La última rueda de prensa de Illa como ministro: "Para mi ha sido un honor"
El titular de Sanidad se despide confesando su peor momento: "La restricción de acompañar a las familias que habían perdido a un ser querido".
Salvador Illa ha puesto este martes punto y final a su etapa en el Gobierno. Tras 379 días al frente del ministerio de Sanidad, el político socialista se ha despedido de todos los españoles en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para poner rumbo a las elecciones catalanas del 14 de febrero, en las que será el cabeza de lista del PSC.
“Para mi ha sido un honor”, ha zanjado Illa, quien ha confesado el peor momento que ha vivido en el año de la pandemia: “Tengo que confesar que uno de los momentos más complicados fue cuando tuve que proponerle al presidente del Gobierno la restricción de poder acompañar a las familias que habían perdido a un ser querido”.
Illa, quien se considera un servidor público, ha tenido unas palabras de homenaje para los miembros de la comisión de Sanidad del Congreso y del Senado, donde este año ha protagonizado tensos encontronazos como el que tuvo con su excolega Ana Pastor.
“Les muestro mi respeto y mi máximo reconocimiento como ya he tenido ocasión de decir alguna vez. He aprendido mucho de mis adversarios políticos”, ha dicho. También ha puesto en valor la labor de los consejeros de las comunidades autónomas: “Les quiero expresar mi gratitud y el reconocimiento del trabajo duro que han hecho después de momentos de dificultad”, ha zanjado Illa.
No obstante, el todavía ministro no se ha olvidado de la primera línea de lucha contra el coronavirus. Illa ha dado las gracias por su trabajo y vocación a todos los profesionales sanitarios, desde médicos a limpiadores de hospital: “Esta pandemia terrible les ha puesto a prueba y han demostrado su profesionalidad y su enorme vocación de servicio público”.
Illa ha extendido el agradecimiento al resto de españoles: ”Hemos tenido que vivir meses con medidas muy duras que han alterado nuestra vida cotidiana y quiero agradecer el cumplimiento ejemplar del conjunto de la ciudadanía”.
Última evaluación de la pandemia
El ministro de Sanidad ha hecho una última evaluación de la situación de la pandemia en España antes de sus palabras de despedida: “Los datos que ayer [por este lunes] dimos a conocer indican una incidencia acumulada muy alta de 884 casos por 100.000 habitantes. Es verdad que la incidencia acumulada a 7 días es de 419 casos e indica una tendencia de descenso del número de casos”. El ministro ha recibido las críticas de la oposición por “abandonar” el barco de la gestión contra la covid-19 en pleno recrudecimiento de la epidemia.
Illa ha puesto en valor el hecho de que ahora se detectan más casos de coronavirus que nunca. “En los últimos 7 días se han hecho más de un millón de pruebas diagnósticas entre pCR y test de antígenos y estamos en un entorno de 3.400 pruebas por 100.000 habitantes que es el máximo”.
Illa no ha querido decir adiós sin mostrar su preocupación por la situación en los hospitales y en, concreto, en las unidades de cuidados intensivos, que están en un 40% de ocupación. “Hay que actualizar los planes de contingencia”, ha remachado.
Administradas más de un 90% de las dosis recibidas
España, como el resto de países europeos, está a la espera de más vacunas. Illa ha especificado que este lunes se recibieron más de un millón de dosis de la vacuna de BioNTech-Pfizer, el consorcio germano-estadounidense que anunció un retraso en el envío de viales por la reestructuración de su planta belga.
La UE elevó el tono con las empresas farmacéuticas para que cumplan sus compromisos en el envío de dosis a los países europeos. La comisaria europea de Sanidad, la chipriota Stella Kyriakides, se mostró enfadada no solo por el retraso de Pfizer, también por el de la compañía británica Astrazeneca.
La sospecha de la Unión es que se están enviando las dosis destinadas a Europa a países terceros que están pagando más por ellas. Por eso, el Ejecutivo comunitario ordenó a las farmacéuticas a notificar las exportaciones de vacunas producidas en la UE a terceros países.