Las redes dictan sentencia sobre el debate en el especial de 'El Objetivo'
"Si todos los programas hubiesen sido como este no habría hecho falta hacer un programa como este".
Este lunes estaba prevista la emisión del debate de los candidatos a las elecciones madrileñas del próximo 4 de mayo en laSexta. Pero el pasado viernes la campaña dio un giro cuando Rocío Monasterio puso en duda la veracidad de las amenazas de muerte dirigidas contra Pablo Iglesias y su familia y este abandonó el debate de la Cadena SER.
En lugar de un debate con los candidatos, El Objetivo ha emitido una edición especial para analizar “si está en riesgo la convivencia en nuestro país”. En el programa han participado la catedrática de Ética Adela Cortina, el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, el catedrático en Ciencia Política de la Universidad de Gotemburgo Víctor Lapuente y el paleontólogo Juan Luis Arsuaga.
El paleontólogo ha reflexionado sobre “la sociedad del espectáculo” y la crispación que provoca. “Vivimos en una una sociedad del espectáculo en la que tiene que haber noticias todos los días”. Algo, ha dicho, que contrasta con la democracia, “muy aburrida”: “Cuando se pretende que haya un titular todos los días hay que elevar el tono de la conversación y llevarlo a la discusión y finalmente a la confrontación”.
Una democracia plena
Sobre en qué punto se ha ido deteriorando la convivencia en España para llegar a lo vivido estos días con motivo de las elecciones en la Comunidad de Madrid, Víctor Lapuente ha recordado que “España sigue siendo una democracia plena y que puntúa entre las diez mejores del mundo”.
No obstante, ha matizado: “Cuando miramos la calidad de la democracia los ciudadanos perciben que las instituciones públicas en España están sesgadas a favor de unos intereses partidistas. Pensamos que las instituciones están al servicio de los gobernantes, y no de los gobernados”. Según el catedrático, en nuestro país “tenemos un problema de percepciones que hace que España sea un país casi esquizofrénico en cuanto a percepciones de la corrupción”.
La filósofa Adela Cortina ha considerado que hay que aplicar a la política lo mismo que se aplica en el marketing económico: “no vender un producto denigrando el producto contrario”. “Si prohibiéramos en política que se intentara ganar el voto criticando al contrario se acababa con el problema”, ha zanjado.
José Antonio Marina, por su parte, ha asegurado que entre las razones de la actual situación de crispación y polarización están los movimientos identitarios y la tecnología. “Un fenómeno que sigo con muchísimo interés y que tiene que ver con esta agresividad es la agresividad por incomprensión”, ha afirmado.
“El experimento sociológico es este”, ha cerrado el debate Arsuaga: “Seguro que teníais unas expectativas de la audiencia si fuera un debate político, comparemos esas audiencias esperadas con la que ha tenido este programa. Si resulta que solo nos ha visto mi familia, hay poca esperanza de cambio. Quiere decir que la conversación tranquila y el contraste de ideas no tiene futuro”.
“Pero, y si diera la casualidad de que este experimento demostrara que una conversación de este tipo se puede acercar, al menos, a lo que es el debate bronco al que estamos acostumbrados. Entonces habría esperanza”, ha concluido.
Y parece que algo de esperanza queda. Los espectadores han percibido la conversación entre los intelectuales de una forma favorable y han agradecido el cambio de tono en Twitter.