Las cinco veces que PSOE y PP intentaron renovar el CGPJ pero no lo lograron
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Las cinco veces que PSOE y PP intentaron renovar el CGPJ pero no lo lograron

Está por ver si cuatro años de bloqueo llevarán a un sexto intento o si este será el último capítulo de una larga historia de idas y venidas en la negociación.

Imagen de la placa de la fachada de la sede del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en Madrid.EFE/ Rodrigo Jiménez

Cuando el pacto parecía más cercano que nunca, y a un mes de que el Consejo General del Poder Judicial cumpla cuatro años caducado, el PP ha suspendido las negociaciones con el PSOE aludiendo a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantiene la intención de rebajar las penas del delito de sedición.

El PSOE ha acusado al PP de buscar “una nueva excusa” y al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, de “no resistir las presiones de la derecha más reaccionaria que ha estado boicoteando esta negociación para que no llegara a buen puerto”, al tiempo que ha defendido que el acuerdo “ya estaba negociado y listo para ser firmado”.

Las acusaciones mutuas por reventar la negociación culminan un diálogo iniciado hace diecisiete días, cuando la dimisión de Carlos Lesmes como presidente del CGPJ forzó a las partes a volver a sentarse. Entonces, tanto el PSOE como el Gobierno hablaron de última oportunidad. El PP no ha dado por finalizadas las negociaciones, sino que ha hablado de suspensión.

Desde dos elecciones generales a una pandemia; muchos son los acontecimientos vividos en España en los más de 1.400 días transcurridos desde el 4 diciembre de 2018, cuando caducó el mandato constitucional del actual Consejo ante la incapacidad del PSOE y el PP para lograr un pacto.

Está por ver si cuatro años de bloqueo llevarán a un sexto intento o si este será el último capítulo de una larga historia de idas y venidas en una negociación que sigue sin llegar a buen puerto.

Un mensaje de WhatsApp malogra el primer pacto

La primera vez que se malogró el pacto era noviembre de 2018. Pedro Sánchez aún encabezaba un Gobierno en solitario y Pablo Casado acababa de hacerse con las riendas del PP tras el terremoto de la moción de censura.

La filtración de un wasap en el que el popular Ignacio Cosidó defendía que la lista consensuada con el PSOE permitiría “controlar desde detrás” la sala segunda del Tribunal Supremo dinamitó el pacto y provocó que el juez Marchena, el elegido para presidir el CGPJ, renunciase a su candidatura.

La marcha del Rey Emérito, clave en el segundo intento

2019, cuando España vivió dos elecciones generales, en abril y en noviembre, es un año perdido para la negociación, que se retoma en 2020, cuando Sánchez y Casado abordaron de nuevo en Moncloa la situación del Poder Judicial.

Era febrero, ya se había formado el Gobierno de coalición y Dolores Delgado había pasado del Ministerio de Justicia a la Fiscalía General del Estado. La pandemia puso un mes después patas arriba la vida de los ciudadanos, y la segunda ronda de conversaciones, esta vez entre el entonces ministro de Justicia Juan Carlos Campo y el dirigente del PP y magistrado Enrique López, llegó en julio.

Sin embargo, el diálogo volvió a romperse, esta vez a raíz de que el rey emérito, Juan Carlos I, abandonase España en agosto, sin que el PP fuese informado previamente, y a causa de las críticas del entonces vicepresidente y líder de Podemos Pablo Iglesias a la Corona.

El PP exigió que los morados quedasen fuera de la negociación. Casado hizo público el veto el 2 de septiembre tras reunirse con Pedro Sánchez en la Moncloa. En otoño el líder del PP exigió una reforma legal para que los jueces elijan de forma directa a los doce vocales del turno judicial.

Entran en juego las reformas del CGPJ

Tras fallar la segunda intentona de un pacto y mientras proseguían los nombramientos hechos por el CGPJ, el Gobierno buscó vías para sortear el acuerdo. En octubre PSOE y Unidas Podemos presentaron una proposición de ley para elegir el Consejo con mayoría y no por tres quintos.

El PP sumó entonces una exigencia más a su lista: retirar esta iniciativa parlamentaria. La reforma provocó además una advertencia del Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa (Greco). Tras este aviso, Sánchez propuso a Casado congelar la modificación legal propuesta nueve días antes para sentarse a negociar.

