Las cinco veces que Ayuso aprovechó el coronavirus para hacer propaganda
El PP de Madrid se queja de la pegatina con el logo del Gobierno en las vacunas, pero olvida que sus dirigentes hicieron lo mismo.
El PP está cabreado con Pedro Sánchez porque las primeras vacunas que están llegando a España llevan el logo del Gobierno. Los populares, especialmente los de Madrid, andan encendidos con el asunto, pues lo consideran un acto de propaganda “inaceptable” orquestado por Iván Redondo, el estratega jefe de Moncloa.
El problema es que el equipo de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha hecho lo mismo hasta en cinco ocasiones durante la crisis del coronavirus. Y todas han llevado la firma de la némesis de Redondo en la Puerta del Sol: Miguel Ángel Rodríguez, conocido entre políticos por el acrónimo que forma su nombre (MÁR).
Cuando el PP de Madrid publicó en su cuenta de Twitter el mensaje contra la pegatina del Gobierno, “tan grande com el número de fallecidos”, según los populares, algunos usuarios respondieron con la bandera de la Comunidad de Madrid que llevaban los envoltorios de las 14 millones de mascarillas FFP2 que compró el Gobierno regional por 32 millones de euros y que repartió gratis en las farmacias.
El banderazo enmascarado de Ayuso es uno de los actos de propaganda más evidentes de su Gobierno en esta crisis. Pero no es el único. El coronavirus ha sido hasta en cinco ocasiones un filón para la presidenta regional.
El 12 de abril, con la primera ola en su apogeo y con escasez de material sanitario en los hospitales de casi toda España, la presidenta se fotografió junto a un avión cargado de equipos de protección y mascarillas comprados por su Gobierno en China. Ayuso llegó tarde por ello a una conferencia de presidentes autonómicos. Y todo para demostrar que ella sí era capaz de traer a la región el material necesario después de los problemas de compra que tuvo el Gobierno.
El 1 de mayo cerró el hospital improvisado en Ifema para aliviar el colapso de la red sanitaria madrileña en plena primera ola de la pandemia. Díaz Ayuso invirtió en él cerca de 20 millones de euros. La Organización Mundial de la Salud lo aplaudió. El hospital comenzó a funcionar el 21 de marzo con algunos fallos de coordinación, pero cumplió su cometido.
El éxito de la iniciativa permitió a Díaz Ayuso anotarse un tanto y celebrar el alta del último paciente con una fiesta de la propaganda que reunió a muchas más personas de las permitidas y en la que la presidenta regional sirvió bocadillos junto a su colega José Luis Martínez-Almeida para celebrar el “milagro” de Ifema.
Puedes verlo en este vídeo a partir del minuto 38:00.
El 10 de mayo llegaron las mascarillas FFP2 que la Comunidad de Madrid compró para repartir gratuitamente en las farmacias de la región. Los cubreboca fueron el tanto que se apuntó la presidenta regional justo cuando los mensajes del Gobierno sobre las mascarillas eran contradictorios, pues en poco tiempo pasó de asegurar que no eran necesarias si no se estaba enfermo a hacerlas obligatorias por decreto.
Díaz Ayuso trató de mostrar su habilidad para adquirir mascarillas en un contexto de escasez. Y esa fue la mayor crítica que recibió: repartir cubrebocas con un nivel de filtración muy alto a ciudadanos que no se expondrían al virus en primera línea, como sí hacen los sanitarios que, en aquel momento, solo veían las mascarillas FFP2 en los anuncios.
El 26 de noviembre, la presidenta regional puso rumbo a Barcelona. Ayuso llegó a la capital catalana tras superar una de las segundas peores olas que llevó a Madrid a ser el epicentro europeo de la covid-19 en otoño. Lo cierto es que la mejora de los datos se produjo con bares y restaurantes abiertos, lo opuesto de lo que ocurría entonces en Cataluña.
Por eso, la presidenta llegó para presumir de su gestión ante hosteleros de La Rambla barcelonesa con los dientes largos de ver cómo sus colegas de Madrid estaban abiertos. Es más, Díaz Ayuso congregó a la prensa dos días antes de su escapada a Barcelona para poner un sello covid free en el restaurante Botín, donde tomó nota a los periodistas que le pidieron con sorna un zumo de naranja Cs.
El 1 de diciembre, la Comunidad de Madrid sumó un nuevo hospital, el Enfermera Isabel Zendal, a su red sanitaria. La presidenta de la Comunidad de Madrid quiso inmortalizar el “milagro” de Ifema. Y, por eso, decidió invertir cerca de 100 millones de euros en erigir en apenas cinco meses un centro cuestionado por sanitarios y oposición, que lo ven innecesario.
Díaz Ayuso convirtió el acto de inauguración en un show calculado porque la imagen importa mucho para ella. Casi todo lo que ocurrió ese día estuvo pensado para venderse con imágenes. En política, la clave es trasladar a los ciudadanos lo que parece, no lo que es. El nuevo hospital, como Ifema, fue el “milagro” que abrió los informativos de televisión con conexiones en directo para casi toda España.