Laura Madrueño: "Desgraciadamente, sí esperamos que siga viniendo un tiempo extremo"
Entrevista con la presentadora del tiempo de Mediaset sobre su libro, 'Somos agua'.
“Estamos con una auténtica sirena que se pone las piernas para decirnos el tiempo”, proclamó Ana Rosa Quintana el día que Laura Madrueño visitó su programa para presentar su libro Somos agua (Ed. Aguilar).
Ese día, la veterana periodista hizo llorar a la ‘chica del tiempo’ de Telecinco cuando le dedicó un torrente de halagos por todo lo que Madrueño cuenta y cómo lo cuenta en su primer libro.
Sólo hay que echar un vistazo al perfil de Instagram de la periodista para descubrir que la playa, el mar, el buceo y el fondo de los océanos suponen una parte fundamental de su vida. De ahí este libro, en el que la famosa presentadora quiere descubrir al lector una naturaleza desconocida a través de su diario de buceo, al tiempo que manda un contundente mensaje de socorro por el planeta.
Prácticamente, desde que naciste, el agua ha sido tu segundo medio de vida…
Sí, desde muy chiquitita. Mis padres fueron buzos pioneros en España y desde que nací siempre me llevaron en barco. Mi padre nadaba conmigo enganchada a su cuello y con sus aletas de apnea, e íbamos a lo que yo decía “lo negro”, mar adentro. Allí él cogía aire, hacíamos un golpe de riñón y bajábamos dos o tres metros. Lejos de la oscuridad que parece que hay, descubrí una luz y unos colores que no he visto en ningún otro lugar. Y sigo abrumada cada vez que bajo porque sigo viendo esas maravillas que me da mucha pena que la gente no conozca. Por eso, en parte, he compartido esas experiencias. El océano es tan inmenso que siempre ha generado cierto miedo en buena parte de la sociedad y la gente no sabe lo que se está perdiendo. Además, también tienen que saber lo que hay y cómo en los últimos 15-20 años estamos asistiendo a una degradación del mar insólita.
En el libro hablas de cuatro escenarios mediterráneos perfectos para el buceo: Las Columbretes (Castellón), La Azohía (Murcia), Benidorm y Menorca. Como gran conocedora de esos fondos marinos, ¿hasta que punto has sido testigo de su degradación?
Bueno, en el Mediterráneo, mis padres me cuentan como estaba hace 40 años y cómo está ahora. Es espectacular la diferencia. Pero te puedes ir a cualquier isla paradisíaca en mitad del Índico o del Atlántico y comprobar que los arrecifes están completamente muertos entre los 3 y los 10 metros porque el agua está mucho más caliente. Además, también está más ácida por todo el CO2 que están intentando asimilar los océanos. Muchas especies, las que pueden, están obligadas a emigrar porque con ese PH no son capaces de reproducirse ni de vivir. Pero los corales tardan cientos de años en desarrollarse y no pueden moverse a la velocidad a la que estamos calentando el planeta.
Los cambios climáticos han existido siempre, pero esta fase cálida está siendo mucho más rápida de lo habitual. Los cambios climáticos no son perceptibles para muchas generaciones de personas y nosotros lo estamos viendo. En muy pocos años estamos comprobando como sube el nivel del mar, como se calientan los océanos, como cada años batimos récords de temperaturas máximas. Es un calentamiento global muy acelerado..
También estamos viendo muchísimo plástico en el mar. Y no sólo grandes, también trocitos y que son imposibles de limpiar. Los plásticos que se han roto en millones de pedazos se los están comiendo los seres vivos.
Otra de las cosas de las que he sido testigo es como los animales (tortugas, peces, tiburones) se quedan atrapados en plásticos, en redes kilométricas. Yo he estado cortando redes y hemos salvado tiburones de anzuelos. Acabamos de volver de Maldivas y hemos visto más de un tiburón con el anzuelo enganchado. Muchos se pescan por el aleteo pero hay otros muchos que son capturas accidentales que las tremendas redes se llevan, sin ser la especie objetivo, y arrasan el océano.
¿Y todo esto ocurre porque somos irresponsables o por desconocimiento?
Yo creo que es desconocimiento, desgraciadamente. Por eso me encantaría que este libro se leyese. He hecho este esfuerzo porque creo que es súper necesario que se empiecen a conocer la situación. Llevo muchos años haciendo documentales submarinos y más de 20 años buceando y viendo lo que pasa. Me han contado muchas cosas, he visto escenas tremendas en el mar… Hemos tirado basura de forma legal durante años y España es uno de los primeros países que está sobrepescando en sus costas, tiburones y atunes están desapareciendo y son fundamentales para el equilibrio marino. Por tanto, creo que es falta de información y de información veraz. Creo que es necesario que la gente conozca la verdad para tomar decisiones.
Somos la generación de la basura. Nuestros abuelos reutilizaban prácticamente todo y nosotros usamos y tiramos constantemente. Hemos inventado un material maravilloso, pero lo estamos utilizando para dos minutos y va tardar cientos de años en desaparecer. Es muy difícil y el desafío es tremendo. Tenemos que ver cuántas cosas tenemos que cambiar de nuestro día para poder vivir en los límites de nuestro planeta.
¿Tú ya has cambiado cosas?
