"Que el árbol no nos impida ver el bosque": la LGTBIfobia que sí existe más allá de Malasaña
Los delitos de odio contra el colectivo se han disparado en los últimos meses. "Que una no lo sea no implica que no sigamos en peligro", confiesa un miembro.
No hubo agresión en Malasaña, pero la LGTBIfobia va en aumento. La rectificación en el testimonio del joven que denunció haber sufrido un ataque grupal homófobo no tapa una realidad que España sufre y, en las últimas semanas, con más violencia: existe una ola de odio contra el colectivo LGTBI+ y el falso caso de Malasaña no hace sino desviar la atención.
Al margen de la historia inventada por el joven, que se enfrenta a una posible pena por simulación de delito, hay muchos nombres y muchas realidades que han vivido en sus carnes la LGTBIfobia. Algunos ya no pueden contarlo.
España entera se conmocionó a comienzos de julio con el asesinato homófobo del joven coruñés Samuel Luiz, a quien un grupo de personas persiguió y pateó entre gritos de ‘maricón’. Hoy mismo se ha sabido de otra agresión, a un chaval trans de 21 años al que le rompieron la nariz por despedirse con un inocente ‘guapes’. A otro joven le dieron una paliza este fin de semana en Velada. Semanas atrás las víctimas de agresiones, casi siempre grupales, fueron de Jaén, Alicante... La cuenta es interminable.
La manifestación prevista para este miércoles a las 21:00 en Madrid se mantuvo, como confirmó horas antes a El HuffPost Adrián, portavoz de la convocante Movimiento Marika Madrid. Lo hacen porque “ha habido otras cinco agresiones en las últimas fechas... que una no lo sea no implica que no sigamos en peligro; el acto no era por este último caso”, explica.
La Puerta del Sol de la capital ha sido el escenario de la concentración, con cerca de medio millar de personas entre banderas del orgullo y pancartas con la leyenda “que el árbol no nos impida ver el bosque”. Los manifestantes también han recordado a Samuel Luiz en un entorno rodeado por furgones de la Policía Nacional y con gritos de “no tenemos miedo”.
Hablan los números: crecen los delitos de odio
Con los datos en la mano, los del Ministerio de Interior en su informe anual sobre la evolución de “los delitos de odio” en España, se ratifica esta dolorosa realidad: aumentaron un 8,6% en 2019 respecto a 2018, sin contabilizar 2020 por las circunstancias especiales de la pandemia. En el plazo analizado, solo por orientación sexual, la estadística oficial recogió 278, 22 más que el año previo, de los que una cuarta parte quedaron sin esclarecer.
En el primer semestre de 2021 los ataques a víctimas LGTBI se han incrementado en un 43,5% con respecto al periodo anterior, de acuerdo con la estadística de Interior. El ministerio habla, incluso, de una tendencia de ‘caza’ al homosexual por parte de grupos.
Y eso que “hay una infradenuncia entre el 80 y el 90% en estos delitos de odio”, ha añadido este miércoles el titular del departamento, Fernando Grande-Marlaska, a laSexta. ”Si frivolizamos con lo de hoy, mucha gente se va a sentir coaccionada para denunciar”, ha rematado.
En lo que va de año, la Comunidad de Madrid ha registrado 104 agresiones de este tipo. “Y sabemos que son reales”, apunta Rubén López, portavoz del Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia. “Las víctimas tienen que saber que van a contar con respaldo legal y social, que no tengan miedo de acudir a denunciar, porque se está intentando demonizar al colectivo LGTBI+, como ya ocurrió con el feminismo”.
‘Carnaza’ para los ultras
Los datos son objetivos, pero un solo caso inventado como el de Malasaña puede hacer mucho daño. “Gasolina”, palabra usada por Marlaska, para quienes niegan que en España —u otros países— exista un odio creciente contra gays, lesbianas, trans y demás colectivos.
“En condiciones normales, esto supondría lo que cualquier otra simulación de cualquier otro delito, un caso aislado, pero sabemos que la extrema derecha lo va a utilizar como argumento para su negacionismo. Hablo de Vox, que se vende como partido defensor de los derechos del colectivo y es todo lo contrario, alimenta el odio con su discurso”, prosigue el responsable del Movimiento Marika Madrid.
Desde el Observatorio Madrileño insisten en que “quien se quiera fijar solo en el caso falso y no en los 104 que llevamos ya solo en la región, allá el. Lo que me preocupa es a quien le dé miedo denunciar. Esto hace mucho daño”.
“Los delitos de odio contra el colectivo LGTBI se han incrementado en un 43% en el primer semestre de 2021. Que el árbol no nos impida ver el bosque”, ha escrito Irene Montero, ministra de Igualdad, tras conocer el caso de Malasaña.
“Ahora que se ha descubierto que la noticia es falsa, hemos cambiado el miedo a que nos den una paliza por el miedo a la manipulación de los hechos por parte de la derecha y la estigmatización del colectivo como depravados y mentirosos. El caso es que seguimos teniendo miedo”, ha reaccionado la activista Samatha Hudson en su Twitter.
La viralización de los discursos de odio
La violencia que sufre este grupo va en contra de la percepción de su aceptación social en España. Una reciente encuesta de la empresa británica YouGov pone a los españoles como los más propensos a decir que apoyarían a un miembro de la familia en caso de que se declare lesbiana, gay o bisexual (91%, frente al 66 de los preguntados en EEUU o el 57% en Francia).
Pero, también aquí, la percepción de una muy alta tolerancia social contrasta con la formulación y viralización de discursos de odio. Anoche, el propio Grande-Marlaska aseguraba que hay una “evidente relación” entre los delitos y los discursos políticos, sin citar a ninguna formación. Hasta un asesor de la ONU lo ha remarcado. “Tenemos que recordar que las palabras matan, las palabras matan tanto como las balas”, ha defendido Adama Dieng.
“No me quiero poner histórico, añade Adrián, del Movimiento Marika Madrid, pero “un discurso de odio ‘guetizó’ a los judíos en Alemania y otro discurso de odio nos está matando y está haciendo salir de casa con miedo a muchas personas”.