Las reformas económicas que vienen y cómo afectarán a tu bolsillo
El Gobierno prepara cambios en los impuestos, las pensiones y los autónomos.
Pedro Sánchez realizó hace unos días una nueva puesta en escena de las que tanto gustan al spin doctor Iván Redondo. Había pantallas gigantes, ministros y empresarios conectados por Zoom e, incluso, una introducción al piano a cargo de James Rhodes. No faltaba ningún detalle para lanzar un importante anuncio: un plan de recuperación para movilizar más de 72.000 millones y crear 800.000 puestos de trabajo en los próximos tres años.
El presidente trasladó así un mensaje amable en plena pandemia del coronavirus: una lluvia de millones directos desde Bruselas para invertir en energías verdes y digitalización. ¿Quién puede estar en contra de algo así? Un anuncio que quedó algo eclipsado por el traspiés judicial del vicepresidente Pablo Iglesias.
Sin embargo, Sánchez se olvidó de presentar la otra cara de la moneda: las inversiones tienen que ir de la mano de las reformas como exige la UE. Estas solo vienen ligeramente mencionadas en las últimas dos páginas del documento del plan. Los ministerios trabajan desde hace meses en ellas. Algunas verán la luz próximamente, como las pensiones y los autónomos. Otras, como la reforma fiscal, tardarán algo más en ponerse en marcha de manera íntegra por la complicada situación económica.
Estas son las reformas que se avecinan:
Impuestos: realizar ajustes y quitar exenciones
El Gobierno nunca ha ocultado su intención de llevar a cabo una profunda reforma impositiva, que sirva para equiparar la presión fiscal de España con el resto de la UE. Los ingresos por impuestos se situaron en el 35,4% del producto interior bruto en 2018 frente al 41,7% de la eurozona, según Eurostat.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, incluyó esta reforma en el proyecto de presupuestos de 2019. Aquellas cuentas públicas —que finalmente no salieron adelante— incluían medidas como una subida del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) para los sueldos más altos, un incremento en el impuesto de sociedades para grandes empresas y bancos y un aumento del impuesto sobre hidrocarburos para los coches diésel.
Esa reforma fiscal ha quedado aplazada, guardada en un cajón, hasta que la tormenta escampe. “Ni se van a subir impuestos a la clase media, ni se va a subir impuestos a la clase trabajadora. Ni se va a llevar a cabo la reforma fiscal profunda que teníamos previsto en nuestro acuerdo programático este primer año”, ha asegurado Montero. Pero el Gobierno no se ha olvidado de ella: el plan de recuperación contempla la creación de grupo de expertos para estudiarla.
A corto plazo, sí se pretenden introducir algunos cambios que afectarán al bolsillo de los ciudadanos. “Se pondrán en marcha distintos proyectos para la mejora de la imposición medioambiental, así como ajustes en los impuestos ya existentes para reforzar su eficacia, eliminar algunas disfunciones y adaptar los incentivos”, señala el documento.
El Ejecutivo ha reconocido que tiene previsto realizar “ajustes puntuales” entre los que se prevé una subida del IVA a algunos productos o servicios. La Comisión Europea, el Banco de España y la Airef señalan desde hace años que España tiene más productos con el tipo del IVA reducido (10%) o superreducido (4%) que sus vecinos. Uno de los borradores de las negociaciones hablaba de eliminar la exención del IVA a la educación y la sanidad privadas.
Asimismo, las cuentas públicas de 2021 —cuya negociación ultiman PSOE y Unidas Podemos y cuya presentación se espera para esta semana— introducirán una subida del 1% al impuesto de patrimonio para las fortunas superiores a 10 millones e incrementos en el IRPF para los que más cobren.
La reforma del IRPF planteada en 2019, que ahora podría dulcificarse, establecía dos nuevos tramos. Los salarios superiores a 130.000 euros pagarían un tipo del 47% y los superiores a 300.000 euros pagarían un tipo del 49%.
Estos presupuestos también incluirán el impuesto sobre determinados servicios digitales —tasa Google— y el impuesto sobre las transacciones financieras —tasa Tobin—. El Senado dio luz verde esta semana a estos dos nuevos tributos, que empezarán a recaudar en enero.
El Gobierno también ha puesto el foco sobre los impuestos verdes, como el impuesto a los plásticos de un solo uso anunciado en junio. España está muy lejos de los niveles de recaudación medioambiental que tienen sus socios europeos.
Aún así, estas medidas impositivas quedarán a expensas de las posteriores negociaciones de los presupuestos con otros grupos parlamentarios, en las que Ciudadanos va a jugar un papel fundamental.
Pensiones: más complicado jubilarse antes de tiempo
La reforma de las pensiones es uno de los grandes deberes pendientes de la economía española. La Seguridad Social tiene un déficit estructural equivalente al 1,5% del producto interior bruto, según el Banco de España. Existe una diferencia entre los ingresos y los gastos de unos 18.000 millones, pero que este año se elevará hasta los 25.000 millones por la pandemia.