Este envite no posibilitó un pacto. En diciembre los partidos de la coalición iniciaron una nueva reforma, esta vez para recortar las competencias del CGPJ cuando está en funciones.

Los vetos impiden que fructique el tercer intento

Dos llamadas entre Sánchez y Casado, el 15 de diciembre y el 17 de febrero de 2021, fueron necesarias para reiniciar el diálogo.

El tercer intento el pacto estuvo cerca del éxito. El PSOE y el PP consensuaron Radiotelevisión Española, pero el acuerdo judicial finalmente se rompió el 26 de febrero por el veto del PP a los dos vocales que proponía Podemos: la actual delegada para la Violencia de Género, Victoria Rosell, y el juez José Ricardo de Prada, uno de los magistrados que juzgó Gürtel.

Roto el diálogo, el 11 de marzo el Congreso dio luz verde a la reforma que impidió al CGPJ hacer nombramientos con el mandato caducado. En primavera, la Comisión Europea urgió a renovar, mientras que el PP volvió a exigir un compromiso parlamentario para que la elección directa de los vocales jueces.

PP y PSOE logran un acuerdo a cambio de excluir el CGPJ

El siguiente movimiento llegó en octubre, cuando Casado ofreció renovar los órganos constitucionales pendientes, a excepción del Poder Judicial donde se mantenían las distancia.

Con Félix Bolaños, ministro de Presidencia, y Teodoro García Egea, entonces secretario general del PP, como interlocutores, el PSOE y el PP sí alcanzaron esta vez un pacto para renovar el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo, la Agencia de Protección de Datos y cuatro magistrados del Tribunal Constitucional.

Esos acuerdos fueron los públicos, pues meses después se conoció un pacto, en este caso secreto, para garantizar la siguiente renovación del Tribunal Constitucional con una reforma del CGPJ, si este seguía bloqueado.

Cuando este documento se hizo público, en agosto de 2022, el PP ya tenía un nuevo líder pues en febrero de este año el PP se abrió en canal en una crisis sin precedentes que acabó con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, relevando a Casado.

El nuevo PP lo intenta por cuarta vez

El penúltimo intento para renovar el CGPJ llegó el 7 de abril, cuando Sánchez y Feijóo acordaron retomar las conversaciones en su primer encuentro desde que el dirigente gallego se convirtió en jefe de la oposición. El eurodiputado y vicesecretario de Institucional del PP Esteban González Pons pasó a ser el interlocutor de los populares.

Sin embargo, tampoco esta vez fructificó el acuerdo. El PP pausó primero la negociación por las elecciones del 19 de junio en Andalucía y el diálogo se rompió en julio al presentar el PSOE una proposición de ley para permitir que el Consejo sí nombrarse a dos magistrados en el Tribunal Constitucional, aprobada de forma exprés entre los reproches del PP.

Pese a esta nueva ruptura, en julio el PP mandó a Moncloa un documento para negociar, en el que exigían varias condiciones para acabar con las puertas giratorias, además de un compromiso para reformar el sistema de elección del CGPJ con la propuesta que hiciesen los nuevos vocales.

También rechazaron que la nueva ley pusiese plazo a los vocales para elegir a dos magistrados para el Tribunal Constitucional, una renovación que sigue pendiente por la falta de consenso en el seno del actual CGPJ.

El inmovilismo marcó el verano. En agosto, la publicación del pacto secreto con el PP enfadó a la nueva dirección del partido. No hubo movimientos cuando el comisario europeo de Justicia visitó España, ni cuando el presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, avisó en septiembre de que dimitiría.

Tuvo que llegar la renuncia formal de Lesmes, el pasado 10 de octubre, para que las conversaciones se retomasen a raíz de un nuevo encuentro en Moncloa entre Sánchez y Feijóo.

Falla el quinto elemento

Diecisiete días después, el PP da por suspendidas las negociaciones, a pesar de que ambas partes habían informado sobre avances, en consonancia con las exigencias que los populares hacían para despolitizar la Justicia y evitar puertas giratorias.

El regreso del debate sobre la posible reforma del delito de sedición y el anuncio de Sánchez de un acuerdo “listo”, que el PP desmintió a continuación han sido los ingredientes que han dado al traste con el quinto intento.

El PSOE acusa al PP de ceder ante la derecha reaccionaria y el PP acusa al PSOE de hacerlo ante los independentistas, en una dinámica, las acusaciones mutuas, que dura los mismos años que el bloqueo judicial.

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