Las mejores portadas de libros de 2019 como bellas herencias para el 2020
El relato empieza en esa portada que puede ser artística, enigmática, inspiradora, metafórica... ¿Cuál es la mejor portada para ti?
Por Winston Manrique Sabogal
El relato de un libro empieza en su portada. Y cada vez más. Por que en tiempos en que el libro tiene más competencia, en la era digital su atractivo visual y como objeto cobra cada vez más fuerza. En esa imagen se juega parte de su destino. Todo empieza en ese primer golpe de vista que ven las personas, el potencial lector.
WMagazín rinde homenaje al libro y sus portadas. Por segunda vez recibimos el año con una selección de las mejores portadas del año anterior para prolongar la belleza visible de los libros, agradecer la herencia de la estética y del eco de su primer llamado reflejado en la imagen. Una forma, además, de agradecer a todas aquellas personas que se dedican a pensar cómo envolver y presentar de la mejor y más atractiva manera aquello que ha escrito alguien y editado otra persona.
Las portadas establecen el primer diálogo con la gente. Es la gran carta de presentación del libro y la promesa de lo que guarda dentro, sobre todo en estos tiempos de estridencia visual donde deben destacar entre las centenares de portadas que llegan cada semana a las librerías.
Como en 2018, hemos seleccionado 16 portadas y les hemos dado una categoría acorde a lo que transmiten o representan por sí mismas. Las hay artísticas, elegantes, sutiles, metafóricas, inspiradoras, minimalistas, personales, evocadoras, necesarias, enigmáticas…
Seguro que tú tienes más de una portada que te gustó en 2019. Te deseamos unas felices y hermosas lecturas en 2020. Esperamos que te guste nuestra selección de las mejores portadas de 2019:
Fausto. Segunda parte. Johann Wolfgang von Goethe. Ilustraciones de Miquel Barceló. Traducción del alemán de Helena Cortés Gabaudan (Galaxia Gutenberg):
Un año más Miquel Barceló convierte un libro en una obra de colección. Esta segunda parte del clásico de Goethe continúa la línea de la primera en 2018. Barceló presenta con 72 acuarelas una lectura personal, y no literal, de la obra con una inspiración que procede de su mirada y estancia en India y Tailandia. Se trata de una edición bilingüe, alemán y castellano, que empezó en 2017. No es el primero de estos trabajos con Galaxia Gutenberg. Otro de los más recordados es el de Divina Comedia, de Dante Alighieri.
El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. Irene Vallejo (Siruela):
La belleza de un junco y su aparente fragilidad sirven para ilustrar uno de los libros del año para WMagazín. Una imagen tan acertada como misteriosa y sugerente bajo su título, El infinito en junco, en tonos beig que dan un aire de elegancia clásica a un libro llamado a convertirse en referencia. Como escribiera librería Anónima: «El junco del Nilo fue la materia prima de los primeros libros, ésos que extenderían el pensamiento al infinito. Tras la tablilla, la piedra, la madera, el aire, lo que fuera donde se grabasen con mayor o menor fortuna las palabras, esta invención lo cambió todo».
Espíritus de Nueva York. Texto de Alberto Gil. Ilustraciones de Fernando Vicente (Lunwerg):
Alegre y evocadora y llena de energía es lo que transmite Fernando Vicente en la portada de este ensayo sobre cómo Nueva York fue decisiva en la vida y obra de 25 artistas. Vicente captura ese espíritu y logra reunir con su trazo un momento que nunca existió pero que él ha hecho realidad y está con nosotros: caminan del brazo por una calle neoyorquina Andy Warhol, Frida Kahlo, Frank Sinatra, Marilyn Monroe y John Lenon.
Los diarios de Adán y Eva. Mark Twain. Traducción de Gabriela Bustelo. Ilustraciones de Sara Morante (Impedimenta):
Entre las ramas y hojas de la esquina de un manzano está camuflado el origen de todo. Brillante y sutil, Sara Morante logra con esta portada del clásico de Mark Twain la belleza de su propio contenido y el despertar, metamorfosis y laberintos del sentimiento amoroso de sus protagonistas. Evocadora e ingeniosa sobre la que es imposible no citar al propio Twain: «Donde quiera que ella estuviera, allí se hallaba el Paraíso». Aprovecho la segunda edición del libro para incluirlo dentro de nuestras portadas intemporales.
Caracas muerde. Héctor Torres (De Conatus):
Una sola imagen, una sola bala en el tambor de un revolver. No se necesita nada más para transmitir todo lo que estas crónicas-relatos cuentan sobre Caracas. El ya tradicional fondo blanco de las portadas de la editorial De Conatus da en la diana con el diseño de esta portada para Héctor Torres.
Prosa completa. Alejandra Pizarnik (Lumen):
Una portada de autor. Nada mejor que unos dibujos de la gran poeta argentina Alejandra Pizarnik para presentar sus textos en prosa reunidos por primera vez. Imágenes narrativas que cuentan su mundo interior, en las que Pizarnik se autorretrata y revelan su sensibilidad, búsquedas e incertidumbres.
