Las guerras de los dos grandes del vino en España
Don Simón vs. Viña Albali: acusaciones de fraude en las etiquetas, denuncias entre empresas e investigaciones de la Audiencia Nacional.
Quizás muchos no la recuerden, pero TVE estrenó una serie llamada Gran Reserva (Bambú Producciones) en el año 2010, que contaba la historia de dos familias dedicadas al mundo del vino en La Rioja y enfrentadas históricamente: los Cortázar y los Reverte. Don Vicente (interpretado por Emilio Gutiérrez Caba) y Doña Sofía (por Ángela Molina) eran los patriarcas de cada uno de los clanes, que tenían conceptos totalmente distintos sobre cómo gestionar sus bodegas.
Una década después del estreno de esta serie, la ficción se ha convertido en realidad. El mundo del vino vive un duro enfrentamiento entre dos de las compañías vitivinícolas más grandes del mundo que ha llegado hasta la fiscalía de la Audiencia Nacional, que investiga un fraude masivo.
Una batalla entre las multinacionales García Carrión —más conocida gracias a la marca Don Simón— y Félix Solís Avantis —que comercializa el vino Viña Albali, entre otros— que puede generar un terremoto de dimensiones insospechadas en el sector.
Al igual que ocurría en la serie, existe una animadversión histórica entre los dos empresarios dedicados al vino: Félix Solís, nacido en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), y José García Carrión, procedente de Jumilla (Murcia).
Pero, a diferencia de lo que pasaba en la ficción, la batalla no se produce en La Rioja, sino en la denominación de origen de Valdepeñas, una localidad de 30.000 habitantes situada en la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha) y conocida como la ciudad del vino.
Batalla en los tribunales
Las asociaciones agrarias Asaja, Coag, UPA y Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha interpusieron una denuncia en julio de 2019 ante la Fiscalía Provincial de Ciudad Real para que investigara un presunto fraude en el etiquetado de los vinos de Valdepeñas. Aseguraban que se estaba vendiendo como reserva vino joven que no había pasado por ninguna barrica.
Poco tiempo después, García Carrión se sumó al carro, a través de su asociación Avival, para denunciar a su viejo rival Félix Solís “por la presunta comisión de delitos continuados de estafa, publicidad engañosa y falsedad en documento oficial”.
El dueño de Don Simón acusaba a su archienemigo de comercializar vino tinto embotellado con las categorías de crianza y reserva cuando el contenido de las botellas no se correspondía con esas calificaciones. Aseguraba que Solís necesitaba 10 veces más barricas de las que tenía para envejecer todo el vino que vendía.
No se trata de un enfrentamiento trivial entre dos empresarios cualquiera, ya que los dos protagonistas de esta historia son dueños de dos de los emporios del vino más vino más grandes del mundo.
La compañía J. García Carrión, S.A. —cuyo nombre comercial es García Carrión— es un grupo empresarial fundado por José García-Carrión, bisabuelo del actual presidente, en 1890 y cuya sede se sitúa en Jumilla (Murcia). Su facturación se elevó hasta los 960 millones de euros en 2018 —últimos datos disponibles—, situándose como la tercera empresa en ventas de esta región.
Esta firma posee 19 marcas de vinos, como Señorío de los Llanos y Pata Negra, y se hizo conocida en los años 80, gracias al lanzamiento del primer vino envasado en brick, bajo la marca Don Simón, que también vende zumos.
Esta compañía aterrizó en Valdepeñas hace no muchos años, en 2008, cuando la familia García Carrión adquirió Bodega Los Llanos. Actualmente tiene una capacidad de envasado de 100 millones de litros y de elaboración de 60 millones de kilos.
Por su parte, Félix Solís Avantis es una compañía fundada en 1952, que cuenta con bodegas en las principales denominaciones de origen de España como La Rioja, Ribera del Duero y Valdepeñas, entre otras. Sus vinos se venden en 115 países, especialmente en la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, Japón y China.
Se trata de una empresa más modesta que la anterior al tener una facturación de 300 millones de euros en 2017 —últimos datos disponibles—, pero también es una empresa de las más importantes del sector vitivinícola. La compañía emplea directa e indirectamente a más de 600 personas y cuenta con más de 5.000 agricultores.
De denunciante, a investigado
Tras las denuncias presentadas, la Fiscalía de Ciudad Real comenzó a investigar, pero el pasado mes de marzo remitió la actuación a la Audiencia Nacional al considerar que los hechos afectaban a todo el territorio nacional, así como al extranjero, ya que una parte de los vinos se exportan.
La historia ha dado un importante giro de guión, ya que el denunciante, García Carrión, también se ha convertido en investigado porque también se han detectado irregularidades en sus bodegas. Existen antecedentes ya que la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha había realizado expedientes a ambos grupos sobre el envejecimiento del vino.
La lucha afecta especialmente a la denominación de origen de Valdepeñas, la segunda más antigua de España y la segunda en volumen de ventas en el canal de alimentación —en ambos casos por detrás de La Rioja—, según la consultora Nielsen. La existencia de este denominación histórica podría estar en peligro en esta batalla judicial.
Las bodegas de Valdepeñas producen unas 80 millones de botellas al año. Si estos datos resultan llamativos ya de por sí, este año han aumentado las ventas durante la cuarentena a la ciudadanía para evitar contagios por coronavirus. La razón es que este vino se vende principalmente en los supermercados para consumo en el hogar.
A diferencia de otras regiones de España que quieren reducir su producción ante el cierre de restaurantes y la menor afluencia de turistas internacionales, Valdepeñas estudia la posibilidad de aumentar un 10% el rendimiento por hectárea del viñedo en la campaña de la vendimia que se iniciará en septiembre.
Precisamente, la denominación se ha convertido en otro de los campos de batalla. Las asociaciones agrarias y García Carrión han acusado a Félix Solís de controlar el Consejo Regulador y bloquear las propuestas de acuerdo planteadas para dar más transparencia al mercado.
El alcalde de la localidad castellanomanchega, Jesús Martín (PSOE), es también presidente de la denominación de origen desde hace tres años, a su pesar, ya que ha intentado dejar el puesto en diversas ocasiones. Los productores habían amenazado con abandonar la junta directiva si no se producían cambios.
Precisamente, en ese ámbito es el único en que se ha logrado algo de paz en medio del conflicto. El pasado viernes 10 de julio, la junta directiva de la denominación alcanzó una serie de acuerdos, entre los que destaca la convocatoria de elecciones y la reforma de los estatutos. El objetivo: poner fin a la guerra encarnizada que lastra al resto de vinos.
“A la tercera va la vencida. Hemos conseguido que todas las partes se sienten y se han adoptado acuerdos que creo que van a traer la paz, que buena falta nos hace”, aseguró Jesús Martín, en unas declaraciones recogidas por el periódico Lanza.
A pesar de esta pequeña tregua, todavía resuenan tambores de guerra.