Las redes sociales y el negacionismo tecnológico
Del conjunto de herramientas que ofrece la Web 2.0: blogs, redes sociales, wikis, sistemas de mensajería instantánea, recursos compartidos, etc.; las redes sociales son las que más espacio ocupan en los medios de comunicación. Gran parte de las informaciones que en ellos aparecen sobre esta herramienta son meras opiniones de líderes militantes del negacionismo coyuntural del progreso. Asimismo, proceden estas informaciones de ciertos personajes que atesoran un desconocimiento profundo de las posibilidades de estos instrumentos y de otros que, simplemente, se oponen a ellas como defensa de su estatus personal que ven peligrar por las potencialidades que ofrece la Web 2.0.
En una somera búsqueda en Internet es frecuente encontrar afirmaciones como las siguientes: "Las redes sociales han permitido organizar la imbecilidad por primera vez en la historia"; "las redes sociales tienen una capacidad de contagio masivo, inmediato y acrítico"; "las redes sociales producen acoquinamiento a quienes se ven atacados por ellas"... Otros adornan su crítica dando un carácter más científico a su negacionismo con expresiones del tipo: "Los jóvenes por la utilización de las redes sociales han dejado de tener vida social para crearse una vida virtual" o que estas "distorsionan sus capacidades de socialización", así como que "las redes afectan al desarrollo natural del pensamiento".
Una de las aportaciones más importantes de la revolución industrial fue la capacidad de generar tiempo libre para incrementar nuestra socialización. La sociabilidad es un elemento consustancial a nuestra naturaleza. Por mucho que nos guste reconocernos como personas independientes y autónomas nuestra voluntad no es tan fuerte como la tendencia a la sociabilidad. Las redes cumplen a la perfección este papel de incremento de la pulsión social reuniendo las cualidades productivas básicas de los espacios sociales, añadiendo comodidad y nuevas posibilidades de satisfacción personal. Igualmente facilitan nuestras motivaciones ayudándonos a mejorar aspectos como nuestros hábitos de vida saludable, intereses académicos, opiniones políticas, etc. Las relaciones por medio de estos instrumentos no son un sucedáneo de las relaciones cara a cara, sino que actúan de igual forma que otros entornos de relación de la vida real aumentando la cooperación, el intercambio de ideas y el trabajo en equipo. También eliminan fronteras espaciales aportando mayor calidad y cantidad de intereses que se pueden compartir en la red. Aspectos todos estos que se pueden completar siguiendo el Blog El caparazón que edita Dolores Reig.
La fortaleza de las redes sociales por mucho bombardeo en su contra que sufran es de tal magnitud que ya ha penetrado en nuestra vida cotidiana y son un elemento más de nuestra existencia. Además, han dejado de ser únicamente el espacio de interrelación de la generación digital. Su uso está extendido entre todos los internautas sin distinción de edad. La consultora IAB Spain realiza un estudio anual sobre redes sociales, cuyo último análisis ofrece unos resultados de su penetración que es preciso tener en cuenta. Así, en España el 85% de los internautas entre 16 y 65 años utilizan redes sociales, es decir que unos 25,5 millones son usuarios de los diferentes productos de software social. De este total de usuarios el 51% son mujeres y el 49 % hombres. Facebook y Twitter son las redes más populares. Todos los encuestados son capaces de reconocer de forma espontánea entre tres y cuatro redes diferentes. El promedio de uso de estos productos es de 58 minutos diarios frente a los 241 que dedicamos a ver la televisión. El dispositivo preferido para interaccionar en las redes sociales es el smartphone.
A la vista de estos datos y de las ventajas que ofrecen estos productos digitales que ya forman parte de nuestro quehacer habitual, cuanto antes reconozcamos esta circunstancia mejores aportaciones obtendremos para nuestro desarrollo vital y para la expansión socioeconómica del país. Las redes son, así mismo un agente a tener en cuenta en la digitalización de la economía, así como para la profundización de la democracia. La Web social ayuda a informar a las administraciones de cómo están realizando su gestión y, en no pocas ocasiones, compartiendo determinados ámbitos de decisión antes reservadas a la dirigencia política. Las redes sociales son, en definitiva, una adecuada herramienta para que nuestra participación democrática no quede reducida al mero depósito del voto en la urna cada cuatro años.
El despliegue y el desarrollo de las redes sociales son elementos de mejora, que aportan más ventajas que inconvenientes por lo que el discurso sobre sus atributos no puede estar dominado por los negacionistas del progreso.
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