Las amistades políticas de Maradona, un futbolista de banda izquierda
El ‘pelusa’ no ocultó su admiración por la Cuba comunista y el Ché Guevara, su amistad con Castro, Chávez y Maduro.
Diego Armando Maradona, quien ha muerto este miércoles a los 60 años, fue un hombre polémico dentro y fuera del campo, donde profesó gran amistad con los principales referentes de la izquierda latinoamericana. Desde Fidel Castro, pasando por Hugo Chávez y Nicolás Maduro, hasta Evo Morales. El ‘pelusa’ no escondió nunca su fascinación por el comunismo y su admiración por el Ché Guevara, a quien llevó tatuado en su hombro derecho.
Maradona fue un activista político entregado a las causas de la izquierda. En su biografía confesó que llamó ‘hijo de puta’ al papa Juan Pablo II tras una visita al Vaticano por vivir bajo techos de oro y besar luego a niños pobres. “Vi el techo y me dije cómo puede ser tan hijo de puta de vivir con un techo de oro y después ir a los países pobres y besar a los chicos con la panza así. Dejé de creer”, confesó. Pero su ataque a la Santa Sede no se quedó ahí. También les acusó de “traficar con órganos, armas y drogas”, tras leer un libro sobre el Banco Ambrosiano, que se derrumbó en 1982 y conectado con el Banco del Vaticano.
El futbolista arropó siempre a Hugo Chávez, a quien elogió tras morir en 2013, y al chavismo. “Lo que me dejó Hugo fue una gran amistad, una sabiduría política increíble. Chávez ha cambiado la forma de pensar del latinoamericano, nosotros estábamos entregados a Estados Unidos y él nos metió en la cabeza que podíamos caminar solos”, reconoció en una entrevista para Telesur.
Castro, un “segundo padre”
A Maradona siempre le brilló la mirada cuando habló de Cuba, un país con el que tuvo una relación muy estrecha. No solo idolatró al Che Guevara, sino que estaba muy vinculado al dictador comunista Fidel Castro, a quien consideró una suerte de “segundo papá”. Castro también lució en la piel de uno de los gemelos del ‘pelusa’, pintado a base de tinta.
Puede que esa conexión con Cuba de Maradona se hiciera potente porque fue el país en el que se refugió el futbolista para desintoxicarse de las drogas. Y al que acudía cada año para ver su amigo Castro a quien defendió siempre incluso ante Estados Unidos. Cuando murió el dictador comunista, Maradona fue a Cuba para despedirle, y para pedir a los cubanos que continuaran la lucha y mantuvieran vivo el espíritu de la revolución.
Maradona mantuvo buena sintonía también con Bolivia, donde fue condecorado por su apoyo a los movimientos sociales. Llegó a elevar a Evo Morales y a Bolivia como político y país “de las grandes ligas”. Sus palabras fueron respondidas por el ya expresidente boliviano a través de sus redes sociales. “Gracias, hermano Diego Maradona, por decir que Bolivia está en las grandes ligas de la política mundial. Te queremos y admiramos”, dijo en Twitter.
Kichnerista en casa
El mítico futbolista, campeón del mundo con Argentina en 1986, nunca ocultó su apoyo al matrimonio Kichner. Primero a Néstor y después a Cristina, Maradona vio bien las decisiones de ambos dirigentes.
Es más su relación con el expresidente Mauricio Macri empezó muy mal. Cuando Macri se hizo con el club de fútbol Boca Juniors en los 90. Maradona todavía vestía la elástica del club bonaerense. Desde entonces, nunca se llevaron bien, algo que empeoró cuando el Macri llegó a la presidencia.
Maradona insultó al entonces inquilino de la Casa Rosada. “No sabe leer y es presidente. Sigue siendo un cartonero y llegó a Ejecutivo por su padre”, dijo en el canal del televisión Telesur.