¿Existe un riesgo real de que el Gobierno se rompa?
Sánchez trata de templar los ánimos y capear la tormenta en esta decisiva semana en el Congreso.
“La coalición está rota. Así de claro. La herida es tan profunda que el Gobierno camina hacia un final trágico que puede llevarse por delante a la izquierda. Si no se resucita no hay ninguna opción de ganar las próximas elecciones”. El demoledor diagnóstico es de Iván Redondo, otrora hombre fuerte de Pedro Sánchez en Moncloa, y que ahora escribe en La Vanguardia. Un pesimismo que de nuevo se extiende a cada vez más sectores socialistas mientras una pregunta empieza a repetirse en tertulias de radio y televisión: ¿existe un riesgo real de que el Gobierno se rompa?
El presidente del Gobierno hace todo lo posible para templar los ánimos. Se enfrenta a una nueva semana clave, con el Congreso de los Diputados votando los Presupuestos Generales, los nuevos impuestos o la reforma del delito de sedición. Y en Moncloa esperan que, a pesar del enorme ruido político y mediático, el bloque de investidura resista, y salgan adelante sus medidas. Sufriendo, cediendo, pero al final logrando que el panel de la Cámara les otorgue más síes que noes.
Hace justo un mes, desde Bruselas, Sánchez sacaba pecho de estabilidad política, toda vez ERC, PNV y Bildu renunciaban a presentar enmiendas de totalidad a las cuentas. Coincidía, además, con la dimisión de Liz Truss en Reino Unido. “El Gobierno, con toda la complejidad de la situación, está otorgando estabilidad política a un momento de alta incertidumbre”, dijo, dando por descontado que agotará la legislatura, presidiendo antes la Internacional Socialista y la Unión Europea.
Pero “la política está loca”, como resumió un alto cargo socialista a El HuffPost. Hace pocas semanas Sánchez estaba de remontada, con su rival directo concatenando errores, y hoy se ve en vuelto una especie de tormenta perfecta. El “ruido” comenzó con su anuncio de reformar el delito de sedición, continuó con la posibilidad de tocar también el de malversación y se hizo ensordecedor con la rebaja de condenas a abusadores sexuales por la aplicación de la ley del sólo sí es sí.
La brecha es triple, a la izquierda del PSOE, entre los socios del Ejecutivo e incluso entre Sánchez y algunos de sus barones. Hoy ya nadie discute que la relación entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz está completamente rota. “Iglesias es su peor enemigo”, deslizaban en Moncloa antes de que todo saltara por los aires. Y esto podría tener unas consecuencias también demoledoras electoralmente, si finalmente Sumar y Unidas Podemos van por separado a las urnas.
Díaz no quiso respaldar la semana pasada a Irene Montero, que respondió a la polémica de la ley del sólo sí es sí atacando a los jueces. “Pido prudencia, no generemos alarma social”, afirmó, tras tres días de silencio. E Iglesias estalló: “Ponerse de perfil cuando machacan a una compañera no solo es miserable y cobarde, sino política estúpido”. Esto es, se aleja aún más la posibilidad de un acuerdo, aunque Díaz aún mantiene un hilo de comunicación con Ione Belarra, secretaria general de la formación morada.
Un terremoto político que tiene sus réplicas en el seno del propio Ejecutivo. Destacados socialistas y barones territoriales han solicitado que se modifique la ley de manera urgente, antes de que se multipliquen los casos de reducción de penas. “La política tiene que encontrar una solución rápida porque el problema es muy grave”, en palabras de Carmen Calvo, quien fuera vicepresidenta del Gobierno. Todos ellos, además, censuraron la respuesta del núcleo duro de Unidas Podemos, que se quedó solo en su ataque a la judicatura.
¿Puede Sánchez sacrificar políticamente a Irene Montero? “Por poder, puede. Suya es la potestad de poner o quitar ministros, pero la crisis sería enorme, el Gobierno se tambalearía como nunca antes y el calendario de legislatura podría cambiar”, según un destacado parlamentario, en conversación informal con este diario. “Hoy sufrimos un Gobierno sumido en el caos”, enfatizaron desde el PP, que sigue en su estrategia de intentar que el PSOE se fracture, haciendo apelaciones públicas a diputados y senadores socialistas y presentando mociones en consistorios y parlamentos autonómicos.
Es harto improbable que algún cargo del PSOE vote con el PP, en el marco de la frenética semana que vive la Cámara Baja. Pero el enfado de algunos barones con Sánchez es ya indisimulado, como avanzó El HuffPost. “Sin Podemos, estaríamos en un 40% más de voto”, según Emiliano García-Page, que aseguró el domingo en La Razón que “muchos otros” socialistas opinan igual que él, pero no tienen altavoz. Ximo Puig avisó: “No podemos estar como si cada día se acabara el mundo”.
Desde Moncloa llaman a calma. Sánchez pretende resistir, como siempre ha hecho en política, y de momento las encuestas no recogen que el efecto Feijóo se recupere. Sobre la ley del solo sí es sí, esperará a lo que diga el Tribunal Supremo. “Lo prudente es esperar que el Poder Legislativo unifique esa doctrina antes de extraer otras conclusiones”, contestó su portavoz Pilar Alegría, que la semana pasada sí apostaba por hacer modificaciones ya. En relación a la malversación, se da de margen hasta la presentación de enmiendas mientras que no duda de que saldrá adelante su reforma de la sedición este jueves. Su pronóstico, pese a todo, es que saldrá invicto del trance parlamentario de esta semana.