Una guía para los perplejos. E. F. Schumacher. Traducción de Guillermo Saiz Calleja. Prólogo Jordi Pigem (Atalanta):
Unas pequeñas hojas dan forma y expresión al rostro de esta portada que emerge de sus páginas interiores. Una ilustración de Carmina Vilaseca titulada Nuestra gran perplejidad. Vilaseca condensa el espíritu y las ideas de Ernst Friedrich Schumacher (1911-1977), «uno de los más profundos inspiradores de la perspectiva alternativa y ecológica de la economía, que él quiso transformar en una ’meta-economía» humanizada».
El camino que va a la ciudad y otros relatos. Natalia Ginzburg. Traducción de Andrés Barba (Acantilado):
Libertad, sororidad, alegría, vida, apoyo, movimiento… La fotografía de tres mujeres tomada por Rudolf Koppitz en 1930 para la portada de esta primera novela de Ginzburg y otros relatos representa a la perfección lo que pretendía la escritora alrededor del mundo femenino, de denuncia, de petición y de reivindicación.
Viaje sentimental. Recuerdos de 1917-1922. Crónicas de la Revolución Rusa. Viktor Shklovski. Traducción de Yulia Dobrovolskaya y José María Muñoz Rovira (Capitán Swing):
Un ojo que todo lo ve. Y en su pupila la hoz y el martillo sobre una estrella roja. La ilustración de esta portada con reminiscencias pasadas y modernistas a la vez que futuristas otorgan una dimensión privilegiada al libro cuyo título se incorpora a la imagen. Todo queda integrado en esta visión de primera mano que ofrece Viktor Shklovski sobre la revolución rusa y su mirada alucinada de sus viajes por Rusia, Ucrania, Persia y el Caúcaso.
Aquí viven leones. Viaje a las guaridas de los grandes escritores. Fernando Savater y Sara Torres (Debate):
Magnífica, ingeniosa y divertida esta portada en la que los nombres de ocho grandes autores aparecen en el telefonillo de un edificio. Un sueño, un milagro tocar el botón de los apartamentos de Shakespeare, Valle Inclán, Poe, Leopardi, Agatha Christie, Reyes, Flaubert y Zweig. Y esa portada se hace realidad con los textos de Savater y Torres al contar la vida y la obra de estos escritores extraordinarios como si estuvieran en nuestro vecindario.
El jardinero de Ochákov. Andrei Kurkov. Traducción de Marta Rebón (Blackiebooks):
El rostro invisible de este militar y lo que apenas se insinúa indica que lo que esconde es divertido e irónico. La ilustración de Olga Capdevila capta el sentido de la narración en la que Ígor se pone un traje de miliciano que lo transporta hasta la Unión Soviética de 1957 donde descubrirá que no todo era como su madre le contaba.
Expuesta. Un ensayo sobre la epidemia de la ansiedad. Olivia Sudjic. Traducción de Javier Guerrero (Alpha Decay):
La misteriosa mujer de esta portada cuyo rostro se fragmenta con franjas o rejas de realidad transmiten el contenido del libro: una radiografía de la ansiedad. Y a la vez invita al lector a traspasar esas franjas y ver lo que hay detrás de ellas.
Casas vacías. Brenda Navarro (Sexto Piso):
Un cáctus a contraluz y algunas de sus espinas al aire que brillan como estrellas en la noche. O el negativo de la foto de un cáctus con algunas espinas al aire que parecen estrellas en el cosmos. Lo que duele también puede ser bello. O lo bello visto desde su lado oscuro como la propia historia de Brenda Navarro en Casas vacías: la maternidad no siempre es felicidad.
La mano del emigrante. Manuel Rivas (Alfaguara):
Una carta que todos debemos leer con atención. Así de contundente es esta portada en la que Alfaguara rompe su tradicional diseño con la recuperación de este libro de Manuel Rivas sobre la migración y los migrantes. «Un país -España- que exportaba ‘mano de obra’ y que ahora parece infectado por el virus de la desmemoria». Sin palabras.
El lago. Bianca Bellová. Traducción de Daniel Ordóñez (Tres Hermanas):
La imagen conmovedora de este niño casi como la foto de una escultura desvaída invita a preguntarse qué le sucede. Por qué su rostro así y por qué de esa mano que rosa su espalda. Una bella imagen para una bella novela sobre el abandono, la búsqueda de la madre y el amor en la Europa postsoviética, y eso mismo en lo sociopolítico: abandono, búsqueda y amor.
Escrito en la historia. Cartas que cambiaron el mundo. Simon Sebag Montefiore. Traducción de Gonzalo García (Crítica):
Solo la lectura del título del libro empieza a descifrar la sutil ilustración de portada, casi como un rompecabezas con las tapas de los sobres de cartas que invitan a ser abiertas. Dentro hay verdades escritas que desvelan un panorama sobre la política, la sociedad y la cultura del mundo a través de algunos personajes, incluso varios de ellos expuestos allí en sus intimidades sentimentales.
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