La violencia machista no admite más hipocresías
El pasado 8 de marzo el presidente Mariano Rajoy sufrió en Valencia un inesperado ataque de feminismo. En un acto de su partido, delante de las cámaras, posó con un lazo morado en la solapa. Ya entonces hubo quien pensó que el hábito no hace al monje, pero, por si quedaba duda, el Gobierno del PP ha dejado de nuevo constancia de cómo se cotizan sus desvelos por la igualdad y por la lucha contra la violencia de género.
Al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se le ha 'pasado' incluir en los Presupuestos Generales del Estado los 200 millones de euros que debían financiar este año la lucha contra esta barbarie machista. Solo aparecen 80 millones. El resto a cuenta de las autonomías, en un contexto insostenible de financiación, y de los ayuntamientos.
Cansadas hasta la extenuación de palabras y condolencias y después de haber pedido en incontables ocasiones desde el partido socialista un Pacto de Estado, el PP ha tardado los mismo en hacerse la foto que en incumplir el amplio acuerdo aprobado en Cortes el pasado 28 de septiembre. Como era previsible, fue la financiación de este pacto el escollo más complicado de salvar, pero para el Partido Popular, con la connivencia de quienes apoyan sus cuentas, ha sido el más fácil de hundir. Sin asignar recursos para combatir la violencia machista, lamentar cada asesinato de mujeres víctimas de ella se convierte en un acto de hipocresía. Los gobiernos no están para enviar pésames sino para articular soluciones en pro de una sociedad mejor.
Lejos de ello, el Partido Popular primero dilató las negociaciones de un acuerdo más que urgente (basta ver las escalofriantes cifras de asesinadas: más de 900 mujeres en los últimos quince años), y, una vez resuelta la pantomima de su acuerdo con lo que se pactaba, a la primera oportunidad lo ha dinamitado con la complicidad de sus socios. Cabe recordar que el pasado mes de enero, el grupo parlamentario de Ciudadanos remitía una carta a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, en la que urgía a convocar la comisión permanente de seguimiento y evaluación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Entonces, la misma fuerza política que hoy transige con esta tomadura de pelo clamaba por abordar de manera "seria y rigurosa" esta lacra social ¿Se entiende pues que al apoyo presupuestario del Gobierno le parece serio y riguroso recortar 120 millones de un compromiso pactado?
Tanto en un caso como en otro, parece que la relevancia mediática de sus intenciones están muy por encima de los hechos reales que las avalarían. Que el partido que va a apoyar en la Cámara Baja a Rajoy para que saque adelante sus Presupuestos no haya presionado para que se cumpliera al pie de la letra un Pacto de Estado de una importancia máxima le deja en evidencia. Desde ahora deberá de asumir que todas sus propuestas contra la violencia machista se han ganado a pulso la falta de credibilidad de unos y otros. No hay mejor lienzo de una política que la elaboración de los Presupuestos y en los de 2018 tanto el PP como Ciudadanos han quedado perfectamente retratados.