Letizia cumple 50: así ha transformado su figura a la Casa Real
La reina celebra un aniversario redondo convertida en uno de los principales activos de la Corona.
Cuando Letizia Ortiz Rocasolano nació un 15 de septiembre de 1972 en Oviedo, la España y la familia real de entonces poco tenían que ver con lo que son ahora. Con una dictadura en sus últimos compases, el príncipe Juan Carlos, designado por Franco como su sucesor vivía con Sofía de Grecia y sus tres hijos en Zarzuela vendiendo la imagen de una familia feliz.
Este jueves, Letizia cumple 50 años convertida en reina consorte y Zarzuela es una familia desestructurada. Desde que Felipe VI subió al trono han cambiado cosas en la Casa Real, que se ha reducido al máximo dejando en el núcleo duro a los reyes y a sus hijas, y algunas se han atribuido a la mano de Letizia, aunque no siempre es fácil ver su huella.
“Creo que Letizia no ha cambiado nada en la Casa Real. Es una institución que lleva tanto tiempo y con unas tradiciones tan ancladas que es muy difícil”, defiende la periodista Mábel Galaz, que ha cubierto la información de casa real durante tres décadas en El País y acaba de publicar el libro Letizia real, que narra el camino de periodista a reina de la consorte.
La periodista recuerda que “ella no tiene el poder de transformar”, ya que es un papel que recae en Felipe VI. “Como princesa no cambió nada, y lo que está haciendo como reina es ayudar a Felipe a recuperar el prestigio perdido y a demostrar al mundo que en el siglo XXI la monarquía es una institución que tiene sentido”, señala Galaz.
“A pesar de que como princesa pudo ser mejor, va camino de ser una buena reina. Es una buena compañera de equipo de Felipe VI, que es lo que tiene que ser, porque ella no tiene papel marcado por la Constitución”, concluye la autora.
Para Marina Fernández, directora de comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo, Zarzuela sí ha cambiado desde la llegada de Letizia y “debía ser así”. “Es una institución sustentada por la Constitución, pero está basada en personas, y al entrar nuevas personas en la institución, por fuerza, cambia. Es muy diferente la casa real de Felipe y Letizia de la de Juan Carlos I”, defiende la experta.
“La mano de la reina es difícil de ver, porque Zarzuela tiene una estrategia diseñada por expertos y no sabemos qué es decisión de quién, si ha nacido de esos expertos o de los reyes Por ejemplo, los viajes de cooperación de Letizia, que son más habituales, no sabemos si son una decisión que nace de la reina o una propuesta de sus asesores”, explica Fernández.
En los últimos años, las imágenes de la reina ataviada con su chaleco rojo de cooperación se han convertido en una constante y causado algún incidente diplomático, como cuando una diputada de Paraguay pidió a Letizia que dejara el chaleco y sacara uno de los “vestiditos que tiene en su closet” en un viaje al país. Para este tipo de viajes, la reina prefiere utilizar el uniforme de cooperación para evitar que la ropa opaque la labor de los cooperantes.
Además de los recurrentes viajes de cooperación, Letizia ha introducido otras causas en Zarzuela presentes en la sociedad actual. “Apreciamos unos intereses nuevos a partir del cambio en la jefatura del estado hacia asuntos que antes no aparecían en la agenda pública. Por ejemplo la sostenibilidad o la crisis climática. Lo mismo con los derechos de la mujer. Coincidiendo con la llegada de la reina consorte, el papel de la mujer en la sociedad va ganando relevancia. Que ella esté presente en temas de mujer es porque estos están sobre la mesa y, a la vez, que ella esté da relevancia a estas causas, porque ella es LA embajadora”, asegura Fernández.
Según diferentes expertos en Casa Real, entre ellos Galaz, Letizia se considera feminista y han sido varias las ocasiones en las que ha señalado las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres. La reina también ha vestido prendas confeccionadas por víctimas de trata y no dudó en enviar un mensaje ante los asesinatos de las niñas de Tenerife, Anna y Olivia, y de la joven Rocío Caíz a manos de su expareja.
Temas como el medio ambiente o las enfermedades raras han ganado peso en la agenda de Letizia, al contrario que la religión. Las imágenes de la consorte en la misa del día de Santiago provocaron polémica, pero son naturales si, como publicó El País Semanal, la reina es agnóstica. “La relación entre la Corona y la Iglesia no ha cambiado, pero entre la Iglesia y doña Letizia sí”, sentencia Fernández, que lo asume con normalidad. “Cada vez hay más españoles que no practican religión católica, así que por fuerza es una relación que tiene que ir cambiando poco a poco. La relación tiene que ir ajustándose”, apunta.
¿Reina de nueve a cinco?
Desde que Letizia se convirtió en consorte en junio de 2014 no son pocas las voces críticas que la acusan de tener horario y le recuerdan que una reina es reina las 24 horas del día. Son críticas que acechan especialmente cuando llega el verano y los reyes disfrutan de dos semanas de vacaciones privadas con Leonor y Sofía sin que los españoles sepan destino ni actividades. También se ha insinuado que la consorte ‘desconecta’ del trabajo en cuanto termina su jornada de actos o eventos.
“Eso no es verdad”, sentencia Galaz sobre los supuestos horarios de la reina. “Ella sí es muy severa a la hora de establecer sus vacaciones y su tiempo libre. Trabaja mucho pero quiere sus vacaciones y preserva su tiempo de ocio, algo que no sucede en otras casas reales, que lo enseñan más”, señala la periodista. Habitualmente, cuando se vierten críticas sobre el tiempo libre de los reyes, se los compara con Juan Carlos y Sofía, por lo que Galaz recuerda que antes tampoco se sabía todo lo que hacían los miembros de la familia real. “Juan Carlos se fue a Botsuana y no se supo hasta que pasó lo que pasó”, recuerda la autora.