Muchas, y cada día más. Por supuesto, plásticos de un solo uso ya no utilizo. Pero hay otros plásticos que utilizamos en el día a día que, aunque es complicado dejar de utilizar, voy haciéndolo. Intento hacer una compra de proximidad, me llevo tarteras al súper para que el fiambre me lo pongan en táperes y compro más cosas en vidrio
Hago compost en casa desde hace muchos años y lo promuevo mucho en redes. Es un proceso mágico y no hace falta tener una casa ni una terraza enorme porque lo puedes hacer en una caja. Yo no tiro basura prácticamente y esa basura se convierte en el mejor abono del mundo.
También tengo un huerto. Me da mucho trabajo, pero también mucha satisfacción. Tengo zanahorias, tomates, judías verdes, melones, sandías, acelgas, calabazas… Desde que tengo el huerto soy consciente de lo generosa que es la naturaleza y de lo especial del proceso en el que cada ser vivo tiene su papel.
Aunque en el libro afirmes que eres agua, también veo que eres tierra...
Soy de Madrid, pero cuando he querido encontrar la paz más cerca, la he encontrado en la naturaleza. Mis abuelos por parte de madre eran de un pueblito de la Sierra de Gredos al que he estado siempre muy unida. Desde muy pequeña he salido a pasear por esas montañas y eso me hizo apreciar la paz de las zonas de montaña.
¿Es tu amor por la naturaleza y tu conciencia medioambiental lo que te llevó a convertirte en presentadora del tiempo?
Sí, venía de serie (risas). Tuve mucha suerte con lo del tiempo porque unos años antes me hicieron una prueba para presentar deportes y yo, aunque soy una apasionada de los deportes, soy más de practicarlos que de contarlos. Además, casi toda la información deportiva es fútbol y creo que habría que informar de más deportes... y yo de fútbol no ando muy puesta.
Cuando surgió a los dos años el tema del tiempo, me gustó mucho más porque lo he estudiado y me han gustado siempre los deportes de mar y montaña, en los que tienes que estar pendiente de la meteorología, y tiene un vínculo muy importante con la naturaleza. Además, es una información muy cercana y la gente te coge un cariño muy especial porque es una información que consume todo el mundo.
Tú con Filomena mostraste que se puede comunicar el tiempo de otra manera, desmarcándose un poco de la liturgia meteorológica (isobaras, anticiclones, danas o alisios).
Fueron dos semanas en las que prácticamente viví en televisión. Me recogían a la 6 de la mañana y llegaba a casa a las 11 de la noche. Hice una tourné por todos los programas que me permitió no sólo estar en el modo más informativo, sino que tuve más cancha para poder conversar y reírme. En programas como Ana Rosa y Sálvame fueron muchos días seguidos porque desde antes de Reyes empezamos a avisar. Fueron muchas horas en plató y un trabajo muy intenso con los compañeros. Se pudo ver esa parte mía más coloquial y más cercana.
¿Cómo llevas que la gente se acuerde para mal de vosotros cuando os equivocáis?
Bueno, eso pasaba antes. Ahora los modelos de predicción son más exactos. Eso sí, en primavera, por ejemplo, es más complicado porque es muy traicionera. En general, el tiempo que damos en la tele, que es más o menos a 72 horas, es muy fiable y es difícil que nos equivoquemos.
¿Os da subidón cuando veis que se aproxima algo tipo Filomena?
Por un lado, sí, pero por otro piensas en la maratón que te espera… A ver, Filomena fue histórica: sabíamos que iba a nevar pero no de esa manera. Luego la ola de frío fue tan extraordinaria que tuvo unas consecuencias terribles. Madrid paralizado fue complicadísimo para todos y estuvimos con la ciudad colapsada quince días. Pero la verdad es que el verano más verano, de calor y calor, es más aburrido. Nos gusta que haya un poco de movimiento.
Es cierto que en los últimos cinco años está habiendo más fenómenos extremos como Filomena y hemos tenido inviernos de mucho trabajo con ciclogénesis explosivas, una tras otra, y borrascas tremendas que han causado destrozos. Piensas en la gente que tiene cosechas, en las casas que hay en primera línea de costa, en los destrozos de las playas... Nos gusta porque es más interesante meteorológicamente hablando, pero las consecuencias no son ideales.
¿Va a haber más Filomenas?
Probablemente, sí. El calentamiento global que estamos viviendo genera olas de frío y calor cada vez más intensas, y lluvias y fenómenos meteorológicos extremos, aquí y en el resto de Europa, así que vendrán nevadas a latitudes diferentes. El clima está cambiando y lo estamos viendo cada año: se alargan las estaciones cálidas y las estaciones frías se quedan más cortas con temperaturas muy altas. Eso sí, aunque el clima se caliente, no quiere decir que no vaya a haber más Filomenas en zonas donde no estamos acostumbrados. Desgraciadamente, sí esperamos que siga viniendo un tiempo extremo.
Si no te dedicases al tiempo: ¿te atreverías a hacer un Mónica López?
¡Eso son palabras mayores! Pero sí, sí… Hay que ir creciendo poco a poco. En los últimos años he escrito en revistas de viajes, hago mis documentales de submarinismo –tiene su propia productora, We Are Water Films– y he tenido la oportunidad de escribir el libro. También he ido creciendo participando en todos esos programas que he ido visitando por x o por y. Sí que me gustaría hacer algo, quizás relacionado con esto, unos episodios de un programa en el que mostrar todo esto de lo que hablo en el libro: sobrepesca, plásticos, consecuencias del calentamiento global… Y por qué no hacer algo de entretenimiento, porque me apetece reírme en televisión. No sabes la de gente que me escribí diciendo: “Qué gusto verte reir”.