El sistema público de pensiones español se basa en el reparto: los mayores cobran su jubilación gracias a las cotizaciones de los trabajadores. Esto puede convertirse en un problema cuando se jubile la generación del baby boom.
Así ha evolucionado el gasto en pensiones en los últimos 15 años:
Si no puedes ver el gráfico, sigue este enlace.
Anticipándose a esto, la Comisión del Pacto de Toledo debate desde hace años unas recomendaciones para asegurar el futuro de las pensiones. “Las reformas duraderas y efectivas en el ámbito de las pensiones han de surgir del más amplio consenso”, señala el documento del Ejecutivo.
Todo apunta a que el acuerdo llegará en las próximas semanas. Una vez se logre, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, pondrá sobre la mesa su reforma, de la que ya ha dado algunas pistas. El ministro se ha reunido este martes con los sindicatos y empresarios para iniciar la negociación.
Los actuales pensionistas no tienen nada que temer, ya que sus prestaciones subirán cada año de acuerdo con la evolución de los precios. “Las pensiones se van actualizar al IPC, es un compromiso de este Gobierno y quiero transmitir absoluta tranquilidad”, ha confirmado la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
Quienes sí tendrán que preocuparse son aquellos ciudadanos que quieran jubilarse antes de tiempo. Escrivá pretende ponerles trabas y establecer incentivos para que los trabajadores alarguen su vida laboral. El objetivo es acercar la edad real de jubilación, que se encuentra en 64 años y 6 meses, a la establecida por ley. La edad legal de retiro se encuentra en los 66 años en 2021 y se incrementará poco a poco hasta alcanzar los 67 años en 2027.
Autónomos: cotizar según los ingresos reales
Muy relacionada con las pensiones, el Ministerio de Inclusión prepara otra importante reforma que afectará a los 3,2 millones de trabajadores inscritos al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos.
Escrivá pretende cambiar el sistema de cotización actual de los autónomos para vincularlo a sus ingresos. Esta modificación se notará directamente en los bolsillos de muchos de estos trabajadores, que tendrán que pagar una cuota mensual más elevada. A cambio, mejorarán las cuantías de sus prestaciones como el cese por actividad y la pensión por jubilación.
La prestación por jubilación de los autónomos está muy lejos de la que cobran los trabajadores por cuenta ajena:
Actualmente cada autónomo elige su base de cotización independientemente del dinero que ingrese. La mayoría de ellos, aproximadamente el 85%, opta por la base mínima, es decir, eligen esta opción como si ganaran 944,4 euros al mes. La cuota que abonan mensualmente a la Seguridad Social se sitúa en 283,31 euros.
Este cambio servirá para que la Seguridad Social aumente su recaudación en un 20%, lo que ayudará a reducir su abultado déficit. Los dos asociaciones progresistas de autónomos UPTA y UATAE reivindican desde hace años esta reforma, mientras que ATA, la asociación mayoritaria e integrada en la CEOE, se muestra más reticente.
El nuevo sistema de cotizaciones se basará en unos tramos, algo similar a lo que ocurre con el IRPF. “Se establecería una base de cotización creciente en función de los distintos tramos de ingresos hasta situarla en la base máxima actual para los tramos de ingresos superiores a los 45.000 euros anuales”, explicaba Valeriano Gómez, exministro de Trabajo, en una propuesta elaborada por UATAE.
Dos de cada tres autónomos no verían incrementada su cuota, según los cálculos de las asociaciones. Los trabajadores que ganen menos de 12.000 euros anual seguirán en la base mínima. Incluso, se abre la posibilidad de que se les aplique una rebaja. Aquellos que ingresen más de 12.000 euros, pero menos de 24.000 o 25.000 euros, también mantendrán la cuota mínima.
Por tanto, la reforma de Escrivá solo afectará a un millón de autónomos, aquellos trabajadores por cuenta propia que ganan más dinero. Las cotizaciones para estos trabajadores aumentarán progresivamente cuanto más se acerquen sus ingresos a 45.000 euros.
La cuota mensual a la Seguridad Social supone el 30,3% de la base de cotización. La propuesta de UATAE —muy similar a la que prepara Escrivá— establece, por ejemplo, que un trabajador que gane entre 27.000 y 30.000 euros tendría una base de cotización de 2.679 euros. Estos autónomos pagarían una cuota mensual de 811,74 euros.
Los que se verían más afectados por esta reforma son los autónomos que ingresan más dinero cada mes, en concreto, aquellos que ganan más de 45.000 euros. Estos tendrán una base de cotización de 3.751 euros y, por tanto, pagarían una cuota mensual de 1.136,55 euros.