Las recetas de 4 sabios economistas para sus colegas jubilatas
Los pensionistas vuelven a la calle, dispuestos a no desperdiciar el susto que tienen las fuerzas políticas, especialmente, el Gobierno de Mariano Rajoy, que busca estrategias para espantar el miedo que le invade por un nuevo flanco.
Hay 11,5 millones de mayores de 60 años y creciendo más una juventud convencida de que no cobrará la pensión cuando llegue el momento, dado que la precariedad laboral le impedirá cotizar lo suficiente a la Seguridad Social. Ahí es donde el PP, experto en enfrentar a unos colectivos contra otros, ha dado orden de atacar. Viejos contra jóvenes.
Contar que la hucha de la Seguridad Social se agota y que no quedan recursos forma parte también de la estrategia. Se trata de sembrar el pánico, a la vez que circula el discurso de que la tercera edad es quien mejor parada ha salido de la crisis, mientras que los menores de 40 años son los auténticos damnificados. Y ahora el Estado tendrá que sacar dinero de los Presupuestos Generales del Estado, que se financian con los impuestos de todos, como si fuera poco lo que se descuenta en la nómina de cada trabajador para pagar todos los meses a los pensionistas.
¿O es que alguien pensaba que el Gobierno de Rajoy iba a dejar escapar a uno de sus mayores caladeros de votos, los jubilados? Quizá por eso, el presidente se apunta la comparecencia en el Congreso, cuando ya se la había exigido toda la oposición.
Preguntamos a cuatro eminentes economistas, con la edad del colectivo que se ha echado a la calle y ha rodeado con éxito el Congreso, si las reivindicaciones son justas y si hay receta para mejorar la situación de esos nueve millones de votantes, hasta ahora mayoritariamente de la derecha.
Anton Costas (1949), catedrático de Política Economía y expresidente del Círculo de Economía
"Me parece justa la reivindicación. El mantenimiento de la capacidad para sostener las condiciones de vida de los jubilados con pensiones más bajas es primordial. Los que pertenecemos a mi generación (el babyboomer) tenemos mejores pensiones, topadas en 2.800 euros. Las condiciones de trabajo y tributación han sido mejores durante nuestra vida laboral.
Sin embargo, los trabajadores anteriores a nosotros (años 40 y 50 del siglo pasado) tienen jubilaciones más reducidas y suponen la mitad de los pensionistas. El sistema español actual, comparado con otros países, los daña de una forma clara. La revalorización con el mecanismo actual, al albur de la situación de la economía, tiene un elemento importante de injusticia, que perjudica a los de menores ingresos. Están expuestos a la volatilidad de la situación, a la perversidad del sistema".
Santos Ruesga (1953), catedrático de Economía Aplicada, consultor de la UE y el Banco Mundial. Experto en pensiones
"El término justo siempre es relativo. El concepto es redistributivo, aquí es un poco más generoso que en otros países. Es preferible mantener lo que hay, evitando o minimizando la reforma del PP de 2013, en la que se desligaron las pensiones del IPC, que irnos a otro sistema.
Si se deja tal y como está ahora mismo, cada pensionista perderá a lo largo de su vida como jubilado en torno a un 30% del valor de su pensión. La hoja de ruta del PP es que la gente ahorre en el sistema privado. A partir del año que viene irá reduciendo cada 5 años la pensión de entrada, según el factor de sostenibilidad. Con la actual revalorización del 0,25, empiezas por 1000 y en 20 años acabas con 700 en términos de poder adquisitivo.
Parece que el mundo se hunde porque se han comido la hucha, el problema es que se han estancado los salarios porque no crecen y no entra dinero en la Seguridad Social. El discurso demagógico del PP se le puede volver en contra. Desde un punto de equilibrio económico, da lo mismo cómo financies las pensiones. Si lo haces con el ahorro pierdes los intereses y, de la otra manera, tienes el coste de la deuda.
Tiene que haber una tercera forma, que es el presupuesto, para financiar las pensiones y otros tipos de gastos. La receta es intentar topar de ingresos al sistema para financiarse".
Carlos Rodríguez Braun (1948), catedrático de Economía en la Complutense
"La Seguridad Social es una estafa fascista ampliamente admirada por todos los enemigos de las trabajadoras y de los trabajadores. Consiste en robarle al pueblo su dinero a cambio de la promesa de concederle 'pensiones dignas'. Nunca ha sido así, porque nunca es digno que a los trabajadores les roben lo que es suyo y lo conviertan en moneda de cambio electoral, como hemos visto repetidamente, y volvemos a ver ahora, cuando la izquierda pretende una vez más representarlas, lo que nunca ha hecho, reclamando una subida de las pensiones ajustada al IPC.
Es una broma de mal gusto, igual que lo es cuando la derecha pretende también ser campeona de los trabajadores, cuando ni por asomo aspira a que las pensiones sean de los pensionistas, como deberían ser en una sociedad de mujeres y hombres libres. En ese caso, ya sería la clase trabajadora la que se ocupara de que las pensiones subieran no como el IPC sino mucho más. Las pensiones dignas sólo son aquellas que son propiedad de cada trabajadora, totalmente al margen de los poderosos de turno, de los políticos, los sindicalistas y demás grupos de presión. Que devuelvan al pueblo lo que es suyo, y dejen de mentirle".
Emilio Ontiveros (1948), catedrático de Economía de la Empresa, presidente de Analistas Financieros Internacionales
Pagar las pensiones es absolutamente prioritario. La economía española tal y como está creciendo puede atender a las pensiones. Antes de disponer de un euro hay que garantizar las pensiones. Jugar con la duda es un error y una forma de maltratar la estabilidad anímica del que tiene una pensión. La gran cuestión es que todas las fuerzas políticas tienen que convenir en que es una prioridad pagarla, esté como esté la Seguridad Social.
Se pueden pagar con cargo al presupuesto, si hace falta tener un poco más de déficit, se tiene. Este año y el que viene se va a reducir el déficit, con lo cual se compensaría. Pero también se puede elevar algo la presión fiscal sobre las rentas más altas para atender los compromisos. Hay que pensar que lo que cotiza ahora se devolverá en el futuro.
Si la inflación sigue al alza, se deberían revisar las pensiones.
Hay recetas adicionales, prolongar aun más la edad de jubilación, que contribuyan a la Seguridad Social los que cobran más. Creo que es un error asumir la jubilación como sinónimo de inactividad.
La tendencia es que cada vez habrá mayor compatibilidad. Una cosa es cobrar la pensión pero poder mantener alguna mínima actividad complementaria. Trabajo como cuestión vinculada. ¿Se puede decir que Warren Buffett se ha jubilado? No".