Las claves de la operación Mártir Soleimaní de Irán contra EEUU
El ataque contra dos bases norteamericanas en Irak, tras el asesinato de uno de los máximos generales iraníes, eleva la tensión en Oriente Medio
Se esperaba una respuesta y ha llegado. Esta madrugada, Irán ha lanzado su Operación Mártir Soleimaní, un ataque simultáneo contra dos bases militares de EEUU en suelo de Irak. Es el primer paso de su venganza por el asesinato selectivo de su general Qasem Soleimaní, también en Irak, hace cinco días. Ojo por ojo, un clásico.
Por el momento, la confusión rodea este golpe: se desconoce su alcance y el tipo de réplica que puede llegar de seguido por parte de EEUU, donde el presidente Donald Trump se ha limitado a publicar un tuit.
Esto es lo que sabemos hasta ahora de la operación y de sus consecuencias.
¿Qué ha pasado?
Irán ha golpeado esta noche a Estados Unidos, disparando decenas de misiles balísticos contra dos bases aéreas en Irak, donde están desplegadas tropas estadounidenses: se trata de los complejos de Ain Al Asad, en el oeste del país, y una de las situadas en Erbil, en el Kurdistán iraquí, según ha confirmado el Pentágono. La operación ha sido reivindicada por la Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Las versiones son contradictorias: en un comunicado, los Guardianes de la Revolución iraní solo citan la base de Ain al Asad como diana y fuentes policiales y militares iraquíes confirmaron en principio a la Agencia Efe también únicamente ese bombardeo y no el de Erbil. El Mando Central de Estados Unidos ha asegurado que Irán ha lanzado un total de 15 misiles, no “decenas”: diez contra la base Ain Al Asad; otro contra una base en Erbil y otros cuatro que resultaron fallidos.
Se habrían usado misiles tipo Fateh-110, tierra-tierra, de fabricación iraní, con capacidad para transportar entre 450 y 650 kilos de explosivos, que se lanzan desde plataformas móviles y que tienen un radio del alcance de 300 kilómetros. Los medios iraníes sostienen que no se sabe desde dónde fueron lanzados.
El ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, confirmaba la autoría de la operación en un tuit. “Irán tomó y concluyó medidas proporcionales en defensa propia al amparo del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, atacando la base desde la que se lanzó el ataque cobarde contra nuestros ciudadanos y altos oficiales. No buscamos una escalada o la guerra, pero nos defenderemos de cualquier agresión”, ha asegurado.
Una curiosidad: en diciembre de 2018, Trump visitó junto a su esposa, Melania, la base aérea Al Asad, y en noviembre pasado, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y su esposa Karen, también visitaron esa instalación y sirvieron una comida de Acción de Gracias a unos 150 militares estadounidenses.
¿Por qué se produce el ataque?
El ataque, según datos del Gobierno iraní, es en respuesta a la ejecución en la madrugada del pasado viernes en Bagdad de uno de sus hombres fuertes, Qasem Soleimani, responsable de la acción exterior de los Guardianes de la Revolución y clave para mantener el equilibrio de apoyos entre grupos armados proiraníes en zonas como Irak, Siria o Líbano.
Distintos grupos armados proiraníes en Irak ya habían prometido unir sus fuerzas para responder a ese ataque selectivo, realizado por un dron estadounidense, que mató además al líder miliciano local Abú Mahdi al Muhandis.
“Al Gran Satán, el régimen cruel y arrogante de EEUU, advertimos de que cualquier otra maldad, violación u otras medidas se enfrentará a una respuesta más dolorosa y aplastante”, aseguró el Cuerpo de los Guardianes en un comunicado colgado este miércoles en su pagina web. Sostienen que ha llegado “la hora de cumplir la promesa” de responder por la muerte de su mando y por eso han bautizado el ataque como operación Venganza dura.
¿Qué consecuencias ha tenido?
El Pentágono, por ahora, no da ni muertos ni heridos en el ataque, pero la televisión iraní ha asegurado que “80 terroristas americanos” habían sido asesinados y otros 200 han resultado heridos.
La Célula de Información de Irak aseguró esta mañana que, hasta el momento, no se han registrado víctimas mortales entre las filas de las fuerzas iraquíes. Alemania, Dinamarca y Noruega han comunicado, por su parte, que tampoco sus soldados han resultado muertos o heridos. Y es que en esas instalaciones se encuentran soldados norteamericanos y de otras naciones occidentales, desplegados en el marco de la coalición internacional liderada por Washington de lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.
El Departamento de Defensa de EEUU ha dicho que se encuentra aún evaluando los daños, pero también que ya desde hace tiempo se habían adoptado todas las “medidas oportunas” para proteger a las tropas y sus aliados”. “Estas bases han estado en alerta máxima debido a las indicaciones de que el régimen iraní planeaba atacar nuestras fuerzas e intereses en la región”, ha indicado en una nota oficial.
El ataque ha llevado, además, a elevar la alerta de la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA, por sus siglas en inglés). En el momento del lanzamiento, varias aerolíneas operaban vuelos en los espacios aéreos de Irak e Irán. El organismo ha reconocido que está vigilando la situación y coordinándose con compañías aéreas estadounidenses y autoridades extranjeras. Desde 2018 las aerolíneas estadounidenses tienen prohibido volar por debajo de los 8.000 metros de altitud en Irak.
