Más que un paseíllo: Laya confirma que Biden y Sánchez hablaron antes de la foto de familia
La ministra de Exteriores defiende que la de ayer en Bruselas "era una primera toma de contacto", que esperan "profundizar en los próximos meses".
La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha explicado esta mañana que ayer hubo más que un paseíllo de 30 segundos entre el presidente de EEUU, Joe Biden, y el español Pedro Sánchez, en la cumbre de la OTAN en Bruselas. Tras la polémica por la brevedad del encuentro entre mandatarios, a los que se vio sencillamente caminando juntos por un pasillo durante menos de un minuto, la canciller española ha indicado que ambos hablaron con más detenimiento en el encuentro previo a la foto de familia de la cumbre y que estamos ante una primera toma de contacto, importante pero inicial.
Laya ha indicado en una entrevista en la Cadena SER que hubo un tiempo de unos 30 minutos en el que todos los líderes de la Alianza estuvieron juntos fuera de cámara, departiendo entre ellos, antes de pasear y posar para los medios, y fue entonces cuando Sánchez y Biden hablaron con más calma. Un extremo confirmado la pasada noche por la Casa Blanca, que ha informado de encuentros específicos con líderes mundiales como el español “por separado”.
La ministra sostiene que esta conversación fue “inicial, la primera, y no va a ser la última”, que fue “más allá del saludo puramente protocolario y menos que reunión de 40 minutos con banderas y sillones”, porque tuvo lugar en ese contexto de espera, sin ministros ni asesores ni asistentes, mientras se esperaba al inicio de la cumbre en sí.
Sánchez hizo ayer repaso de lo hablado con su homólogo norteamericano, y casi parecía imposible que todo hubiera tenido cabida en el paseíllo que pudimos ver, pero ahora llega la explicación. Laya dice que se habló de tres cuestiones principales en el encuentro: “poner en valor los vínculos nos unen en seguridad y defensa”, con voluntad profundizar en ese acuerdo; América Latina y su crisis migratoria, sanitaria y económica, conocida por el presidente español el su visita oficial de la semana pasada, que coincidió con la de la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, por lo que Biden dio las gracias a España por su labor en la zona y por organizar una cumbre sobre cuestiones migratorias hace pocos días; y por último, se habló de las “políticas progresistas” que está impulsando Biden.
A la pregunta de Àngels Barceló de si se había vendido mal la conversación al hablar de encuentro, lo que generó más expectativas, la ministra no ha querido entrar en “qué se dijo y qué se entendió”, sino que se queda con el mensaje de “una relación sólida”, que se apreció por ejemplo en el mensaje que Biden lanzó en el plenario, aplaudiendo que España vaya a acoger la cumbre de la OTAN del año que viene, en Madrid. “El ruido no hace bien y el bien no hace ruido. Es un caso clásico de bien”, ha enfatizado.
Justo eso le ha servido para censurar al líder del PP, Pablo Casado, que tras el cara a cara Biden-Sánchez habló de “irrelevancia” de nuestro país en la esfera internacional. “Estamos tan acostumbrados ya a las hipérboles de Casado que ya no escuchamos, eso es ruido”, dice, por lo que es mejor no valorar más estas “expresiones cansinas, que no hacen bien a este país” sino quedarse con el apoyo de 29 países del mundo.
Laya ha puesto en valor la importancia del aval de la cumbre de la Alianza en España, porque la de 2022 será una cita decisiva, ya que se redefibirá el concepto estratégico de la OTAN para los diez próximos años y se elegirá a un nuevo secretario general. “Se confía en España hacer esta tarea, es un voto de confianza”, repite.
Discreción sobre Marruecos
La canciller española también ha hablado en la SER sobre la crisis con Marruecos, aunque no ha entrado en profundidad a explicar cómo están ahora las relaciones, tras la entrada de casi 9.000 personas en Ceuta por la apertura de la frontera, el mes pasado.
“He procurado ser discreta respecto a Marruecos porque creo que tenemos que reconducir la situación. Estamos creando las condiciones a través de la discreción. No quiero decir ni hacer nada que pueda poner en cuestión nuestra voluntad de retomar nuestra relación con nuestros interlocutores marroquíes”, señala.
“Vamos a desescalar la tensión con Marruecos con discreción y poco ruido. Esta es una situación que España no ha buscado y que no quiere que siga a futuro”, ahonda.
“Sobre el paso del Estrecho, este año no estamos en un año de normalidad prepandemia [...] No olvidemos que también España tiene cerradas sus fronteras con una docena de países”, dice, tras quedarse fuera de la OPE de este año los puertos españoles, no así los portugueses o los franceses.
Laya no se refiere tampoco a la postura de EEUU sobre el Sáhara Occidental, ya que Biden no ha variado aún la decisión de diciembre de su antecesor, Donald Trump, de avalar la soberanía de Marruecos sobre la zona. “A Estados Unidos le competerá decidir cuál es su postura sobre el Sáhara. Lo que España siempre ha dicho es que es importante que demos un impulso a las negociaciones en Naciones Unidas”, dice. “No estaba en el orden del día entre esa primera toma de contacto entre Sánchez y Biden hablar del Sáhara Occidental”, confirma, sobre la conversación de ayer en Bruselas.
Sobre la posibilidad de que Ceuta y Melilla pasen a formar parte del espacio Schengen, sostiene que “tienen unas especificidades que nosotros estamos revisitando a la luz del plan de recuperación que se está poniendo en marcha y se ha propuesto examinar si ha lugar el anclaje de las dos en la Unión Europea, que por supuesto que pertenecen a la UE”. No es una propuesta, insiste con firmeza, sino “un explorar un encaje”.