Las aventuras de Archie Ferguson
A veces uno tiene la sensación de que la vida pasa demasiado deprisa, de que todo transcurre en un abrir y cerrar de ojos, de que de pronto recuerdas una anécdota ocurrida hace quince años y, sin embargo, parece que la hubiésemos vivido la semana pasada con gente que, probablemente, por diferentes razones, ya no está aquí, a nuestro lado. Esto es así, indiscutiblemente. El inevitable paso de los años y sus múltiples circunstancias. Pero, si hay suerte, la vida es larga y está llena de historias, momentos, recuerdos, vivencias, descubrimientos (de todo tipo: del béisbol al amor, de la amistad al arte y la literatura, de la figura materna a todas las demás figuras que componen una familia), acontecimientos de la más diversa índole, sensaciones, pensamientos, misterios, desengaños, anhelos, viajes, heridas, cicatrices. Experiencias, aventuras, escritos.
El tiempo juega con nosotros: nos mece a su antojo, nos envuelve, nos sacude. Estamos a su entera disposición, por mucho que queramos o pretendamos lo contrario. El tiempo, por mucha calma que queramos insuflarle, arrasa. No tiene piedad. Somos una especie de marionetas en sus caprichosas manos. Como también lo somos, marionetas, en manos del destino. (¿De los destinos? Por ahí nos quiere llevar Ferguson, el protagonista de esta novela). Pero, como apunto más arriba, en ese arrastre tiene cabida la experiencia. Lo que descubrimos, lo que sufrimos, lo que disfrutamos. Lo que nos conforma, lo que nos hace crecer, lo que nos permite madurar. Y envejecer. Este es, en definitiva, el juego de la vida. De ese tiempo -más largo o más corto, quién sabe- que pasamos aquí.
Estas son las primeras impresiones que se desprenden después de leer '4 3 2 1', la nueva, esperada y monumental (casi mil páginas) novela de Paul Auster. Pero que nadie se asuste por esas mil páginas: la novela se lee con la misma fluidez con la que uno imagina al autor galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras escribiéndola. El propio Auster ha señalado que lleva toda la vida preparándose para escribir esta novela. Y es cierto que algo de eso se intuye al leerla.
Los recorridos son amplios: lo personal va de la mano de los acontecimientos de la historia. Nada se escapa a la agudeza del escritor: a su capacidad de observación. Como si el protagonista fuera un testigo atento de todo lo que va ocurriendo al tiempo que se suceden su propias y diversas inquietudes y aventuras existenciales. Somos, qué duda cabe, en medio de esas casualidades que resultan inevitables, partícipes, de un modo u otro, de los acontecimientos políticos, económicos, sociales, artísticos, etcétera, que nos tocan vivir en cada momento. A algunos de ellos asistimos de la mano de Ferguson.
¿Estamos ante la mejor obra de Auster? Es muy difícil contestar a esta pregunta, dada la fructífera trayectoria del autor. Además, tampoco creo que eso importe mucho. Estamos ante una novela torrencial, deslumbrante en muchos momentos, cuya lectura nos sumerge de tal modo en el mundo de su protagonista (y en el de algunos memorables secundarios: ¡esa tía Mildred!) que es imposible abandonarla. Pienso que no es decir poca cosa.
'4 3 2 1', de Paul Auster, está publicada por Seix Barral y sale a la venta el 29 de agosto.