Fernández tampoco está de acuerdo con esa opinión sobre Letizia y recuerda que la mayor parte de su trabajo “no es en público”. “Para que ella acuda a un evento y pronuncie un discurso hay meses de trabajo. Ella es una reina comprometida e interesadísima con los eventos a los que asiste, se empapa de muchísima información, hace preguntas que demuestran que se lo ha preparado. Decir eso es no saber cómo funciona la Casa Real”, defiende la experta en protocolo. Para ella, no es necesario que sepamos qué hacen o qué libro lee la reina en cada momento para que ellos cumplan con sus obligaciones. “Eso no afecta a cómo representa la Corona a la ciudadanía. No son un reality show”, relata defendiendo la estrategia de Letizia y Zarzuela.
La protección de sus hijas
La llegada de Leonor y Sofía también supuso un cambio de rumbo en la familia real, y la educación de las hijas de los reyes poco tiene que ver con lo que vivió Felipe VI. A menudo, se ha pintado a Letizia como una madre controladora y posesiva, cuando la decisión de no mostrar el día a día de la princesa y la infanta es una decisión de ambos.
“Ellos pusieron unas normas con sus hijas, que eran que tuvieran la menor vida pública posible. ‘Son muy pequeñas, ya tendrán tiempo’, era la frase que solían decir”, apunta Galaz, que resalta que eso ha comenzado a cambiar con el relevo en la Corona. “Especialmente en el caso de Leonor, aunque sigue estando muy controlado. Pero, como tienen que dar una imagen de modernidad y Leonor representa el futuro, va saliendo cada vez más”, añade.
Para la periodista, sí deberíamos ver más a Leonor: “No tenemos que estar todo el rato sabiendo de su vida, pero por ejemplo la línea de formación, que ahora sí se sabe por lo que se contó en El País Semanal, debería ser información que llegara de Zarzuela de manera natural”.
Según Marina Fernández, la decisión que han tomado con sus hijas “es consecuente con la España de hoy”. “En los tiempos de Felipe VI no había, por ejemplo, horarios protegidos en televisión, no había que firmar un papel en el colegio para poder sacarle una foto o un video al niño. La forma en la que se protege a los menores es totalmente diferente. Letizia es una reina para la España del siglo XXI”, destaca la experta.
“En cuanto a la comunicación, los tiempos han cambiado, y la casa de Juan Carlos I era una y la de Felipe VI es otra”, recuerda Galaz, que pone de ejemplo la política de redes sociales de la casa real británica. Aún así, explica Fernández, los Windsor también han cambiado su relación con los medios: “Ahora va un periodista que hace una foto que luego se distribuye, o la duquesa de Cambridge les hace fotos y las publica en su cuenta, no va el mogollón que iba con William y Harry. Ya no son aquellos follones”.
Sobre un nuevo cambio en las redes sociales de Casa Real, Galaz señala que “en Zarzuela no se producen grandes cambios”. “Ellos van muy poco a poco, están yendo despacio y aún así sienten que están cambiando cosas”, cuenta la autora sobre las posibles novedades en la comunicación de la familia.
Virtudes y retos de futuro
Letizia ha recibido muchas críticas y todavía le queda mucho por hacer, pero en el camino que ha recorrido en sus casi 19 años en Zarzuela hay varios puntos positivos. “Cumple a la perfección el papel de consorte. Apoyar el trabajo del jefe del estado, dar un heredero y ocuparse de la formación del heredero son las responsabilidades del consorte. En el caso de Letizia ella es mujer, pero sería lo mismo si fuera un hombre. Si Leonor se casa con un hombre, ese consorte tendría que cumplir estas responsabilidades como hizo en su día, por ejemplo, Felipe de Edimburgo”, resalta Fernández.
Para Mábel Galaz, que Letizia naciera en una familia de clase media ha sido un soplo de aire fresco en la Casa Real. “Ella viene de un mundo que no ha vivido Felipe, sabe lo que es coger el metro, pagar una hipoteca y es periodista. Creo que ese olfato no lo ha perdido y la hace permeable a lo que pasa en la calle. Ha hecho a Felipe VI descender del palacio a tomarse una caña en Malasaña y creo que eso es muy positivo”, valora la periodista.
La autora de Letizia real recuerda que “el poder transformador lo tiene el rey, aunque ella es un buen complemento y una compañera de equipo”. Para ella, su gran reto de cara al futuro es la cercanía. “En ocasiones se la ha criticado por altiva y ella es consciente de la imagen, que es fruto de la obsesión por la perfección. En el libro hablo de una frase que ella dice que es que ‘Él nació sabiendo agradar a la gente’, pero que ella tiene que aprenderlo y sabe que es su cuenta pendiente”, reflexiona Galaz.
Además, para Fernández, “guiar a Leonor en su camino hacia la corona” es el gran desafío de Letizia en los próximos años. La reina cumple 50 años en una institución muy diferente a la que conoció cuando llegó en 2003 y convertida en uno de sus activos principales. Haces unos meses, la escritora Pilar Eyre la defendió en un reportaje en El HuffPost: “El gran sostén de la familia es ella. La plebeya que venía a cargarse la monarquía es la que la está salvando”.