Rivera tiene que decidir entre el centro y la extrema derecha
A esta hora les imagino más que informados de los grandes números de los resultado electorales de anoche, con victorias con aires de derrotas y derrotas con celebraciones de victorias. Y una certeza importante, con suerte se abre un periodo, largo, sin elecciones a la vista, más allá de las autonómicas con calendario propio. Y esto no es una tontería, porque llevamos un ciclo electoral extenuante.
De los políticos depende que esta ventana que se abre ahora dure los cuatro años de rigor, porque para ello los acuerdos serán fundamentales. Y cuando todavía no hay acuerdos para la investidura de Pedro Sánchez, se cruzan las negociaciones para el gobierno de algunas comunidades autónomas y ciudades importantes.
Aquí Ciudadanos, junto con Vox, se convierte en pieza clave. Y, sin campaña electoral a la vista, los cordones sanitarios pueden caer en cualquier momento y en cualquier rincón de España, como ya ha anunciado esta formación.
De momento ha creado un comité para estudiar caso por caso, pacto por pacto. De momento, los precedentes nos dicen que el partido de Albert Rivera no ha tenido ningún problema para entenderse con la ultraderecha, aunque en Andalucía puso como condición que no hubiera negociaciones directas. Ahora Ciudadanos no descarta esa posibilidad, a la vez que abre la puerta también a algún entendimiento con el PSOE. Ya no hay veto, o, al menos, ya no hablan de él.
Lo que parece claro es que la necesidad de pactos va a obligar a los partidos, no solo a Ciudadanos, pienso, por ejemplo, también en la ciudad de Barcelona, a revisar sus estrategias, y Rivera ya ha visto que el cordón sanitario al PSOE no le ha dado los resultados que pretendía, no ha conseguido superar al Partido Popular, y lo de ser líder de la oposición se queda en una actitud, como él mismo dijo.
Rivera tiene que pensar lo que los electores piden con los resultados, que es permitir que los gobiernos se muevan en el espacio del centro, que él desdeñó al acercarse a la ultraderecha. El comité de Ciudadanos que va a estudiar los pactos tiene que decidir si quiere volver a moverse por ese centro, en contra de las contundentes declaraciones de su líder durante la campaña.