Lluvia de estrellas Úrsidas: cómo y cuándo ver la lluvia de meteoritos

Durante los últimos días del año también habrá que mirar al cielo. La última semana de diciembre, concretamente entre los días 17 y 26 de diciembre, tendrán lugar las Úrsidas, la última lluvia de estrellas del año.

Las Úrsidas tienen lugar justo cuando finalizan las Gemínidas, el 17 de diciembre y se alargarán durante 9 días. Aunque la máxima actividad se espera que se dé la noche del 22 al 23 de diciembre porque la Luna se encontrará en fase de luna nueva.

Tal y como explica el IGN (Instituto Geográfico Nacional), esta lluvia de estrellas es considerada de “actividad modesta”, es decir, se dan entre 10 y 50 meteoros por hora a una velocidad de unos 33km/h por segundo.

Además, la visibilidad de estas estrellas se reduce al estar entre dos lluvias de meteoros con mayor actividad como son las Gemínidas y las Cuadrántidas, con su máximo nivel la semana posterior a las Úrsidas.

¿Cómo verlas?

Este 2022 va a ser, según el IGN, un “año excelente” para observar estas estrellas ya que el momento de mayor actividad se dará antes del novilunio, es decir, la luna nueva.

En la latitud española, 40º norte, las úrsidas se verán por encima del horizonte durante toda la noche, especialmente la del 22 al 23, que tendrán su máxima visibilidad. A pesar de que parecen provenir de la Osa Menor, que les da nombre, se pueden ver en cualquier parte del cielo.

Para hacer una observación de esta lluvia de estrellas conviene hacerlas desde un lugar con baja contaminación lumínica, como cualquier otro fenómeno atronómico, ni obstáculos como edificios altos o árboles.

“Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad”, señalan en el IGN.

Además, los especialistas recomiendan no utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión.

¿Por qué ocurren?

Las Úrsidas son fragmentos del cometa 8P/Tuttle, descubierto en 1858, que se cruza con el trayecto de la Tierra cada año por estas fechas.  Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se vaporiza por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz”, detallan desde el IGN.

Todos los meteoros de una lluvia parecen tener un único punto de origen. Este punto se denomina “radiante”, y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Las úrsidas tienen su radiante cerca de la estrella Kocab en la constelación de la Ursa Minor (Osa Menor).