Berto Romero, Mira lo que has hecho, en la serie de Diego San José, Vamos Juan, Vota Juan. Aquí, en esta serie americana está Hawai, un resort de lujo, familias americanas de clase alta, alta, un grupo de sirvientes que ejemplifican el proletariado, la idea de cómo el dinero puede pervertirlo todo pero que sea como sea gana siempre la última jugada, un mundo aparentemente perfecto que esconde mil complejos, tristezas, pesares, hipocresías… Encima es una serie corta, de seis capítulos así que no sé qué más se puede pedir. Bueno, sí sé: habrá segunda temporada, tras el éxito de la primera.
La cobertura informativa sobre Afganistán en TVE
Una vez más, los servicios informativos de la tele pública están a la altura, ante un acontecimiento de gran calado. A mi lo de Afganistán me hace abandonar toda esperanza en eso que se llama la comunidad internacional, la verdad. Tras la salida de las tropas, me puse a leer y a leer, a navegar por internet, a ver los informativos. Me notaba sobre informada y sobrepasada, como sucede siempre en este tipo de magnitudes. Pero ver a Carlos Franganillo repartir el juego, contextualizar un asunto tan complejo, ser sobrio, nada exagerado, contundente y certero, resulta reparador y le da sentido a esta profesión nuestra. Ver el despliegue de la pública, entenderlo todo con las explicaciones de sus profesionales te hace seguir creyendo en la necesidad de este servicio público audiovisual.
El Reino
En Netflix
Menuda serie argentina, menuda complejidad, menudos actores (¿hay algún actor argentino MALO?). Creada por Marcelo Piñeyro (¿cómo olvidar Plata quemada, por ejemplo? Descubrí allí al actor Leonardo Sbaraglia) y por Claudia Piñeiro, (su novela Betibú no os la perdáis) dos cracks argentinos, uno en lo audiovisual, la otra en lo literario, la serie tiene todo para el triunfo: amor, corrupción, traición, intriga, asuntos oscuros poco o nada vistos en televisión (los estragos que la religión puede causar en la sociedad, con sus discursos de odio sobre todo en las clases sociales más desfavorecidas) fake news, y todo eso narrado en tramas alambicadas, genialmente interpretadas, como es habitual en esos lares. Era una serie de ocho episodios, y podría quedarse así, pero el final que nos han dejado puede dar pie a una nueva temporada, que yo seguiré con devoción.
Maricón perdido y Candela Peña
En TNT.
Ya se ha dicho todo, y todo bueno, sobre esta ficción, lo sé. Sucedió en junio, este destello de Bob Pop. Su historia tierna, dura, contada con pulso. Hay momentos preciosos, otros delirantes, otros jodidísimos. Amo que esta serie puedan verla chavales perdidos en su identidad sexual, chavales maltratados en el cole, hijos adultos de padres que no los amaron o que los amaron mal, padres de chavales que no los entienden, hijos que no quieren a sus padres y viceversa (tópico que desmonta la serie: no siempre se ha de querer por que si. Hay padres que no merecen el amor de sus hijos).
Se ha dicho todo de esta serie, pero yo vengo a repetir otra cosa: la madre que compone Candela Peña es una de las cosas más soberbias que he visto en ficción. Es un trabajo que solo podría hacer una mujer como ella. Candela es una actriz excepcional (este ha sido otro año estupendo con ella en la ficción, en Hierro, por ejemplo), pero además es una gran tipa. Compleja, arrolladora, lista, buena, tierna…
Y aquí quería detenerme. No entiendo cómo no tiene seis guiones ahora mismo de diferentes plataformas (Netfix, Movistar Plus, HBO, Filmin, Amazon Prime Video, ¿qué estáis esperando?) sobre la mesa. Para que interprete a personajes femeninos rotundos, de esos que se quedan para siempre en el imaginario colectivo. Candela, además, es una mujer bellísima, con carisma. Y podría representarnos a todas las mujeres. Estamos deseando vernos en la ficción, sentirnos interpeladas, retratadas, caricaturizadas. No solo las adolescentes necesitan referentes, queridos ejecutivos de televisión.
Lo de Olga Moreno
En Tele 5
En julio, meses después de que Tele 5 estuviera soplando a favor de una causa, la de Rocío Carrasco, con su famosa docuserie, y en contra del maltrato, llegaron dos cosas: el triunfo de Olga Moreno en Supervivientes y su especial televisivo a mayor gloria de ella, de su marido Antonio David, y de Rocío Flores. Telecinco nos lo sirvió, en un intento paradigmático de sorber y soplar a un tiempo, que es una cosa que no puedes hacer, ni en la televisión, ni en la vida en general. Es una chorrada/guarrada que todos hemos intentado hacer con nuestro colacao, haciendo burbujas con la pajita. Pero todos sabemos que no sale bien: no bebes y te manchas seguro con los grumos.