Una decena de compañías aéreas de todo el mundo han anunciado ya que desvían sus rutas para evitar el espacio aéreo de Oriente Próximo. Se trata no sólo de firmas de EEUU sino de otros países como Canadá (Air Canada), Francia (Air France), Alemania (Lufthansa) Singapur (Singapore Airlines), Australia (Qantas), Dubái (Emirates y Flydubai), Qatar (Qatar Airways), Corea del Sur (Korean Air), Vietnam (Vietnam Airlines) o Malasia (Malaysia Airlines), que también han decidido desviar sus vuelos para evitar el cielo iraní e iraquí.
¿Cuál ha sido la reacción de los implicados?
El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, ha asegurado ya esta mañana que el ataque en Irak “no es suficiente” venganza y que es necesario expulsar a las tropas de ese país, “enemigo de Irán” de Oriente Medio. Es el objetivo último de su régimen. “Se les dio una bofetada pero tal acción militar no es suficiente, la presencia corrupta de EEUU debe terminar (...). Esta región ya no tolera más la presencia de Estados Unidos”, que es una “fuente de corrupción”, subrayó el líder en un discurso televisado en la ciudad de Qom. La agencia Tasnim ha informado de que Jamenei ha seguido la operación Mártir Soleimani in situ, desde una sala de control, plenamente informado.
El presidente iraní Hasan Rohani se ha dirigido a Estados Unidos en otra alocución por televisión: “Vosotros cortasteis las manos del general Soleimani; nosotros cortaremos con vuestra presencia en la región”. Teherán ha amenazado con lanzar ataques sobre Haifa, en el norte de Israel, y Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, si su territorio es bombardeado, así como al resto de países de la región que faciliten el lanzamiento de otros ataques estadounidenses contra sus intereses o su territorio.
Por su parte, la rama de las Fuerzas Armadas iraníes han dicho en un comunicado que “la feroz venganza de la Guardia Revolucionaria ha comenzado”. Además, han advertido a Estados Unidos y a sus aliados en la región de que una respuesta llevará inevitablemente a un nuevo contraataque: “Advertimos a todos los aliados estadounidenses, que dieron sus bases a su Ejército terrorista, que cualquier territorio que sea el origen de actos agresivos contra Irán será atacado”.
Ahora se espera con ansia que comparezca el presidente de EEUU, Donald Trump (posiblemente a primera hora de la tarde, hora española), después de que anoche lanzase sencillamente un tuit, como es su estilo.
″¡Todo está bien! Misiles lanzados desde Irán a dos bases militares ubicadas en Irak”, ha indicado el mandatario mediante su cuenta de Twitter, al tiempo que ha informado de que se estaba llevando a cabo “la evaluación de víctimas y daños”. ”¡Hasta aquí todo bien!”, ha escrito.
“Estamos al tanto de las informaciones sobre los ataques contra instalaciones estadounidense en Irak”, ha reconocido también la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, en un comunicado. “El presidente ha sido informado y está siguiendo la situación de cerca y consultando con su equipo de seguridad nacional”, ha precisado.
Nada. Ha sido una terrible coincidencia que, esta misma noche, se haya producido un accidente, por causas técnicas. Todos los pasajeros y tripulantes a bordo del avión de la aerolínea ucraniana UIA que se ha estrelladp cerca de Teherán han muerto, según la Organización de Emergencias de Irán.
En el avión, un Boeing 737 con destino a Kiev, se encontraban 167 pasajeros y nueve miembros de la tripulación.
Esto es Oriente Medio. Todo puede pasar, todo puede dejar de pasar. La muerte del general iraní no podía quedar sin réplica, dado su alto perfil, como quedó claro en su funeral, ayer, en el que hasta 50 personas murieron por una estampida. Ahora lo que queda por aclarar es si la escalada irá a más o con el golpe doble, el asesinato selectivo y el ataque a las bases, se quedará congelada.
Pocas horas antes del ataque, Trump dijo: “Estamos preparados para atacar si es necesario”; lo hizo en una rueda de prensa en la que avanzó que su intención a largo plazo es retirar a las 5.200 tropas estadounidenses desplegadas actualmente en Irak, pero no a la velocidad que le demandan el Parlamento y el primer ministro iraquíes.“Creo que hemos hecho un trabajo fantástico pero queremos que Irak pueda manejar sus propios asuntos”, manifestó. “Queremos irnos pero éste no es el momento oportuno para hacerlo”, apostilló. La salida de las tropas es un deseo largamente buscado por parte de Irán, también.
Los primeros análisis de urgencia hablan de una respuesta calculada por parte de Irán, que no ha causado daños importantes ni bajas (el dato de los 80 “terroristas” puede ser sencillamente munición de propaganda, de consumo interno), con la que contentar a su gente. Pero no hay intención, por ninguna de las dos partes, de una escalada mayor.
Trump puede estar usando esta crisis para restar peso a su juicio político (impeachment) por la causa ucrania y siguiendo en su estrategia de borrar la Era Obama, pero sería una cortina de humo temporal, teniendo en cuenta que estamos en año electoral (la cita es en noviembre) y que son muchos los riesgos de unas guerra a gran escala en una zona tan conflictiva y volátil como Oriente Medio. Irán también tiene motivos internos: sus ciudadanos llevan tres meses de protestas pacíficas, con más de 500 muertos en las movilizaciones por la represión del régimen.
Hay un choque personal claro entre los líderes de los dos estados, por eso tratan de hacerse daño mutuamente, con una pelea de desgaste intensa, pero está por ver cómo se van tomando estos ataques cruzados y si entra en juego la diplomacia, el papel de los aliados en la zona (Arabia Saudí e Israel están más bien callados ante lo que está pasando con su amigo americano) y la posible intervención de la ONU.