Las caras largas que deja el cambio de postura de España respecto al Sáhara
El gobierno argelino llama a consultas a su embajador en Madrid y los socios de Sánchez le exigen explicaciones.
Un giro inesperado de la posición diplomática de España respecto al Sáhara ha enfurecido a Argelia, uno de los principales suministradores de gas a nuestro país, que ha decidido llamar a consultas a su embajador ante lo que consideran una “traición histórica” por parte del Gobierno de Pedro Sánchez hacia los saharauis, tras apoyar la propuesta marroquí de autonomía del Sáhara Occidental.
Traición que este país pone al mismo nivel que el acuerdo por el que España entregó esta antigua colonia a Marruecos y Mauritania en 1975 sin el apoyo de los propios saharauis.
Las autoridades argelinas se han mostrado, en un comunicado publicado por su Ministerio de Asuntos Exteriores, “sorprendidas” con lo que han calificado como un “brusco giro de la posición” española.
Y eso que horas antes, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, aseguraba a los periodistas que Argelia seguía siendo “un socio estratégico” y “muy fiable” que “está llamado a perdurar en el tiempo”.
“Precisamente, en estos momentos de tanta inestabilidad en Europa, con una guerra ilegal, injusta, injustificada, como es la que tiene lugar en estos momentos en Ucrania, esa relación, ese gaseoducto que une a España y Argelia puede poner todavía más en valor, incluso geoestratégicamente, esa asociación entre ambos países”, dijo el ministro preguntado por el importante gaseoducto que suministra energía a España y parte de Europa.
Pero en Argelia no ha sentado nada bien el movimiento español y consideran que “finalmente Marruecos ha obtenido lo que quería de España”.
A la espera de más reacciones diplomáticas y de las posibles consecuencias de la decisión del Gobierno, lo cierto es que tampoco en nuestro país ha caído con gusto lo sucedido en las últimas horas.
Las críticas al Ejecutivo de Pedro Sánchez se reproducen a izquierda y derecha.
Ni los socios de coalición, Unidas Podemos, respaldan que España apoye la propuesta marroquí, que implica dejar sin autonomía a los saharauis, que apenas contarían con unas cuantas competencias y siempre bajo el mandato de Rabat.
Tanto Ione Belarra, secretaria general de los morados, como Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, apuestan por seguir la línea marcada por las resoluciones de las Naciones Unidas, que instan a la celebración de un referéndum de determinación del pueblo saharaui.
Pese a que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha asegurado este sábado que la nueva postura del Gobierno hará que la relación con Marruecos sea “buena” y “estable”, ha provocado la indignación, no sólo de Argelia, sino también de muchos de los partidos que suelen acompañar al Ejecutivo en su acción legislativa en el Congreso.
Porque, además de contar con el rechazo de su socio de Gobierno, Unidas Podemos; también lo tiene de otros partidos como Más País, ERC, Compromís, Bildu, la CUP, el BNG y el PNV, entre otros.
Todas estas formaciones, junto a Coalición Canaria, Junts per Catalunya y el PDeCAT, van a pedir la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso para que dé cuenta de la decisión tomada.
En cuanto a la relación estrictamente bilateral entre Argelia y España, Argel es el principal suministrador de gas natural a la Península en un momento delicado como el actual en el plano energético. Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat el pasado agosto y en noviembre procedió al cierre del Gasoducto Magreb-Europa (GME) que bombeaba gas hasta la península Ibérica a través de Marruecos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló el pasado 6 de marzo con el presidente argelino, Abdelmayid Tebune, quien reiteró no solo el compromiso de su país con garantizar el suministro a España sino también la voluntad de Argelia de ayudar en lo posible, como socio fiable en materia energética que quiere ser, a los europeos, según indicaron fuentes gubernamentales.
Este es el segundo ‘agravio’ del Gobierno a Argelia en poco más de un mes después de que a principios de febrero anunciara que había accedido a la petición de Marruecos de ayudarle a garantizar su seguridad energética mediante la regasificación en España de Gas Natural Licuado (GNL) comprado por Rabat para su posterior envío a este país mediante el gasoducto GME.
Entonces, Argel ya advirtió de que en ningún caso España podría hacer llegar gas argelino a Marruecos. Está por ver ahora cómo reacciona el Gobierno argelino ante este giro, que por contra ha sido muy celebrado por Marruecos y que da por superada la crisis diplomática que desencadenó hace casi un año la acogida en España por motivos humanitarios del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.