La situación del 'Audaz' se desbloquea y ya va rumbo a Sicilia para recoger a los migrantes del Open
El buque de la Arnada llevaba esperando desde el viernes un permiso del Gobierno italiano que no llegaba
El buque Audaz de la Armada española ha puesto rumbo al puerto de Pozzallo (Sicilia) para recoger a los 15 migrantes rescatados por el Open Arms y de los que se hará cargo España, han informado a Efe fuentes del gobierno.
Desde el pasado día 23, viernes, la nave militar ha estado fondeada frente de la isla italiana de Lampedusa, tras zarpar el 20 de agosto de la base de Rota (Cádiz) con la misión de hacerse cargo de las personas rescatadas.
El Audaz tiene el encargo de traer a España a los 15 migrantes auxiliados por el Open Arms el pasado 1 de agosto, la cuota establecida en el reparto inicial hecho por la Comisión Europea, en el que también participan Alemania, Francia, Luxemburgo y Portugal.
La tripulación se había tenido que repartir en tres turnos para descansar, mientras esperaban el permiso de las autoridades de Italia para desplazarse. Desde el viernes han estado embarcados en labores de vigilancia y este sábado empezaron a trasladarse a puerto para cumplir con sus turnos de descanso, mientras el personal de guardia continuaba en sus puestos ocupándose de la rutina habitual a bordo.
Durante esta guardia, el alcalde de Lampedusa, Salvatore Martello, explicó este sábado a Efe que en Italia nadie sabía “qué hacer con el Audaz”, fondeado entonces frente a la bocana del puerto de la isla. “He hablado con la Capitanía del Puerto en Lampedusa y no saben nada”, expresó Martello, en declaraciones a Efe, al tiempo que se preguntaba sobre si el Ejecutivo español envió la nave “por iniciativa propia o después de hablar con alguien” en el país.
El Audaz necesitaba autorización para poder atracar en el puerto o que los migrantes a los que ha venido a recoger lleguen al buque de otra manera, por ejemplo en barcas pequeñas o en helicópteros, pero Italia está sumida en una crisis política, con un Gobierno en funciones, y nadie quería “tomar decisiones”, según Martello.