Lo de Arévalo
En Tele 5
Si quieres música clásica no contrates a Georgie Dann. Es una frase que repito mucho, que me dijo mi marido una vez y que me encanta, para referirme a las contradicciones televisivas (también se pueden aplicar a la vida, claro). Vale para el supuesto anterior, y para este momento. Si tú llevas a un señor como Arévalo a televisión, lo sientas en un plató para hablar de su ruptura con una señora como Malena Gracia, no es difícil que suelte alguna frase estúpida, dañina, perjudicial para el mundo en el que vivimos. ¿Libertad de expresión? Claro que sí, compañeros, claro que sí. Venga, va. Y aquí tengo que romper una lanza en favor de la cadena: estoy segura de que no estaba pactada la frase, que nadie le pidió a Arévalo que dijese cosas gruesas que se pudieran convertir en titulares para twiter, para clickbaits. Es lo que tiene contratar a Georgie Dann, que seguro que te canta la Barbacoa a la que te descuides.
Queridos ejecutivos de Netflix, Amazon, Movistar Plus, HBO, Disney, Apple TV, Filmin (dios mío, ¿cuánta pasta me debo gastar al mes en plataformas? Prefiero no saberlo), igual va siendo hora de que nos contéis más o menos lo que significa un éxito: cuánta gente lo ha visto, cuánta gente lo ha visto entero, etc. Yo creo que esto ya es un clamor. Los periodistas que nos dedicamos al audiovisual y que comunicamos todo lo que hacéis, y que nos creemos sin rechistar las migajas de datos que nos dais, nos merecemos más claridad. Y digo más, el resto de las cadenas convencionales, que cada día se ven retratadas con los datos de audiencia, que juzgamos, publicamos, comentamos, también merecen que se revelen vuestras cifras.
Estoy preparando un post sobre esto desde hace tiempo, porque muchos de vosotros me estáis dando la callada por respuesta… Venga, vamos a llevarnos bien.
Domingo Corral, responsable de ficción en Movistar Plus ha sido uno de los pocos ejecutivos que ha respondido sin trabas a la pregunta. En La Ventana, en la cadena Ser nos dijo a Carles Francino y a mí que los datos son públicos en las cadenas en abierto por el negocio de la publicidad, en función de esos datos se deciden cosas. Pero nosotros no sacamos nada por hacer públicas nuestras audiencias y nuestra valoración del éxito es compleja”.
PD: quizá echéis de menos en esta lista de LO QUE NO, el programa Todo es verdad, de Cuatro, que presentan Risto Mejide y Marta Flich, y que se estrenó a finales de julio, pero es que yo no lo he visto porque el año pasado tomé la decisión de no ver nunca nada que presentara Risto. Supongo que con esto ya tenéis bastante. Parece que el programa seguirá en otoño. Ya me contáis vosotros.
Una gran, gran, gran noticia. Quiero pensar que un dios de la ficción como Javier Olivares escuchó mis súplicas (y la de otros tantos espectadores y colegas, ávidos de sangre real), y se puso por fin manos a la obra. Hará una serie sobre nuestra monarquía. Y la hará bien. Porque Javier Olivares siempre hace buena tele. Yo estoy que me muero por verla. Aún no tiene ventana, ni plataforma. Pero espero que se la disputen todos llegado el momento. Hace unos días, Olivares nos contaba los detalles de esta serie en tres actos, en el programa Pop up de Catalunya Radio, a Mariola Dinarés y a mí. Y solo escuchándole ya tienes claro que no va a ser un biopic absurdo ni misericordioso. Ni por supuesto cursi. ¿Cómo olvidar ese Felipe y Letizia? ¿cómo olvidar ese Sofía?
Pero es que esta buena noticia no ha llegado sola. Resulta que Ana Pastor y Aitor Gabilondo dirigirán también una serie documental sobre la Casa Real para Atresmedia. Una ficción hecha por estos dos popes en una tele generalista, al alcance de todos. Estoy contenta.
Y también este verano se supo que Diagonal TV prepara la suya, una serie sobre la monarquía española de 22 capítulos. La batuta la llevará el periodista Sergio Vila-Sanjuan, que contará la historia desde 1900 (que nos importa poco) hasta 2014 (que nos importa mucho, Sergio).
¿Quién dijo que no había talento ni dinero ni ganas, ni empeño en hacer nuestro particular The Crown? Ahí los tenemos. Bravo.
Viva la televisión.