Las mujeres tendrían que trabajar 52 días más para ganar lo mismo que los hombres
La pobreza laboral se ceba con las mujeres: ellas todavía cobran un 14% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo.
La mujer de la imagen se llama Isabel Calvo. Tiene 48 años y reside en Fuenlabrada, ciudad obrera de 200.000 habitantes al sur de Madrid. Trabaja como cuidadora de personas dependientes en cuatro docimilios a través de una empresa privada que presta el servicio de asistencia a domicilio. Calvo se ocupa de levantar, asear, cocinar, limpiar la casa y, sobre todo, acompañar a ancianos y enfermos.
El contrato laboral de Calvo estipula una jornada laboral de 30 horas a la semana. Sin embargo, echa más horas. No es la excepción, sino que es lo habitual entre las auxiliares del sistema de atención a las personas con dependencia. Ella preferiría trabajar a tiempo completo.
"Casi cuatro de cinco personas trabajadoras a tiempo parcial son mujeres, y casi una de cada tres personas trabajando a tiempo parcial preferiría hacerlo a tiempo completo", denuncia la ong Oxfam Intermón en el informe Voces contra la precariedad, que se ha presentado este jueves en Madrid.
Calvo es uno de los rostros que visibiliza las consecuencias de la crisis y de una recuperación que todavía no ha llegado a la mayoría de la población y a la que no se han podido enganchar muchas mujeres.
El desempleo durante la crisis afectó en mayor medida a los hombres. "El 21% de los hombres perdió su empleo frente al 9,7% de las mujeres. La destrucción de empleo se concentró especialmente en el sector de la construcción, muy masculinizado", apuntaba recientemente María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, a El HuffPost.
A pesar de que la recuperación de los puestos de trabajo camine de forma paralela para ambos géneros, la precariedad y la temporalidad se ha cebado con las mujeres y, especialmente, con las jóvenes.
"Al inicio de la crisis se dio una reducción de las diferencias de género al nivelarse a la baja las condiciones laborales de los hombres. Sin embargo, una vez que comenzó la recuperación, las condiciones de los hombres mejoraron, mientras que las de las mujeres se mantuvieron igual o empeoraron", denuncia Oxfam Intermón.
"Va recuperándose la pobreza laboral masculina, mientras que la femenina se eterniza", señala Laura Contreras, responsable de relaciones institucionales y contenidos de Oxfam.
Las mujeres todavía cobran un 14% menos que los hombres
La brecha salarial se ha reducido en los últimos años, pero las mujeres todavía cobran un 6% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo. Este porcentaje se eleva a un 14% si se tienen en cuenta los complementos salariales, según ha explicado Contreras. "Una parte de la culpa la tienen las empresas, pero también las mujeres que asumen que les toca a ellas el trabajo de cuidados y rechazan esos complementos", ha asegurado.
Ellas tendrían que trabajar 52 días más al año para cobrar lo mismo que ellos. La situación no anda mucho mejor en la Unión Europea: por cada euro que ganan los hombres, las mujeres ganan 84 céntimos.
Mujer migrante y joven es sinómino de precariedad
La pobreza laboral se ceba especialmente en las mujeres. Ellas tienen el doble de probabilidades de tener un trabajo con baja remuneración en la UE que ellos. Siete de cada diez personas que cobran el salario mínimo interprofesional en España (736 euros en 14 pagas) son mujeres.
Aquellos trabajos en los que las mujeres superan en número a los hombres (asistencia social, cuidado infantil, restauración o limpieza) suelen estar peor pagados que aquellos dominados por los hombres. Algunos de los sectores más precarios en España son la hostelería y el trabajo de cuidados con mayoría de trabajadoras. El 87,9% de las personas que trabajan en el sector doméstico son mujeres.
Las trabajadoras migrantes están a menudo entre las más explotadas y marginadas. Una de cada cinco se enfrenta al riesgo de pobreza laboral en Europa. En España, este índice se dispara: una de cada tres mujeres está en esta situación.
"El perfil que se dibuja de estas mujeres precarizadas en Europa y en España está muy claro: mujeres migrantes, jóvenes y familias monoparentales son las que afrontan más riesgo de precariedad y pobreza laboral", alerta Chema Vera, director de Oxfam Intermón, en un comunicado.
Una de esas mujeres migrantes es Rafaela Pimentel, que vino desde República Dominicana en 1992 y trabaja como empleada doméstica en Madrid. Forma parte del colectivo feminista Territorio Doméstico, que lucha por los derechos de las empleadas de hogar, muchas de ellas que trabajan en negro. "Cómo puede trabajar una persona sin tener derecho a una cotización, a tiempo libre o a sus vacaciones", denuncia Pimentel.
¿Cómo se arregla la situación?
La ONG pide tanto a las instituciones europeas como al Gobierno español que impulsen medidas para acabar con la discriminación de las mujeres en el mercado laboral.
Estas son algunas de las demandadas de Oxfam:
- implantar permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles
- establecer un salario mínimo interprofesional de 1.000 euros en 2020
- universalizar la educación de 0 a 3 años
- reforzar los recursos humanos y técnicos de la Inspección de Trabajo
- mejorar el sistema de atención a personas con dependencia
- acabar con la brecha de género, tanto en salarios como en pensiones